La pandemia del coronavirus ha dado un vuelco a la economía mundial. Las fronteras se han cerrado, los vuelos se han cancelado, la mayoría de empresas han parado su actividad y los empresarios, grandes o pequeños, han tenido que echar la persiana de sus locales. Los gobiernos han pedido que los ciudadanos se queden en casa por un tiempo previsiblemente indefinido y que las empresas procuren el teletrabajo. Pero, ¿qué pasa con los influencers?

En un primer lugar se podría pensar que, ya que el teletrabajo para ellos es su supuesto modus operandi, no se están viendo salpicados por esta crisis sanitaria, pero todo lo contrario. La pandemia también les ha arrebatado parte de sus ingresos.

El confinamiento les ha obligado a cancelar su participación en eventos y muchas marcas han decidido no invertir en publicidad por un tiempo o rebajar sus tarifas. La consecuencia es que muchos influencers españoles han visto cómo los ingresos que recibían por colaboraciones con las marcas se han reducido en un 22% y en un 8% a nivel global, según cifras que maneja Influencity. Y la sangría no ha llegado a su fin. "Se estima que en las próximas semanas las marcas recorten todavía más las colaboraciones y los precios del pago de las mismas", aseguran desde la agencia. 

Por sectores, los más afectados están siendo los influencers de cuentas relacionadas con turismo, ocio y restauración ya que la situación impide que estos puedan realizar viajes, acudir a restaurantes u hoteles o cualquier local de ocio. Todos ellos, según Influencity, han visto reducidas sus colaboraciones con las marcas en un 85% en España y en un 47% a nivel global.

La chef pastelera Alma, que cuenta con 250.000 seguidores en Instagram, una tienda física y otra online, explica a Invertia que las agencias de las marcas para las que normalmente trabaja "han dejado casi por completo de plantear campañas en las dos últimas semanas".

Y es que muchos de los compromisos con los que trabaja a diario implican talleres presenciales, showcooking... "los cuales son inviables actualmente y se han cancelado". La influencer española cifra en un 95% la caída en picado de su volumen de trabajo. También porque, como muchos otros de su gremio, y queriendo aportar un granito de arena a la contención del virus, ha decidido voluntariamente no realizar ningún tipo de envío ni pedido de material "por respeto a los servicios de mensajería". 

Alma, la influencer pastelera, con algunas de sus creaciones.

Otra de las que también se ha visto afectada ha sido la empresaria y youtuber Estefanía Unzu, más conocida como Verdeliss, que cuenta con 1,2 millones de seguidores y que, viendo las pérdidas de su negocio de ropa Green Cornerss durante estas semanas anunciaba hace unos días que lo cerraba temporalmente para pasar a fabricar mascarillas de tela para sanitarios.

Reinventarse

Así, muchos influencers no sólo están viendo cómo decrecen estos días sus ingresos en sus cuentas bancarias sino que además se están viendo forzados a reinventarse para sobrevivir a este frenazo económico

"Las pocas marcas que deciden seguir apostando tienden más a pedir branding y a pagar a los influencers por conseguir objetivos", informan desde la agencia. Así, las colaboraciones retribuidas por performance (pago por objetivos) "han aumentado en un 28,70% en España", especifican.

Pero no todos están sabiendo adaptarse. "Sólo los más veteranos o con más creatividad", apuntan. Así, la influencer Aida Doménec, alias Dulceida, que cuenta con 1,2 millones de seguidores, se ha lanzado a recaudar fondos para la lucha contra el coronavirus a través de una campaña de crowdfunding.

Por su parte, la conocida youtuber Gemma Marin -con 298.000 seguidores-, la influencer Madame de la Rosa -con 639.000 seguidores- y la doctora en estética Carla Barber -con 340.000 seguidores-, han anunciado su reciente incorporación como enfermeras de apoyo en hospitales, aprovechando su titulación.

Los agraciados

Sin embargo, no todos están viéndose lastrados por la pandemia. Influencity informa que los influencers relacionados con el entretenimiento, el humor, los videojuegos y el deporte sí están generando más colaboraciones con marcas que han visto en ellos un filón para ganar adeptos.

La explicación es muy lógica y sencilla. El tiempo de permanencia en las redes sociales como Instagram por parte de los usuarios "se ha disparado en 2,3% de media" debido al confinamiento del estado de alerta y, por tanto, los influencers que entretienen y divierten han aumentado sus colaboraciones con las marcas en un 27% en España. 

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