El objetivo es descarbonizar la economía, mediante una transición energética en la que cada vez caben más actores; también en lo que a vehículos se refiere. Por eso, el coche de hidrógeno no quiere quedarse fuera. No en vano, según los expertos del sector va a ser un elemento protagonista a la hora de descarbonizar la movilidad.

Esta es una de las conclusiones que se desprenden del foro Desafíos en la implantación del hidrógeno vehicular en España, organizado por EL ESPAÑOL, Enagás y Redexis dentro del ciclo Smart Mobility. No obstante, para poder ser protagonista, el coche de hidrógeno necesita que se den la mano los fabricantes, las infraestructuras y las administraciones públicas.

Ciclo Smart Mobility. Desafíos en la implantación del hidrógeno vehicular en España

"Si esos tres actores se alinean y quieren de verdad descarbonizar la movilidad, es posible. Tecnológicamente es posible, administrativamente hay que avanzar", explica Miguel Mayrata, director de Diversificación de Negocio de Redexis. Para este experto, una de las claves para potenciar el hidrógeno vehicular está en las licitaciones o concursos municipales, por ejemplo, en el sistema de recogida de basuras o en flotas de autobuses. 

Pero, ¿cómo funcionan? En resumidas cuentas, estos vehículos entran en funcionamiento a través de la pila de combustible de hidrógeno, mediante un proceso electroquímico que se da al mezclar hidrógeno y oxígeno. De este modo, se genera energía eléctrica, que se almacena en las baterías para alimentar el motor, y también agua, que se expulsa en forma de vapor. Por eso, sus defensores ven en este vehículo un aliado indispensable en la transición energética, que puede convivir con otros como el eléctrico o el GLP.

¿Preparados para el despliegue?

Así lo defiende Jesús Gil, director de Innovación y Nuevas Energías de Enagás, que apunta a que su compañía ya está promoviendo proyectos de inversión y firmando acuerdos y convenios "con casi todas las administraciones autonómicas y locales para ir incorporando el hidrógeno y el biometano"

Sin ir más lejos, a finales del pasado mes de junio la compañía firmó con Toyota España y Urbaser un acuerdo para abrir la primera hidrogenera del país. Esta estación de servicio, preparada para turismos de hidrógeno se ubicará en Madrid y dará servicio a la flota de vehículos de las empresas participantes en el proyecto. En concreto, tal y como anunciaron entonces, abastecerá a una primera flota de 12 coches del modelo Toyota Mirai, vehículo 100% eléctrico de pila de combustible de hidrógeno.

Además de este modelo de vehículo, en España está disponible el Hyundai Nexo, del que sacan pecho en la compañía. "La pila de combustible tiene gran ventaja: puedes suministrar energía al vehículo en muy poco tiempo. Donde 3 de cada 4 coches aparcan en la calle, es una solución muy a tener en cuenta", comenta Javier Arboleda, service senior manager de Hyundai Motor Spain.

"Ayuda a la penetración de renovables, ayuda a descarbonizar, permite incrementar la seguridad...", defiende Antonio González García-Conde, vicepresidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2). Para este experto, el reto está en infraestructuras de repostado. "Las economías de escala permiten hacer números", explica González García-Conde, que pone cifras sobre la mesa para 2030: un volumen de negocio de 1.300 millones anuales hasta 2030, y 15 millones de toneladas menos de CO2 al año.

La importancia de la investigación

Durante este desarrollo, la investigación va a tener un papel protagonista. "Los centros de investigación han ido aportando mejoras al desarrollo de las pilas de combustible", indica Tomás González Ayuso, jefe de la Unidad de Pilas de Combustible de la División de Combustión y Gasificación del Departamento de Energía de Ciemat. 

Así, defiende González Ayuso que, por este trabajo, la tecnología del hidrógeno, o la utilización en pilas para generar energía, "ha mejorado y se ha posicionado en un nivel que está empezando a competir con los vehículos de explosión", asegura.

"Un bebé recién nacido", como define Mayrata el hidrógeno, que necesita que se genere una "masa crítica" que lo impulse. "Construir puntos de recarga o puntos de reconstrucción está en nuestro ADN. Desarrollar las infraestructuras va a ser otro factor clave", dice el director de Diversificación de Negocio de Redexis.

Creen estos expertos que, en una década, será habitual ver modelos de estos vehículos por la calle y saber que hay lugares donde cargarlo. "Una de las cuestiones que tenemos que empezar a pensar es que hay que dar un salto en la nueva generación de estaciones de servicios", señala Gil, que habla de que no será extraño que en 2030 existan estaciones de servicio 'verdes', en las que exista GLP, GNC, cargadores eléctricos o de hidrógeno.

Una realidad que podría existir o no dentro de diez años. De momento, ya hay quien está poniendo los cimientos para que ocurra.

El evento contó con la colaboración de Roca Madrid Gallery, AER, AMDA, ASEPA, FACONAUTO, M2F, SERNAUTO y WORLD SHOPPER.

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