Mauricio Claver-Carone es un firme convencido de que la cooperación entre Europa y Latinoamérica va mucho más allá de las relaciones entre Estados. Es más, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está seguro de que la inversión privada será la gran palanca que impulse la reconstrucción económica americana y que en este escenario las empresas españolas pueden ser protagonistas.

Claver-Carone charla con Invertia a pocas horas de viajar a Madrid para participar a partir de este lunes en el IV Congreso Iberoamericano para líderes de compañías y familias empresarias organizado por el CEAPI (Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica). Un encuentro donde intentará convencer al Gobierno y a las principales empresas locales para que se sumen al BID en impulsar esta recuperación "compartiendo riesgos". "Queremos que las empresas españolas se asocien con el BID para invertir en Latinoamérica", ha indicado a este periódico.

Es uno de los primeros viajes oficiales de este estadounidense de origen español-cubano fuera del continente desde que fuese nombrado presidente del BID en octubre del año pasado. Una cita clave para el futuro más inmediato del banco, entidad que está constituida como la principal fuente de financiación multilateral para proyectos de desarrollo en América Latina y el Caribe. Éstas son sus reflexiones.

¿Cuál es el estado actual de la economía latinoamericana tras la pandemia?

El año pasado se produjo la peor contracción económica de la región en 200 años. Desde 1821 y las guerras de la independencia que no se veía algo peor. Esto significa que 20 millones de personas han perdido sus empleos formales; 30 millones han entrado en situación de pobreza; y 50 millones han salido de la clase media tras décadas de esfuerzo para robustecer este sector. Un retroceso que tiene un gran impacto social y que se puede acelerar aún más si no hacemos nada.

¿Cuál es el planteamiento del BID ante esta crisis? 

Ante esta situación tenemos dos opciones: podemos darnos por vencidos o actuar. Estamos convencidos de que esta crisis es una oportunidad multigeneracional para Latinoamérica y el Caribe porque no solamente podemos recuperarnos, sino que podemos tener una reconstrucción que nos deje mejores cifras que antes de la pandemia, con un crecimiento robusto, inclusivo y sostenible.

Habéis presentado Visión 2025. ¿Cuáles son las claves de vuestra hoja de ruta?

Este plan tiene cinco ejes que se tienen que poner en marcha cuando podamos acelerar nuestro crecimiento económico. El primero de ellos es la integración y los acuerdos de libre comercio, el segundo eje es la digitalización, el tercer eje es el apoyo a las pymes, el cuarto es el tema de género y el quinto es el clima.

La incorporación de la mujer en el trabajo siempre ha sido un tema pendiente...

No hay mejor manera de impulsar la economía que trabajar en la incorporación de la mujer al mercado laboral y en la financiación para que puedan formar pequeñas y medianas empresas. Las mujeres emprendedoras son las más exitosas de la región. Una empresa liderada por una mujer tiene el 10% más de ingresos que una liderada por un hombre y con un 70% menos de financiación. Unas tendencias que hay que romper.

Yo soy muy optimista respecto de esta recuperación económica, pero el problema es que para acelerarla hace falta la vacunación y hasta que el nivel de vacunación mejore poco se puede hacer.

El cambio climático tampoco ha sido nunca una prioridad en Latinoamérica...

Lo que estamos viendo con la transformación de las renovables es que la región tiene una oportunidad enorme. Las renovables dependen de los minerales y las turbinas de viento son todas de cobre y las baterías eléctricas de litio. La mayoría de estos minerales están en Latinoamérica y esa es una oportunidad que debemos aprovechar. Podemos ayudar en construir la minería del siglo XXI con una gran oportunidad de crecimiento y generación de empleo para el continente.

El primer paso para recuperación económica en Latinoamérica es la vacunación...

Yo soy muy optimista respecto de esta recuperación económica, pero el problema es que para acelerarla hace falta la vacunación y hasta que el nivel de vacunación mejore poco se puede hacer. El problema es que la región tiene serios problemas en poder distribuir la vacuna y avanza de manera muy lenta. Existe una correlación entre la recuperación plena y el ritmo de vacunación, por lo que las oportunidades de las que hablamos no se van a poder llevar a cabo si no despega la vacunación.

En Europa se ha apostado por un Plan de Recuperación de 140.000 millones de euros. ¿Cómo se puede hacer algo similar en Latinoamérica?

Lo primero que hay que tener claro es que la recuperación será liderada por el sector privado. Y la razón de que voy a España es que participaré en el Congreso de la Ceapi para hablar con los empresarios españoles y presentarles la manera de que, en sociedad con el BID, podemos ayudar a esta reconstrucción en Latinoamérica. Les ayudamos a mitigar riesgos y a rentabilizar su inversión, porque sin estas inversiones no va a producirse la reactivación, ni tendremos una recuperación plena.

¿Qué fórmulas tenéis en el BID?

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha hablado de proveer de recursos a la región y en este sentido nosotros aportamos ideas. El Plan Marshall para la región existe y se llama capitalización del BID, porque somos el socio preferencial para el financiamiento de la región y no solo para la parte pública, sino que también para la inversión privada y para la digitalización con el BID Lab, que es nuestra área de innovación para la parte tecnológica.

Pero esto es a medio y largo plazo...

