En una semana y media Elon Musk ha vuelto a poner patas arribas la estabilidad relativa de Tesla. Otra vez. Decimos estabilidad relativa porque no hay mes que la compañía de coches eléctricos y autónomos pueda vivir tranquila. Y su dueño y CEO tiene mucho que ver.

Elon Musk y Twitter se han convertido casi en inseparables. Un binomio que interesa a muchas partes: a la propia empresa, a la competencia, a ‘haters’ del empresario y, sobre todo, a inversores. El dueño de Tesla ha convertido la red social como su cuaderno de bitácora y también cuales serán los planes próximos de su compañía. Cada vez que el empresario afila el dedo pulgar, el futuro de Tesla da un nuevo giro.

Este hecho volvió a repetirse hace escasos días cuando dijo que tenía la firme intención de sacar a bolsa a su empresa ya, que según él, “está demasiado expuesta a los mercados”, hecho que provoca cierta inestabilidad financiera en la firma automovilística.

Esta acción, por tanto, suena contradictoria cuando al propio Musk le interesa calentar el mercado a golpe de tuit para que sus acciones levanten el vuelo que previamente estaban cayendo en picado. Nada es casualidad en el mundo Tesla. El CEO de la compañía ya había utilizado la red social del pájaro azul para anunciar que sería rentable en el cuarto trimestre, que tenía la intención de fabricar nuevos modelos o que tendría suficiente financiación para varios meses. ¿Cómo reaccionó el mercado? Con muchas compras de acciones, y por tanto con un subidón en el precio de los títulos.

La última vez que Elon Musk agitó el precio de las acciones de Tesla fue la semana pasada cuando aseguraba que tenía la intención de dejar de cotizar en Wall Street. Esto provocó que desde el 1 al 7 de agosto las acciones de la compañía se revalorizasen un 26%. No obstante, desde el pasado 8 de agosto hasta la fecha, las acciones han retrocedido un 8%.

De momento, y ante todo un mar de rumorología de predicciones y suposiciones de Elon Musk, la jugada al dueño de la empresa le puede salir redonda. El CEO de Tesla posee un total de 34 millones de acciones. Según sus previsiones quiere vender cada una de éstas a 420 dólares. Basta con echar cuentas y el precio es desorbitado: Elon Musk tendría 14.000 millones de euros más en su cuenta corriente.

Durante las últimas sesiones bursátiles, Tesla cotiza en torno a los 350 dólares -e incluso llegó a tocar los 374-, lejos de lo que pretende sacar el CEO y fundador de la compañía por título. Pero Elon Musk se agarra al potencial que tienen los títulos sobre el parqué. Desde junio de 2010, fecha que se estrenó en bolsa, hasta estos días, cada título se ha revalorizado un 1.750% y su capitalización ronda los 59.000 millones de dólares.

Manos a la obra

Pero si a Elon Musk se le conocen más por sus faroles que por sus soluciones en Tesla, la retirada de Wall Street se la ha tomado en serio.

Sin ir más lejos, el consejo de administración de Tesla ha formado un comité especial formado por tres miembros independientes para analizar la propuesta de Elon Musk. La propia firma, no obstante la compañía ha insistido que “aún no tiene propuesta formal del proyecto” Y lo que es mucho peor, aún no tiene claro si es viable esta operación.

Pero, como decíamos, Elon Musk se ha puesto a trabajar ya en una hipotética salida del parqué. El CEO revelaba esta semana que el fondo soberano de Arabia Saudí estaba interesado en esta operación.

A su vez, y para aumentar el ruido en torno a la operación el consejero de la firma estadounidense confirmó que estaba trabajando con Silver Lake y Goldman Sachs como asesores financieros para el desarrollo de una propuesta definitiva de exclusión de Bolsa de la compañía.