Los dos hombres negros detenidos la semana pasada en un Starbucks por sentarse sin hacer consumiciones y pedir el código para entrar en el baño han aceptado reunirse con el consejero delegado de la cadena, Kevin Johnson, quien ya ha manifestado su voluntad de disculparse cara a cara con ellos. Aunque no se ha fijado fecha, el encuentro probablemente se produzca esta misma semana mientras Johnson está en Philadelphia para lidiar por la controversia sobre estos arrestos.

Starbucks, atrapada en una polémica racial.

¿El problema? La responsable de la cafetería de Philadelphia donde se produjeron los hechos llamó a la Policía porque los detenidos se sentaron en el local sin hacer ningún pedido. Ellos afirmaban que estaban esperando a alguien y, precisamente, la persona a la que aguardaban llegó a la tienda justo mientras se producían las detenciones.

Todo empezó cuando los detenidos pidieron el código para acceder al baño y les indicaron que sólo estaba a disposición de los clientes de pago. Aunque no hay una política global para el uso de los servicios en las tiendas, muchos de ellos en EEUU requieren un código impreso en los recibos.

Johnson ya había declarado en 'Good Morning America' su intención de "mantener un diálogo con ellos para que pueda asegurarles que hemos tenido la oportunidad de comprender la situación y para mostrarles algo de compasión y empatía por la experiencia que vivieron". 

El directivo ha criticado los arrestos y ha prometido que tomará medias para que no vuelva a producirse algo así, con formación específica en el personal contra la discriminación inconsciente. Johnson no ha dejado de salir en los medios disculpándose desde que se hicieron virales los arrestos, pero hasta ahora no ha querido condenar a la responsable de tienda y se ha negado a "buscar culpables".

En todo caso, dicha responsable ya no trabaja en esa tienda, si bien no está claro si ha sido trasladada a otro establecimiento.

Pasos en la buena dirección

La compañía parece haber dado todos los pasos en la buena dirección: se ha disculpado en la página web de la compañía, en la que afirmó que "Starbucks está claramente en contra de la discriminación y la caracterización racial"; ha viajado al lugar de los hechos de inmediato y ahora ha conseguido una reunión con las víctimas. La compañía, asimismo, tiene un largo historial en defensa de la igualdad racial y ha animado en el pasado a sus clientes a pensar y discutir sobre el tema.

El alcalde de Philadelphia, Jim Kenney ha afirmado que las medidas de Starbucks "no son suficientes" y que pedirá a la Comisión de Relaciones Humanas de la Ciudad que examinen las políticas de la empresa con sede en Seattle y analice si sus trabajadores han recibido formación capaz de producir discriminación.

Desde el incidente se han producido manifestaciones en torno a la tienda y, cuando ha llovido, se han refugiado en la misma. Nadie les ha obligado a comprar nada. 

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