Ni Fernando Alonso, Lewis Hamilton o Jenson Button. Tampoco Schumacher. El verdadero campeón de la Fórmula Uno desde hace diez años es su mayor accionista, que ha logrado unos números de vértigo con un retorno del orden del 50% anual sobre su inversión inicial.

Es la historia de un negocio redondo para el capital riesgo y la carta de presentación al mundo de uno de los fondos más importantes del sector. CVC Capital Partners, la gestora surgida de una escisión del banco Citigroup, es el dueño en la sombra de la Fórmula Uno desde 2006, el deporte de motor más televisado y uno de los que más dinero mueve a su alrededor.

Ahora tiene puesto el cartel de venta, según informa Bloomberg. La empresa que gestiona estas carreras puede volver a cambiar de manos después de haber generado un retorno que oscila entre el 450% y 550% a su principal accionista, según estimaciones de Bloomberg y Forbes.

Hace diez años el fondo de capital riesgo CVC invirtió 1.000 millones de dólares para hacerse con la participación mayoritaria de varios bancos alemanes que controlaban el accionariado después de haber desahuciado a su anterior dueño, el magnate alemán de los medios de comunicación, Leo Kirch, que se endeudó para hacerse con la F1 y no pudo hacer frente a los pagos de los préstamos. Aquel circo era entonces una ruina.

Sin embargo, todo cambió a partir de ese episodio. CVC ha elevado la valoración de aquella inversión hasta una cifra que puede superar los 5.000 millones. Hoy, la Fórmula Uno podría alcanzar los 12.000 millones. Grupos como News Corp de Rupert Murdoch, el fondo soberano de Catar y otros fondos de capital riesgo se han posicionado en la parrilla de salida para hacerse con la empresa que gestiona los derechos de televisión de la F1, la publicidad de los grandes premios y los servicios a los equipos que participan en ellos, tales como el alojamiento, el suministro de combustible o neumáticos, entre otros.

El motivo de la venta es que CVC ha sobrepasado el tiempo de permanencia en su participada. Son más de diez años ya en el gran circo del motor. Sin embargo, cuando se constituye un fondo de capital riesgo el horizonte de inversión no suele superar los siete años y el objetivo de salida se plantea en el mismo momento de la entrada. Por eso en 2012, CVC intentó sacar a bolsa la empresa para poder desinvertir en el mercado de valores, pero en su camino se cruzó un viejo escándalo, otro más, con el todopoderoso Bernnie Ecclestone, alma mater de la Fórmula Uno y minoritario con alrededor del 13% del holding Delta Topco, con sede en EEUU. Delta es la sociedad mercantil con la que CVC controla la F1.

El contratiempo en cuestión no era baladí. En Alemania se le acusaba de haber pagado una comisión de 44 millones a un banquero para dirigir la venta de la Fórmula Uno en 2005 hacia un comprador aliado, en este caso, CVC. La empresa estaba entonces al borde la bancarrota y su principal dueño, el banco alemán Bayerische Landesbank, estaba dispuesto a vender al mejor postor sus acciones y traspasar la deuda asociada. CVC, que ya tenía experiencia en el mundo del motociclismo (Dorna), fue el elegido.

Un negocio de 12.000 millones

Finalmente, la salida a bolsa tuvo que abortarse hace cuatro años y CVC optó por una desinversión parcial que reconfiguró el accionariado con la venta del 27% de la F1 a un grupo de tres inversores financieros por una cantidad próxima a los 2.000 millones de dólares. La gestora británica Waddell & Reed pasó a tener un 20%, el gigante Blackrock un 3% y el fondo soberano de Noruega otro 5%. CVC redujo entonces su participación al 35% del capital, con otro 13% en manos de Ecclestone, según datos publicados en Racounter y extraídos del informe Fórmula Money.

Fue el último movimiento para exprimir el valor de la F1, a la que CVC no ha dejado de sacarle jugo desde que entró en su accionariado con el cobro de dividendos a préstamo, práctica habitual del capital riesgo que consiste en endeudar la empresa adquirida y recuperar parte de la inversión realizada con un dividendo extraordinario. Se estima, a partir de esas últimas transacciones en el capital de la F1, que el 100% de la empresa está valorado en unos 12.000 millones de dólares (unos 10.800 millones de euros).

Con este tipo de operaciones, CVC ha cosechado récords de rentabilidad con la F1, su mejor inversión y la operación que le ha dado prestigio para acometer otras grandes compras corporativas o atraer el dinero de inversores de todo el mundo hacia sus fondos. Hoy cuenta con más de 85.000 millones de dólares en activos bajo gestión e intereses en cientos de empresas por todo el mundo, entre ellas, el líder español del aceite de oliva Deoleo, la textil Cortefiel, el grupo de empresas de sanidad privada formado por IDC, Capio, Quirón y Ruber; también ha sido accionista de referencia en empresas como Abertis o Grupo Zena, entre otras.

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