Bruselas

Los cimientos en los que se asientan los Presupuestos del Gobierno de Pedro Sánchez para 2022 han quedado dinamitados aún antes de su aprobación final en el Congreso de los Diputados. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ha basado las cuentas públicas en un crecimiento del 6,5% en 2021 y un 7% el año que viene. La Comisión Europea no se cree las cifras de Calviño por ser excesivamente optimistas, pese a que datan de hace apenas un mes, y ha aplicado un fuerte recorte en sus previsiones de otoño.

Según los cálculos de Bruselas, la economía española se expandirá este año un 4,6%, es decir, casi dos puntos menos de lo previsto por Calviño; mientras que en 2022 el avance será del 5,5%, un punto y medio inferior. La vicepresidenta primera ha atribuido el empeoramiento a la dificultad de hacer previsiones en el actual contexto de alta incertidumbre y ha insistido en que, incluso en un escenario menos favorable, España cumplirá sus objetivos de déficit y deuda.

Sin embargo, al desplome económico sin precedentes sufrido el año pasado -el mayor de toda la UE- se suma ahora una recuperación mucho más lenta de lo previsto. El resultado es que España será el último país de la Unión en recuperar su nivel de riqueza previo a la pandemia. Mientras que la eurozona lo logrará ya a finales de 2021, nuestro país tendrá que esperar hasta el primer trimestre de 2023, es decir, un año más. 

España será el último país de la UE en recuperar su nivel de PIB previo a la pandemia

Incluso Italia, que fue golpeada por la Covid con una intensidad similar, se distancia de España en la recuperación con un rebote más rápido. El país transalpino, bajo la dirección de Mario Draghi, recobrará el terreno perdido durante el segundo trimestre de 2022, es decir, más de medio año antes. La sorpresa es que la Francia de Emmanuel Macron se adelanta a Alemania ya que volverá al nivel precrisis a finales de año, mientras que Berlín tendrá que esperar al primer trimestre de 2022.

¿Cuáles son los factores que según Bruselas explican el empeoramiento de España? La propia Comisión calculó en julio que nuestra economía crecería un 6,2% este año y un 6,3%, y apenas tres meses después revisa a la baja sus números. ¿Qué ha pasado? El primer factor tiene que ver con la decepcionante evolución de la primera mitad del daño.

Entre enero y marzo, la economía española se contrajo un 0,6% debido a las medidas restrictivas para hacer frente a la Covid. Para el segundo trimestre, el Instituto Nacional de Estadística calculó inicialmente un fuerte rebote del 2,8%, pero luego lo rebajó al 1,1% debido a un menor dinamismo del consumo privado.

A partir del verano, cuando el crecimiento ya estaba en disposición de alcanzar velocidad de crucero, ha tenido que enfrentarse a "vientos en contra" cada vez más intensos. En particular, la escalada imparable de los precios de la energía y los problemas de suministros por los cuellos de botella en las cadenas de aprovisionamiento mundiales.

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A todo ello hay que sumar el retraso en la ejecución de los fondos Next Generation EU (de los que España ha pedido 70.000 millones de euros en subvenciones), cuyo impacto positivo no empezará a sentirse plenamente hasta la segunda mitad de 2022, según la estimación del Ejecutivo comunitario. 

Pese a todos estos obstáculos, la Comisión todavía sostiene que la recuperación no está en riesgo. "La rebaja de la previsión para este año se enmarca en un contexto de expansión bastante fuerte de la economía europea también en 2022 y 2023. Eso significa que hay una pequeña demora, pero que el horizonte es de fuerte expansión", ha asegurado el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, en rueda de prensa.

No obstante, el Ejecutivo comunitario avisa de que todavía persisten riesgos importantes que amenazan con empeorar este escenario. "La persistencia o el resurgimiento de la pandemia en otros países podría pesar sobre el crecimiento económico, sobre todo retrasando la plena recuperación del sector turístico", dice la Comisión en sus previsiones económicas de otoño.

"Los cuellos de botella en el lado de la oferta y los precios de la energía y del transporte podrían retrasar la recuperación a corto plazo, mientras que los desajustes en el mercado de trabajo podrían afectar a la puesta en marcha de las inversiones verdes y digitales del plan de recuperación", apunta Bruselas.

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En el lado optimista, la Comisión señala que "la aplicación del plan de recuperación podría conducir a potentes efectos positivos de atracción y a un impacto más fuerte de las reformas clave sobre el crecimiento potencial".

En cuanto a la inflación, los precios "se mantendrán en niveles récord hasta el segundo trimestre de 2022 pese a algunas medidas adoptadas por el Gobierno para contenerlos". "Además, la indexación de las pensiones ejercerá presión al alza sobre la inflación subyacente", señala la Comisión.

No obstante, Bruselas cree que el alto nivel de paro en España "ayudará a contener los salarios y limitará los efectos de segunda ronda". Como resultado, las presiones inflacionistas empezarán a desvanecerse en la segunda mitad de 2022. La inflación marcará este año el 2,8% de media y bajará hasta el 2,1% el año que viene y hasta el 0,7% en 2023. 

En lo que sí tiene razón la vicepresidenta Calviño es que España todavía está en disposición de cumplir sus objetivos de reducción del déficit. Bruselas vaticina que gracias a la retirada progresiva de las ayudas desplegadas por la pandemia, el déficit bajará del récord del 11% el año pasado al 8,1% en 2021, el 5,2% en 2022 y el 4,2% en 2023, en línea con las cifras que maneja el Gobierno.

Por su parte, la deuda tocará techo este año en el 120,6% y bajará muy gradualmente hasta el 116,9% en 2023, dos puntos más de lo que prevé el Gobierno.

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