Evidentemente, pero podemos hacer cosas creativas en estos momentos. Se está hablando mucho en España de las líneas de créditos para los gobiernos, pero además hay que buscar la manera de monetizar estos recursos. Para lo cual, una de las cosas que propondremos al Gobierno de España es que el BID sea el depositario de recursos, para monetizarlos, escalarlos y multiplicarlos en proyectos y programas e inversiones en la región, tanto del sector público como privado.

¿Hay apetito inversor por Latinoamérica?

En el BID lanzamos una iniciativa basada en estrechar las líneas de abastecimiento para atraer esas inversiones que antes habían ido a China y que ahora queremos acercar a las Américas. Por eso lanzamos la mayor asociación con el sector privado de nuestra historia con 40 empresas, la mayoría americanas, pero también españolas como Santander, Sacyr, Telefónica o Indra. Todos con un compromiso de crecer en la región.

¿Se están haciendo en Latinoamérica las reformas necesarias para fomentar e impulsar estas inversiones?

Nuestra región es muy diversa y cada país tiene su problemática, sus políticas diferentes y su desventaja comparativa. A nivel macro existe el interés en invertir, es por ello por lo que los países que tengan las mejores infraestructuras y los incentivos adecuados recibirán estas inversiones. Y los que no agilicen estos procesos ni políticas  van a perder esta oportunidad.

Pese a su implicación histórica, España es un accionista pequeño del BID con apenas el 2%

¿Lo ven así los gobiernos del continente?

No creo que exista mayor incentivo para poner en marcha estas reformas para alentar la inversión que el interés que tienen actualmente las empresas extranjeras. En nuestro viaje a España ofreceremos a las empresas españolas mitigar el riesgo de invertir, pero si todos los países hiciesen estas reformas y tuviesen condiciones más acogedoras, el BID tendría que mitigar mucho menos riesgo.

¿Qué países están destacando más?

Cuando me contactan las empresas, ven oportunidades. Los países de los que mejores referencias he escuchado son Costa Rica, Uruguay, Colombia -aunque ahora tenga complicaciones- República Dominicana, Panamá, Chile y países grandes por escala como Brasil. En cualquier caso, los que mejor ambiente de inversión creen son los que más se van a favorecer de esta oleada de inversión que va a venir cuando se recuperen las economías. 

¿No le parece que la inestabilidad endémica de Latinoamérica puede perjudicar a la inversión?

Yo no lo llamaría inestabilidad política, sino que descontento social, lo cual es algo que también pasa en España. Evidentemente, es algo que nos preocupa, pero me preocupan más los 50 millones de personas que han salido de la clase media y que pueden tener un mucho mayor descontento. No es casualidad que los países en donde hay más descontento sean Chile o Colombia, países con ingresos medios. Es un reto para que los gobiernos ofrezcan mejores y más eficientes servicios y que aceleren esta recuperación de la mano de mejores infraestructuras.

¿Cómo impulsar estas infraestructuras?

Nada ha podido revelar de manera más trágica la falta de inversión en infraestructuras en la región como la pandemia. Tenemos a menos del 10% de la población mundial, pero una tercera parte de las muertes globales por Covid-19. Falta inversión en servicios básicos, en digitalización y en educación. Por eso, los gobiernos no deben tomar decisiones equivocadas como en el pasado cuando se invertía en programas a corto plazo y populistas. Deben invertir en la infraestructura para afrontar mejor la reconstrucción. Si se invierte un dólar en infraestructuras, se generan dos dólares de impacto en el PIB. Y aquí el BID puede ser un socio muy importante de los gobiernos y de las empresas privadas.

En este sentido, ¿qué papel juega España como puente de Latinoamérica y Europa?

España es un país clave para Latinoamérica y su recuperación económica. Por eso este viaje a Madrid tendrá varios objetivos: el primero será ir al Congreso de la Ceapi para ofrecer al sector privado español una asociación con el BID para su inversión en la región y el segundo será abrir una oficina del BID en Madrid para situarla como nuestra sede para toda Europa. Hasta ahora estaba en Bruselas, pero creemos firmemente que Madrid es la puerta de entrada de Latinoamérica a Europa y viceversa. No hay país en Europa que le importe más Latinoamérica que España.

¿Está contento con la implicación de España en el BID?

Pese a su implicación histórica, España es un accionista pequeño del BID con apenas el 2%. Recordemos que entró en la organización en los años sesenta durante la dictadura y durante un tiempo no tenía muchos recursos, pero actualmente para mí es muy importante que España refuerce su presencia en el BID. Creo que debería equiparse a Japón, que actualmente es el socio no regional más importante con un 5% de participación. Y debería aprovechar el BID para reforzar su presencia en el continente, escalar los recursos en la región y poder apoyar al sector privado. Y ojalá en la capitalización que vamos a llevar a cabo sean protagonistas.

¿De qué capitalización estamos hablando?

Usualmente el BID tiene una capitalización de entre 12.000 y 14.000 millones, pero en pandemia firmamos 22.000 millones de euros que se aprobaron en 2020. La idea es que la nueva normalidad nos lleve a estos 22.000 millones, de los que parte ya están asegurados. Francamente, la región necesita estos recursos y si no aportamos nosotros estos recursos lo harán otros, como China que han rellenado un vacío que el BID ha dejado libre cuando no ha tenido los recursos para cumplir con nuestro objetivo.

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