Vaya susto me he llevado esta semana. Me ha llamado un viejo amigo mío que es inspector de Hacienda. Ya pensaba que me iba a anunciar que tenía una inspección en ciernes. Con esto de que ahora los autónomos estamos en el punto de mira de Montoro, nunca se sabe.

Nos citamos en una cafetería de esas que me gustan a mí. Hotel de cinco estrellas en plena zona centro. Donde se cuecen los negocios, vaya. Él y yo cara a cara. Nada más verme, me tranquiliza. No te preocupes. Vengo a verte como presidente de la asociación de Inspectores de Hacienda.

Pedimos un café, y empieza a explicarme que viene a hablarme de la situación del Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC). El organismo en el que se dirimen todas las reclamaciones tributarias de las grandes empresas y fortunas. Casi nada.

El problema

“Es un escándalo lo que está ocurriendo”. A lo que le respondo que no tengo mucha idea de lo que está pasando allí.

“El Ministerio de Hacienda decidió en el mes de julio cesar a todos los vocales, y desde entonces están todos en funciones”.

¿Y por qué no nombran a los nuevos?

“No lo sé. Montoro dice que el cese responde a una reorganización integral que está llevando a cabo en todas las áreas el Ministerio. Pero si esto es así, ¿por qué no ha puesto encima de la mesa el nombre de los nuevos vocales?”.

Así que es un misterio que habrá que preguntarle a Cristóbal Montoro. En cualquier caso, no termino de entender por qué me cuenta esto. Así que indago en cuál es el problema.

Llegan las reclamaciones

“Al estar en funciones se ha abierto una vía muy peligrosa. Se ha ha abierto la veda a las reclamaciones sobre las resoluciones que el Tribunal lleva emitiendo desde que fueron cesados”.

Según me explica mi amigo corren peligro entre 3.700 y 4.000 reclamaciones. Así que indago en cuál es el importe que está en juego en este momento.

“No se puede calcular, varía mucho de unos a otros, pero hablamos de importes muy elevados ya que se refieren a cuantías superiores a los 150.000 euros. Piensa que por allí pasan todos los grandes casos tributarios del país”.

Muy preocupado

Entiendo que para él sea un problema. Se pone en riesgo su labor, pero también es verdad que veo una vía de agua tremenda de la que se pueden aprovechar los grandes despachos de abogados.

“Ese es el problema. Nadie que vea una oportunidad de impugnar las resoluciones va a dejar de hacerlo. Los grandes bufetes están dispuestos a llegar al Supremo argumentando que el Tribunal no es competente ya que sus miembros están en funciones”.

“¿Por qué abrir esa opción a reclamar sobre temas que están bien fundamentados, y que además fijan doctrina vinculante para la interpretación de impuestos como el IVA, IRPF y sociedades?”.

Plan para desatascar

Sigo sin entender por qué cesar a los miembros del Tribunal. Pero veo que mi amigo tampoco lo tiene claro. Y eso que es el presidente de la asociación de Inspectores de Hacienda.

“¿Sabías que se puso en marcha un plan especial para desatascar todo lo que había pendiente? Ahora mismo entran menos reclamaciones de las que están saliendo. Es decir, que ha funcionado. ¿Por qué cesarlos? Nadie lo entiende. Ni mucho menos que lo hayan hecho sin motivo aparente”.

Me quedo anonadada con lo que me cuenta. No puedo evitar pensar en la cantidad de millones que están en juego y que deberían ingresar en las arcas del Estado. Como esas reclamaciones triunfen, a ver qué hacemos, pero supongo que Montoro sabrá lo que hace. O no. Empiezo a dudarlo.

Nos despedimos dándonos un abrazo. Hacía mucho que no nos veíamos, y menos mal que no era una inspección. Aunque me preocupa lo que ocurra con el asunto del Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC), me vienen a la cabeza los nombres de muchos de mis clientes que ya estarán pensando en cómo sacar rédito de esa vía de agua.