La Covid-19 ha obligado a los Estados a inyectar en la economía 14 billones de dólares con sus políticas de apoyo fiscal en el último año, según la última actualización del Monitor Fiscal del Fondo Monetario Internacional (FMI). Solo para afrontar la segunda ola han sido necesarios 2,2 billones de euros, si se compara esta cifra con la que contenía el último informe de octubre de 2020.

Todo esto, cuando ya estamos inmersos en una tercera ola que obligará a los Gobiernos a poner sobre la mesa más medidas de apoyo para ayudar a las familias y las empresas. De esos 14 billones de dólares, 7,8 billones han sido en forma de gasto público adicional y 6 billones se han articulado en forma de inyecciones financieras, crédito o avales, como los que ha concedido el Gobierno de España con el ICO.

Se trata de un dinero público que "ha contribuido a salvar vidas y formas de vida y ha mitigado los efectos de la pandemia en el consumo", según el FMI.

El problema es que esto ha disparado el déficit hasta el 13,3% de media en las economías avanzadas, el 10,3% en los mercados emergentes y al 5,7% en los países más pobres. Una situación que nos hace más vulnerables a todos desde el punto de vista financiero.

Más déficit en España

En el caso de España, el déficit que estima el organismo que se incurrió en 2020 alcanza el 11,7%, mientras que este año debería reducirse, según sus previsiones, al 8,2% del PIB. Si se compara con su último informe, el desajuste del pasado año habría sido inferior al estimado por sus analistas en octubre, pero el proyectado para este ejercicio es siete décimas superior. 

Estos datos se publican después de que este martes el FMI rebajara sus previsiones de crecimiento para la economía española al 5,9% mientras mejoraba las de la economía global ante la llegada de las vacunas.

Mientras, la deuda pública española alcanzará el 118,9% en 2021, siete décimas por encima de la registrada el pasado año, siempre según sus cálculos.

Sin embargo, pese a la magnitud de estas cifras, mientras llegue la vacuna habrá que mantener "el apoyo fiscal para las familias y empresas que lo necesiten" hasta que llegue una recuperación más firme, advierte el Fondo.

Esto no significa, advierten sus economistas, que sea realista mantener de manera permanente la 'barra libre fiscal', con lo que reclama a los países que trabajen en planes "creíbles" de consolidación fiscal para cuando pase la pandemia y esté en marcha la recuperación.

También reclama a los Gobiernos que sean "más eficientes" en el uso del gasto público y que hagan un "mejor control del Presupuesto y de la deuda".

Deuda desbordada 

La pandemia ha disparado la deuda pública global, que ha pasado de representar el 84% al 98% del PIB mundial. En este contexto, el FMI considera vital contar con programas de consolidación fiscal en el medio plazo que sean creíbles.

Ante este alto endeudamiento de la economía mundial, el FMI se muestra preocupado por la posibilidad de que las agencias de calificación rebajen la nota a muchos países o a que los mercados financieros dejen de 'sentirse cómodos' con estos volúmenes de déficit.

El organismo con sede en Washington considera que acelerar la vacunación y cooperar para que llegue a todos los países a nivel global es vital. 

Además, advierte que es imprescindible proteger mejor a los colectivos más vulnerables, entre los que cita a los pobres, las mujeres y los trabajadores más precarios.

Una vez que la pandemia esté controlada, los países deberán trabajar para formar a su población activa en los empleos que van a ser demandados tras los cambios estructurales que se están produciendo en la economía.

Al igual que la Unión Europea, el Fondo con sede en Washington traza una hoja de ruta que pasa por la transición ecológica y la digitalización para conseguir un crecimiento más sostenible del planeta.