Son dos de los llamados a ser gigantes del sector del coworking. Y los dos han puesto sus ojos sobre en España, tras años de expansión en otros mercados más maduros. La estadounidense Wework y la nórdica Spaces han puesto su primera pica aquí con sendos edificios en Madrid y planes para abrir en Barcelona.

Después de inversiones inmobiliarias millonarias, las compañías quieren pisar el acelerador para hacerse con una parte relevante de un sector muy atomizado con muchos actores y, en su mayoría, pequeños.

Una, la estadounidense fundada en 2010, ha recibido apoyo de gigantes de la inversión como Fidelity, Benchmark, JPMorgan o el japonés Softbank; que la han valorado en 20.000 millones de dólares. Otra, nacida en Amsterdam en 2006 pero comprada hace varios años por el conglomerado de la multinacional inmobiliaria especializada en oficinas Regus, espera cerrar el año con unas 80 localizaciones en una veintena de países.

Modelo: alquiler y cobro por uso

El modelo de negocio: aportar, a cambio de un alquiler mensual, espacios de trabajo abiertos para pequeñas compañías, emprendedores o ‘freelances’, en los que ofrecen servicios ‘extra’ (desde cafetería a zonas comunes, pasando por servicios profesionales de apoyo a las empresas), eventos, etc. Ofrecen el alquiler de pequeñas oficinas para compañías y ‘membresías’ a empleados particulares (estos últimos tienen acceso, gratuito o previo pago, de las instalaciones del grupo en otras ciudades o países).

¿Los precios? En el caso de Wework, desde 250 euros por mes por persona para lo que se conoce en argot como ‘hot desk’ (sin puesto reservado) a 500 euros por cada uno de los asientos en oficinas privadas. Esta es una tarifa sensiblemente más alta que la de otros competidores pequeños en España.

Expansión agresiva

En este modelo, la agresividad en la expansión se ha convertido en una de las características. Wework ha arrancado con oficina en Madrid y con otra que está ultimando en Barcelona. “Estamos mirando activamente en Barcelona, por lo que tendremos noticias pronto”, aseguran fuentes oficiales de la empresa. Desde el medio especializado EjePrime, confirmaban en julio que el acuerdo ya estaba cerrado para alquilar 7.000 metros.

Por su parte, Spaces quiere pisar el acelerador aún más rápido. Ha arrancado en Madrid junto al Google Campus (1.500 metros cuadrados) y con otro centro en el distrito 22@ de Barcelona, junto a otros gigantes tecnológicos. Pero espera tener en el primer trimestre de 2018 dos más en la capital madrileña: uno de 4.000 metros cuadrados en Atocha y otro de 5.000 en Chamberí. Y en Barcelona espera abrir otros dos a lo largo de 2018. “Queremos tener varios centros en todas las capitales importantes; queremos ser rápidos y ganar más cuota de mercado”, apunta Philippe Jiménez, responsable de la compañía en España.

La expansión está siendo rápida con la esperanza de que el trabajo flexible en las empresas siga ganando enteros, con la irrupción de nuevas generaciones de empleados. Hay estudios que señalan que este tipo de empleo crecerá de manera significativa, con grandes negocios apostando cada vez más por este tipo de espacios de trabajo. Aunque queda por ver en qué medida.

¿Cómo están operando? WeWork creó el pasado mes de junio su filial española WeWork Community Workspace, que depende, como muchas otras ‘startups’ internacionales como Uber, de una matriz holandesa. Spaces opera como una marca bajo el paraguas de Regus en España.

Grandes inversiones…

Tras la apertura de uno de esos centros hay una inversión importante. Ésta cambia en base a las obras que uno de estos gigantes ha de llevar a cabo en el edificio donde aterriza. Jiménez explica que, en el caso de la nueva sede de Spaces en la zona sur de Madrid (junto a Google Campus y en el edificio que ocupaba una antigua central eléctrica), invirtió 2 millones de euros. “Creemos que en dos años podemos devolver esta inversión”, defiende el directivo. Pese a ello, en el edificio de Atocha donde están trabajando para abrir otro centro el desembolso ha sido menor.

Es una apuesta de futuro que tiene sus riesgos. Y no escasos. No sólo por esa inversión inicial, sino por la que supone el alquiler mensual de los edificios. La propia filial británica de Wework explica en sus cuentas del año 2016, presentadas en el Registro Mercantil británico, que uno de los grandes riesgos para el negocio de un grupo como el suyo es el impacto de los alquileres. Y en este terreno Madrid o Barcelona, sus primeros destinos, no se caracterizan por precios bajos.

… y no pocos riesgos

En este sentido, Wework UK explica muy claro algo que se puede extrapolar perfectamente a otros mercados: “Las obligaciones del grupo con los arrendatarios se extienden por periodos que exceden significativamente la duración de los acuerdos de adhesión del grupo con los miembros, la mayoría de los cuales pueden ser rescindidos por los miembros con un mes de antelación”.

En el caso de la estadounidense aterriza en un edificio en pleno Paseo de la Castellana, cuyo coste se desconoce pero ha de ser alto. Para contextualizar, según queda reflejado en las cuentas de Google, el gigante del buscador está pagando por cada metro cuadrado de sus oficinas a la inmobiliaria de Amancio Ortega, fundador de Inditex, 28 euros mensuales (el acuerdo fue renovado en 2014 y finaliza en 2019). La compañía tiene 6.351 metros cuadrados en varias plantas de la Torre Picasso.

¿Cuánto ocupará Wework? 5.998 metros cuadrados en 9 nueve plantas (y más de setenta plazas de aparcamiento), según los datos de la propia inmobiliaria, quien resaltó recientemente que ha logrado “maximizar la rentabilidad del inmueble”.

Otro riesgo: ¿Mercado suficiente?

El otro riesgo tiene que ver con el mercado. Cabe preguntarse si, realmente, va a haber mercado para estos grandes operadores y otros más pequeños (como Talent Garden o Worktogether) que han movido ficha en los dos últimos años.

Jiménez, de Spaces, lo tiene claro: “Va a haber mercado para todos… el mercado de trabajo evoluciona a marchas forzadas hacia un modelo de espacio flexible”.  ¿Sobre la competencia con Wework? “Me parece muy sano que estemos los dos para compartir el esfuerzo y no estemos solos en el mercado; hay sitio para todos los que hacen un buen trabajo y se preocupan por sus clientes”.

Bien es cierto que el mercado de los coworking se ha caracterizado por su atomización y no han despuntado grandes actores internacionales. Según las propias cifras de la asociación Coworking Spain, a comienzos de 2016 había más de 900 espacios en toda España, de los que la mitad se ubicaban entre Madrid y Barcelona.

La apuesta ya está hecha. Ahora queda por ver si el mercado responde al movimiento de estos gigantes.

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