Si la bolsa española tiene una seña de identidad que la diferencie de sus vecinas, esa es la generosidad en el reparto de dividendos. Los pagos que se han ido confirmado para este año aseguran que conservará esta característica, pero los ‘scrip dividend’ amenazan con seguir ganando terreno en detrimento del puro reparto de caja fuerte en efectivo. Por segundo año consecutivo.

Después de dos años de retroceso, el peso del ‘scrip’ dentro del conjunto de la retribución al accionista en la bolsa española volvió a engordar en 2018, hasta superar un 14% del total. Y todo apunta a que este año la proporción volverá a incrementarse, pues varias de las compañías que han aprobado subir la retribución a sus inversores son asiduas a este reparto de papel en lugar de billetes, mientras que parece que otras se terminarán sumando a esta práctica.

Una de ellas es Banco Sabadell, que el año pasado ya se vio obligada a recortar un 57% su dividendo, hasta regresarlo a cotas del año 2013. De momento, la dirección de la entidad sigue afirmando que el pago en efectivo por entre un 40% y un 50% de los beneficios que coseche sigue siendo “consistente con mantener la ratio de solvencia”. Sin embargo, el mercado presiona para que la introducción del ‘scrip dividend’ permita incrementar sus fondos propios a la par que aportar una mayor rentabilidad para el inversor que el solo pago en metálico.

Si finalmente el vallesano se decanta por esta opción, no sería el primero puesto que el Santander dio marcha atrás a última hora para afrontar la totalidad de su dividendo anual en efectivo. Los analistas del sector señalan que el retraso en la subida de tipos de interés que el Banco Central Europeo (BCE) ha aprobado para diluir la sombra de la recesión sigue lastrando la capacidad de las entidades financieras para fortalecer sus márgenes de negocio, por lo que la repetición del ‘scrip dividend’ parece la opción más probable un ejercicio más.

El retraso a la subida de los tipos de interés en la Eurozona potenciará la apuesta de los bancos, tan pesados en el Ibex, por el pago de sus dividendos en acciones

Entre las que ya han anunciado, o aprobado formalmente, pagos de dividendos en acciones más generosos que el año pasado figuran nombres como Iberdrola (+8%), Repsol (+5,6%) y ACS, que aún no ha aportado cifras concretas. Por su parte, Sacyr, otra de las habituales de esta modalidad de pagos al accionista ha adelantado su regreso a una “política regular de dividendos” que promete un mayor flujo de retribución.

La gran acogida que suelen cosechar estas ‘bluechips’ para sus pagos en especie son las que refuerzan la expectativa de los analistas de que el ‘scrip’ gane fuerza en el presente ejercicio, aunque se seguirá quedando muy lejos del 41,7% que esta modalidad marcó en el año 2013. Este es el tren al que se quiere subir FCC, que -como prometió su primer accionista Carlos Slim en la presentación del plan estratégico de la constructora- finalmente llevará a la junta de accionistas el reparto de 0,4 euros por título mediante esta técnica.

Los últimos datos publicados por Bolsas y Mercados Españoles (BME) muestran que a lo largo de 2018 se repartieron en dividendos 28.793 millones de euros, de los que 4.039 millones se distribuyeron bajo la modalidad del ‘scrip’. Esta última cifra suma 169 millones más que en el ejercicio anterior, a la par que es la sexta más abultada por este concepto de los diez años que se cumplen desde que, precisamente el Santander, introdujo en 2009 en España la fórmula del dividendo en acciones, de más trayectoria histórica en otros países europeos.

CAMINO DE LA DECENA DE EMPRESAS

En aquel primer año de pagos en acciones, solo un 2,4% de la factura de estos repartos de caja fuerte fueron en nuevos títulos, según un reciente estudio de la sociedad rectora de las bolsas españolas. Una década después, todo apunta a que fácilmente podría multiplicarse por seis aquel porcentaje, hasta rozar el 15% de la retribución. Este porcentaje no se alcanzó por primera vez en el mercado español hasta el año 2011, dos después de su introducción.

El Informe Anual de Mercados de BME apunta que fueron nueve las empresas que dieron a sus inversores a elegir entre el cobro en títulos y efectivo en un total de 14 pagos. Si las previsiones se cumplen, este ejercicio se superará la decena. Desde el servicio de Estudios de la rectora del parqué señalan que “los ‘scrips’ han permitido a las empresas españolas (especialmente a los bancos) mantener una elevada retribución al accionista sin desatender las obligaciones de incrementar la base de capital durante la crisis” a la par que han logrado desendeudarse y reducir así su riesgo sistémico.

Las cifras disponibles hasta la fecha muestran que las cotizadas españolas han distribuido entre sus accionistas 288.970 millones de euros, de los que cerca de un 22% se ha distribuido mediante la modalidad de ‘scrip’. En números redondos, más de 63.520 millones de euros, según datos recopilados por la misma BME que permanece fiel a su pago en contante y sonante.

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