Lleva seis años tratando de demostrar que los vinos tienen un precio excesivo. ¿Cómo? Comercializando los suyos y eliminando al máximo los intermediarios para que los clientes paguen "exactamente lo que beben". "Lo que se vende por diez euros vale cuatro", asegura Antonio Camacho, presidente de Corporación Vinoloa.

Por eso, este empresa ha lanzado diez marcas de vino -y tiene dos más en espera- con denominación de origen (Rioja Alavesa, Rías Baixas, Ribera del Duero) que comercializa en más de 270 puntos de venta, entre los que se encuentran Carrefour y E.Leclerc.

"Es un negocio basado en el volumen", apunta Camacho a este periódico. Según sus últimas cuentas presentadas al Registro Mercantil, Corporación Vinoloa facturó 3,7 millones de euros en 2016 y espera cerrar este año con dos contratos más con grupos de distribución.

Pero, ¿cómo lo hacen? Vinoloa selecciona la uva y la compra a granel. A partir de ahí, subcontrata. La empresa no cuenta con bodegas propias, así que mantienen el vino en barrica durante un año en dos bodegas con las que trabaja, que a su vez producen vino de otras marcas. Después, Vinoloa embotella, etiqueta y comercializa las botellas.

"Los vinos tienen un coste que no se corresponde con la realidad, todos vamos a la misma tierra y a las mismas cooperativas", reseña Camacho. Entonces, ¿los vinos de Vinoloa son una especie de marca blanca? "No, porque son marcas propias y no rebajamos la calidad para obtener mejor precio", insiste el presidente. De hecho, lo de recurrir a bodegas de terceros es habitual en el sector, sobre todo para completar el portfolio.

Con una media de precio de cuatro euros por un crianza y siete por un reserva, Vinoloa ha vendido este año 1.800.000 botellas. Sus vinos, asegura, se caracterizan por ser "un producto honesto y a un precio asequible", pero con la misma calidad que otros de precios muy superiores. Quieren reinventar el mercado: "El sector necesita una transformación total, porque hay una serie de costes innecesarios que el consumidor está pagando sin tener por qué".

Plagado de sobrecostes

"Somos una empresa muy joven, pero antes de nacer hicimos un estudio de mercado y un análisis de costes", apunta Camacho. Entre sus conclusiones, que el vino está plagado de sobrecostes si se tiene en cuenta el viticultor, el intermediario, la bodega, los gastos de bodega, los gastos de distribución y los gastos comerciales. "El vino tiene prácticamente un incremento de un 60% sobre el precio de origen", dice Camacho, que asegura: "Mediante la reducción de intermediarios conseguimos que la calidad del vino supere al precio". 

¿Les miran en el sector con recelo? "Amigos no tenemos", bromea el presidente de Vinoloa, que asegura: "Estas grandes referencias no están dispuestas a sacrificar ni un céntimo de una trayectoria de muchos años". 

De momento, Vinoloa cuenta con 14 empleados y solo comercializa en España, aunque entre sus planes está salir fuera. Entre su público, tanto jóvenes como mayores, que se reparten en un 50%.

"El índice de satisfacción es tremendo y no hemos recibido una sola queja", asegura Camacho. Este 2018, invertirán en una página web "más potente", ya que apuestan por la venta online y la presencia en redes sociales. ¿Darán el paso a restauración? "No, porque el almacenista ya se llevaría el 35%", descarta el presidente. "Nuestro cliente es el cliente final", concluye.

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