Bruselas

Las negociaciones sobre las ayudas a la reconstrucción de la UE para amortiguar el impacto de la crisis del coronavirus siguen bloqueadas. La enésima ronda de diálogo celebrada este miércoles entre Alemania (que representa a los Veintisiete en su condición de presidencia turno de la UE) y la Eurocámara ha vuelto a saldarse en un sonoro fracaso. Las dos partes no sólo no han acercado posturas, sino que se han enzarzado en una pelea pública en Twitter.

El bloqueo persistente pone en riesgo la ratificación del acuerdo que alcanzaron los líderes europeos en la maratoniana cumbre de julio. Un pacto que incluye el fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros y un presupuesto plurianual de 1,074 billones para el periodo 2021-2027. En total, 1,8 billones de euros. España será uno de los principales perjudicados por cualquier retraso, ya que aspira a recibir 140.000 millones sólo del fondo anti-Covid.

La jornada ha comenzado con una nueva propuesta de compromiso de los negociadores de la Eurocámara para tratar de desencallar el diálogo. El Parlamento Europeo reclama un aumento de 39.000 millones en el presupuesto plurianual pactado en julio. Un dinero que se destinaría a reforzar 15 programas clave de la UE en materias clave como la transición verde, la digitalización, la sanidad, la investigación o la lucha contra la inmigración ilegal.

"Esto marcaría un cambio mínimo (del 2%) al paquete de 1,8 billones de julio, pero supondría una enorme diferencia para los ciudadanos que se benefician de nuestras políticas comunes", ha alegado la Eurocámara en un comunicado. Los parlamentarios reclaman dinero nuevo para estos programas y no únicamente trucos contables.

La presidencia alemana ha rechazado la oferta vía Twitter cuando los negociadores de ambos bandos todavía estaban reunidos. "Hola Parlamento, hemos hecho las cuentas y hemos calculado los costes adicionales de vuestra última propuesta presupuestaria: ahora superan los 90.000 millones de euros, en comparación con los 50.000 millones de la semana pasada", ha escrito el portavoz alemán, Sebastian Fischer.

"Gracias por verificar, pero en realidad lo que estás haciendo es contar dos veces. Si no utilizas tu dinero para gastos este mes sino que lo haces el mes siguiente, no estás gastándolo dos veces", le ha replicado uno de los negociadores de la Eurocámara, el conservador portugués José Manuel Fernandes. "Tus cálculos son equivocados y no responden a la propuesta del Parlamento", le ha dicho el portavoz de los Verdes, Rasmus Andresen.

En definitiva, una negociación en directo por Twitter. A media tarde, la Eurocámara ha publicado un comunicado en el que acusa a Berlín de mentir. "Hemos leído en la prensa una tergiversación de la oferta de compromiso del Parlamento. El Parlamento ha sido plenamente transparente todo el tiempo: en resoluciones públicas, comunicados de prensa y cartas abiertas. Nuestras aportaciones constructivas o bien no se han leído o están siendo deliberadamente manipuladas", ha dicho el presidente de la comisión de Presupuestos, Johan van Overtveldt.

En un intento de convencer a la Eurocámara, Berlín había propuesto la semana pasada un incremento de 9.000 millones de euros a los programas que abandera. Pero en su oferta no hay nada de dinero nuevo, sino que se basa en cambiar partidas de destino y exprimir los márgenes presupuestarios. Lo cierto es que ningún Estado miembro está dispuesto a reabrir los techos que costaron cinco días y cuatro noches de negociación en julio.

La disputa presupuestaria será el primer punto en la agenda de la cumbre de líderes de la UE que empieza este jueves en Bruselas. El presidente de la Eurocámara, David Sassoli, les trasladará directamente sus reivindicaciones en su tradicional intervención al inicio de todos los Consejos Europeos.

Además del dinero, el Parlamento quiere un mecanismo más estricto para condicionar los fondos al respeto del Estado de derecho y una hoja de ruta vinculante sobre la creación de impuestos europeos. Las negociaciones seguirán en las próximas semanas, pero cualquier aplazamiento más allá de octubre provocaría que el fondo de reconstrucción no esté ratificado y listo para el 1 de enero de 2021, como estaba previsto.

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