No consigue levantar cabeza, las cifras se hunden cada vez más. El pequeño y mediano comercio se encuentra sumido en una crisis en la que ya ni siquiera las rebajas funcionan como salvavidas. Su esperanza, sentarse pronto con el nuevo Gobierno para tomar medidas.

Así, la Confederación Española de Comercio (CEC) es clara: "El fracaso de las rebajas es un hecho", apunta. Según los últimos datos del Índice del Comercio Minorista del Instituto Nacional de Estadística, las ventas en los pequeños y medianos comercios cayeron un 0,4% durante agosto, en pleno periodo de rebajas. Una cifra que supone que, en lo que va de año, este comercio acumula una caída del 0,8%. Frente a ellos, en agosto las grandes cadenas vendieron un 1,4% más.

"La campaña de rebajas de verano para el comercio de proximidad no ha alcanzado ni siquiera el leve repunte que supusieron el pasado año", denuncia la CEC, que asegura que los datos refuerzan las "impresiones negativas" de los comerciantes.

El pequeño comercio señala como culpables de su caída de forma directa a las grandes cadenas. En concreto, apuntan a la política de "promociones continuadas" durante el año. "El consumidor ha perdido interés por las rebajas", aseguran. Así, y sin posibilidad, de competir en un periodo determinado, dicen, las pymes de comercio no tienen cuándo dar salida a su stock.

"La ralentización del consumo, determinada a su vez por un poder adquisitivo menguante y el cambio en los hábitos del consumidor, son motivos también de la falta de afluencia de clientes a las tiendas en rebajas", insiste la CEC.

Un plan para los pequeños

Lo cierto es que estas reclamaciones de la CEC son habituales, pero han cobrado fuerza en los últimos meses con la llegada del nuevo Gobierno. En este sentido, ya en junio solicitaron una reunión con el Ejecutivo, en concreto, con la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto.

Entre las medidas que reclaman, un plan específico que permita a estas pymes competir en comercio electrónico como los gigantes, para hacer frente a los "desequilibrios competitivos"; o que se reestablezca una "política ordenada" de rebajas en los comercios, poniendo fin a la liberalización de estos periodos.

"Sobre el papel, hay una preocupación generalizada por la difícil situación que atraviesa el pequeño y mediano comercio", asegura el presidente de la CEC, Manuel García-Izquierdo, que no lo considera suficiente: "Necesitamos urgentemente que esa inquietud se transforme en medidas concretas que apoyen y ayuden al sector".

En el lado de la administración, de momento, hay planes anunciados, pero todavía no se han puesto en marcha. En este sentido, a finales de julio la ministra anunció un plan para la modernización del comercio minorista a partir de 2019. Un proyecto basado en dos ejes: la introducción de las nuevas tecnologías en los comercios y la apuesta por el relevo generacional, con el fin de acercar a los jóvenes a estas empresas. En la práctica, todavía se desconoce en qué medidas se traducirían estos objetivos.

Para este plan, Maroto pretende contar con la cooperación de comunidades autónomas, agentes sociales y económicos y la Federación Española de Municipios y Provincias. La CEC también le tiende la mano.

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