Bruselas

Es el primer aviso de una institución internacional sobre el impacto económico que podría tener la crisis catalana si no se ataja rápidamente. Un impacto que se está materializando en las últimas horas con las fugas de bancos y otras empresas de Cataluña. En su informe anual sobre España, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado este viernes de que el independentismo es uno de los riesgos que amenazan la recuperación de la economía española.

"Las perspectivas para la economía española son actualmente fuertes. No obstante, una tensión e incertidumbre prolongadas relacionadas con Cataluña podrían pesar en las decisiones de confianza y de inversión", ha resaltado la jefa de misión para España del FMI, Andrea Schaechter, durante la presentación del informe.

El estudio sólo menciona una vez la crisis catalana y lo hace en el capítulo dedicado a los riesgos económicos, al mismo nivel que el brexit, la crisis de los países emergentes, el fin de los estímulos del Banco Central Europeo o la parálisis reformista del Gobierno de Rajoy. "Los movimientos de independencia regional podrían añadir incertidumbre", señala el organismo presidido por Christine Lagarde.

De momento, el FMI no toca sus previsiones para España: un crecimiento del 3,1% para este año que se desacelerará hasta el 2,5% en 2018. La revisión de las cifras se hará pública el próximo martes. Si finalmente hay una rebaja debido a la crisis catalana, España iría a contracorriente del resto del mundo. Lagarde ha anunciado que sus nuevos cálculos serán "más optimistas" que en primavera. "La tan esperada recuperación mundial está echando raíces", asegura

¿Riesgo de guerra civil?

En Bruselas, la inquietud sobre la crisis catalana sigue en máximos, aunque la Comisión todavía no ha hecho ningún análisis de su impacto económico. Sus próximas previsiones se publicarán a principios de noviembre. El comisario alemán, el democristiano Günther Oettinger, con un largo historial de declaraciones excesivas, ha hablado incluso de riesgo de "guerra civil". "La situación es muy, muy preocupante. Es imaginable una guerra civil en el seno de Europa", dijo este jueves Oettinger durante una conferencia en Munich.

El Ejecutivo comunitario se ha distanciado de estas palabras, aunque tampoco oculta su intranquilidad. "El comisario Oettinger ha expresado su preocupación por la situación en Cataluña y el deseo de que el diálogo entre Barcelona y Madrid empiece pronto", ha explicado este viernes el portavoz de la Comisión, Alexander Winterstein. Bruselas no tiene ninguna objeción sobre el decreto aprobado este viernes por el Gobierno español para facilitar a las empresas el traslado de sede.

En su entrevista, Oettinger aclara que el Ejecutivo comunitario no puede intervenir por iniciativa propia. "Una mediación de la UE sólo sería posible si se nos pide", señala. Pero el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya ha dejado claro que rechaza cualquier tipo de arbitraje internacional.

El Eurogrupo confía en Guindos

La siguiente oportunidad para abordar la crisis catalana en la UE será durante las reuniones del Eurogrupo y del Ecofin que se celebran el lunes y el martes en Luxemburgo, coincidiendo con la reunión del Parlamento catalán en la que los partidos secesionistas sopesan una declaración unilateral de independencia. Cataluña no está oficialmente en la agenda del encuentro de ministros de Finanzas de la UE, pero nadie descarta que se añada a última hora o se discuta en los pasillos. Lo que está claro es que será la principal preocupación para la prensa.

"Cataluña no es un tema que discute el Eurogrupo. Me remito a lo que ha dicho Luis de Guindos. El resto es pura especulación", asegura un alto funcionario europeo. Se refería a la entrevista que dio el ministro español de Economía a Bloomberg en la que aseguró que "la independencia de Cataluña no va a producirse". Cuando se le preguntó si había fugas de depósitos en los bancos catalanes, Guindos dijo que las entidades son solventes y sus directivos saben qué hacer para proteger a sus clientes.

En el Banco Central Europeo (BCE) subrayan también que la crisis catalana es un asunto interno español que debe resolverse en España y rechazan especular sobre ningún escenario. Si hubiera una fuga de depósitos en algún banco solvente, el BCE podría proporcionar más liquidez y si la situación empeora se podría solicitar al Banco de España una línea de liquidez de emergencia (ELA), explican las fuentes consultadas.

El FMI pide más reformas

El informe del FMI sobre España resalta que el crecimiento "fuerte" y "equilibrado" ha permitido recuperar en 2017, una década después, el nivel de producto interior bruto (PIB) previo a la crisis. Y pese a la liquidación del Popular, el sistema bancario español ha reforzado su resistencia y su solvencia y ha reducido la tasa de morosidad. No obstante, el Fondo avisa de que España sigue siendo vulnerable a un cambio repentino de sentimiento en el mercado debido a su elevado nivel de deuda pública y privada y a la alta tasa de paro. Por eso reclama al Gobierno de Rajoy que reactive las reformas.

1. Subida del IVA. España debe aprovechar el buen momento de crecimiento para seguir reduciendo el déficit hasta alcanzar el equilibrio presupuestario. El margen para el ajuste está sobre todo en el lado de los ingresos: el FMI vuelve a pedir a Rajoy que suba el IVA a los productos a los que actualmente aplica un tipo reducido, como alimentos, hostelería o transporte. También deben aumentar los impuestos medioambientales

2. Más reformas laborales. Se necesitan más medidas para reducir la alta tasa de paro estructural. En particular, el Fondo pide racionalizar las políticas activas de empleo, que hasta ahora se han mostrado ineficaces, y concentrarlas en los jóvenes con bajas cualificaciones y en los parados de larga duración. El Gobierno debe hacer también esfuerzos adicionales para reducir la segmentación entre contratos fijos y temporales. Es imprescindible aplicar plenamente la ley de unidad de mercado y liberalizar los servicios profesionales.

3. Limpieza de créditos tóxicos. El FMI reclama a las autoridades españolas que aceleren la limpieza de los balances de los bancos y la reducción de la tasa de morosidad. Las entidades deben captar más capital de alta calidad y reducir sus costes operativos con el fin de mejorar su rentabilidad y resistencia. La fusión entre Bankia y BMN y la privatización de la entidad resultante deben llevarse a cabo con carácter urgente. España tendría que crear un nuevo órgano independiente encargado de detectar de forma temprana los riesgos que amenacen la estabilidad económica.

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