Bruselas

El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves manter sin cambios su arsenal de estímulos monetarios ante el empeoramiento económico provocado por la tercera ola de la Covid-19 y las nuevas variantes altamente contagiosas detectadas en Reino Unido y Sudáfrica. La presidenta Christine Lagarde se reserva la munición para el caso de que la vacunación siga avanzando a ritmo ultralento y se agraven los confinamientos decretados en Alemania y otros Estados miembros para frenar la pandemia.

"El Consejo de Gobierno sigue estando preparado para ajustar todos sus instrumentos, como sea apropiado, con el fin de garantizar que la inflación avance hacia su objetivo de forma sostenible", asegura el comunicado hecho público al término de la reunión. En diciembre, la inflación en la eurozona se situó en el -0,3%, muy lejos del objetivo del 2% del BCE.

El Consejo de Gobierno ya decidió en su anterior reunión ampliar en 500.000 millones de euros extra su programa de compra de deuda de emergencia frente a la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés), que cuenta así con una dotación total de 1,85 billones de euros. Hasta ahora, el BCE ya ha gastado 780.732 millones. 

Además, la duración de este programa extraordinario, cuyo objetivo es mantener bajo control la prima de riesgo de los países más vulnerables (en particular Italia y España) se ha extendido como mínimo hasta marzo de 2022. "Las compras en el marco del PEPP se realizarán para mantener unas condiciones de financiación favorables durante el período de la pandemia", señala el comunicado del BCE.

"Si las condiciones de financiación favorables pueden mantenerse con unos flujos de compras de activos que no agoten la dotación del programa, no será necesario utilizar la dotación íntegramente. Asimismo, esta dotación puede recalibrarse si es necesario para mantener unas condiciones de financiación favorables que contribuyan a contrarrestar el impacto negativo de la pandemia en la senda de la inflación", asegura el Consejo de Gobierno. 

Tal y como ocurría hasta ahora, la deuda que llegue a vencimiento se reinvertira al menos hasta final de 2023. En paralelo, Lagarde prosigue con su plan ordinario de compra de deuda (APP, por sus siglas en inglés) a un ritmo de 20.000 millones de euros al mes.

Sin cambios en los tipos

El BCE también mantiene sin cambios los tipos de interés. En concreto, el tipo general de referencia se queda en el mínimo histórico del 0%, mientras que la facilidad de depósito, la remuneración (ahora mismo penalización) de los bancos por aparcar su exceso de liquidez en Fráncfort, se queda en el -0,5%. Tampoco hay cambios en el programa de operaciones de refinanciación a largo plazo (TLTROs), con el que BCE proporcion liquidez ultrabarata a los bancos para que no corten el crédito a empresas y hogares con problemas.

El escenario central de Lagarde sigue siendo que la eurozona experimentará este año un fuerte rebote económico una vez que se disipe la incertidumbre de la pandemia. El BCE preveía una recaída económica en el cuarto trimestre de 2020, seguida de un crecimiento del 3,9% este año. Un escenario que la presidenta aún considera "plausible" porque contemplaba medidas de confinamiento hasta el final del primer trimestre.

Al mismo tiempo, Lagarde ha avisado contra cualquier tentación de retirar los estímulos monetarios o fiscalas de forma prematura, lo que a su juicio provocaría "graves riesgos" para la economía. 

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