“Hemos metido la pata en esto y tenemos que arreglarlo”. Tres días después de sorprender con una cancelación masiva de vuelos hasta finales de octubre, el CEO de Ryanair, Michael O’Leary, ha admitido este lunes que la aerolínea se ha metido en un buen lío.
Ryanair anunciaba en la noche del viernes la cancelación de unos 2.000 vuelos en las próximas seis semanas. Una media de 50 trayectos al día. ¿La razón? Recuperar la puntualidad perdida en las primeras semanas de septiembre, según la aerolínea irlandesa a causa de problemas como la huelga de controladores en Francia o el mal tiempo que ha afectado a su operativa. Su tasa de puntualidad ha caído de un 90% a menos de un 80%, argumentaba, algo “inaceptable”.
Pero bajo esta buena intención hay un error de gestión que se ha sumado al resto de problemas: la escasez de personal derivada de una mala planificación de las vacaciones. ¿El resultado? Alrededor de 400.000 pasajeros afectados y una factura que podría ascender a 25 millones de euros entre las devoluciones de los billetes y las compensaciones correspondientes, según estima ya la aerolínea irlandesa. El monto incluye unos 5 millones de euros en tasas perdidas, ha cifrado la Comisión Reguladora de Aviación irlandesa (CAR).
“Claramente es un error, pero en un contexto en que operamos más de 2.500 vuelos diarios, es una proporción razonablemente pequeña. Eso no quita los problemas que le hemos causado a nuestros pasajeros”, ha explicado O’Leary a Sky News.
Pero hay más: Norwegian ha fichado a 140 de sus pilotos en lo que va de año. La noruega ha confirmado la cifra que se rumoreaba en medios locales y ha indicado que tiene abierta una oferta de empleo para pilotos para su nueva base en el aeropuerto de Dublín que espera inaugurar a finales de año. Desde la capital irlandesa, donde se integrarán otros 40 pilotos a las filas de Norwegian, la compañía de bajo coste quiere dar apoyo a sus vuelos transatlánticos.
Con el fin de semana por medio, el shock de la masiva cancelación ha resonado este lunes en toda Europa. La acción de la aerolínea se dejó un 2,4% en el parque londinense y las autoridades europeas le tiraban de la oreja advirtiéndole que se vigilará de cerca el cumplimiento de la normativa y el pago de las indemnizaciones que correspondan a los pasajeros afectados.
“Hemos metido la pata”
Tras soltar la bomba el viernes, la aerolínea ha tomado las riendas de la crisis y este lunes ha publicado una relación completa de las cancelaciones que tendrán lugar entre el 21 de septiembre y el próximo 31 de octubre. “Los pasajeros afectados serán contactados por correo electrónico para ofrecerles vuelos alternativos o el reembolso completo, así como los detalles de las compensaciones que les corresponden de acuerdo con la normativa europea”, ha afirmado la aerolínea en un comunicado donde reitera que sólo un 2% de sus pasajeros se verán afectados por la medida.
“Lo deberíamos haber previsto. Esto tendrá impacto en nuestra reputación”, ha dicho O’Leary durante una conference call celebrada este lunes. Ahora bien, el principal ejecutivo de la irlandesa ha reconocido que prefiere ese golpe reputacional por afectar al 2% de sus clientes que provocar retrasos que afecten al 40%. Esta ‘metedura de pata’, sin embargo, ha puesto en duda que la aerolínea disponga de personal suficiente para hacer frente a la oferta de vuelos que vende, algo que el CEO de Ryanair ha desmentido y ha achacado únicamente a un error en la planificación de las vacaciones.
“Ryanair tiene pilotos suficientes -hemos sido capaces de asumir la temporada alta entre junio y agosto-, pero nos hemos equivocado en la gestión de las vacaciones anuales de nuestros pilotos previstas para septiembre y octubre porque estamos tratando de organizar las vacaciones anuales en un período de nueve meses, entre abril y diciembre”, continúa la aerolínea.
Para el próximo año, en tanto, promete que el problema no se repetirá porque se volverá a permitir programar las vacaciones durante todo el año. Y con el objetivo de evitar mayores consecuencias, la aerolínea ha adelantado que prevé ofrecer nuevas ofertas en billetes, así como un bonus a los pilotos que estén dispuestos a renunciar a sus vacaciones, apunta Bloomberg. Además, prevé invertir entre 20 y 30 millones en contratar más pilotos durante el próximo año, poniendo en su mira la tripulación de las quebradas Alitalia y Air Berlin.
“Ha sido un error nuestro. Nos disculpamos sinceramente con nuestros clientes por los perjuicios causados durante el fin de semana”, concluye la declaración oficial de la aerolínea.
Esta última crisis llega apenas una semana después de que la aerolínea irlandesa tuviera que cancelar un centenar de vuelos debido a la huelga de controladores en Francia, dejando en tierra a más de 20.000 personas.
La gestión de Ryanair, bajo lupa
Poco después de que la Comisión Europea advirtiera a la aerolínea de bajo coste que vigilará que las cancelaciones cumplen con la legislación europea, el Ministerio de Fomento español anunciaba su decisión de abrir un expediente informativo para que explique sus planes de reprogramación.
En España, la medida ha afectado a algunos vuelos que salían o llegaban a los aeropuertos de Madrid, Barcelona, Lanzarote, Valencia o Málaga, entre otros. Por el momento no se han producido incidentes. La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente de Fomento, ha recordado en su página web los derechos de los pasajeros y los escenarios en que es posible reclamar indemnizaciones. Según la normativa europea, los afectados tendrán derecho a una compensación por parte de la aerolínea cuando la cancelación no se comunique al menos dos semanas antes del vuelo y no se les ofrezca la reprogramación con unas condiciones horarias concretas.
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Asimismo, la organización Facua-Consumidores en Acción ha denunciado a la aerolínea irlandesa ante AESA y ha solicitado que se abra un expediente sancionador por la anulación masiva de trayectos. Según la asociación de consumidores, la decisión de cancelar alrededor de 2.000 vuelos para recuperar la puntualidad perdida en lo que va de septiembre debido a las condiciones metereológicas, huelgas y el aumento de vacaciones de pilotos y personal de cabina, es “inaceptable”.
La asociación sostiene que Ryanair ha justificado las cancelaciones en base a circunstancias previsibles, en ningún caso de fuerza mayor, e insta a los pasajeros a reclamar por el perjuicio causado, bien sea patrimonial o moral, debido a la cancelación de los vuelos.