No hay duda, el sector de la restauración se está moviendo. La recuperación económica toma forma en las terrazas de los bares y en los comedores de los restaurantes. En el mercado, se vende, se compra y se da nueva forma a las marcas. Con esta situación, FoodBox, el fondo de restauración de Nazca Capital, trata de hacerse un hueco relevante con sus enseñas: Taberna del Volapié, Papizza, Santagloria y MásQMenos. Pero, además, ultima el lanzamiento de su primer concepto propio.

En un momento en el que los fondos están apostando fuerte por la restauración en España, la competencia es muy alta. Desde L Catterton, que acaba de hacerse con el 80% de Goiko Grill, hasta Beer&Food (Abac Capital), ahora inmerso en el cambio de imagen de una de sus últimas adquisiciones, Tony Roma's.

FoodBox, por su parte, hizo su última adquisición en abril del año pasado, cuando se quedó con la enseña MásQMenos. Ahora, cuando cumple tres años, este fondo no tiene el ojo puesto en el mercado; lo tiene en la su primera enseña propia, que inaugurará antes de que acabe el año, de la que todavía no quiere desvelar detalles, pero que estará en línea con el resto de las marcas, abriendo con un horario amplio.

Unas cuarenta aperturas en 2018

"La idea es que nuestras marcas no se canibalicen entre ellas, poder incorporar marcas que aporten valor y que puedan existir sinergias", explica a este periódico Reyes Giménez, directora de marketing y comunicación corporativa de FoodBox.

Un paso que el grupo cree que puede dar por estar ya en una fase de maduración. "Estamos en el ecuador del proyecto", apunta Giménez. De los 400 locales que calculan tener abiertos en España entre todas las enseñas, hoy cuentan con unos 200. "Nos acompaña el crecimiento generalizado del consumo", reseña. Al acabar 2018, prevén haber abierto otros 40.

¿Da miedo tener una competencia tan alta? "Es el movimiento natural que hay en el mercado, y la competencia sana es buena; te hace ser más exigente", dice Giménez. Así, están tratando de reinventar sus enseñas para poder asegurar su hueco en el mercado: desde volver a la apuesta por el jamón en MásQMenos hasta incorporar superalimentos y novedades healthy en Santagloria.

Un consumidor muy diferente

Si algo ha quedado patente tras la crisis es que el consumidor no es el mismo. Con la transformación digital impregnando todos los sectores y un cliente cada vez más infiel, la restauración también trabaja en dar un paso adelante. Desde el nuevo hábitat de las aplicaciones de envío de comida a domicilio hasta la creciente importancia de estar en las redes.

"Estamos empezando a trabajar en delivery con externos, y le damos mucha importancia a nuestra imagen en redes y reseñas de los clientes", apunta Giménez. La experiencia del cliente ya no se queda en el restaurante, sino que muchas veces se cuenta a cientos de usuarios. Una imagen, la creada en redes o apps, que las enseñas tienen que conocer y controlar. En eso están.