Bruselas

"Nos encaminamos cada vez más a un bloqueo total en las negociaciones presupuestarias. El calendario se demora una y otra vez. Ya ahora, un retraso con consecuencias para la recuperación económica de Europa será probablemente inevitable", avisa el embajador de Alemania ante la UE, Michael Clauss, cuyo país ocupa la presidencia de turno.

El precario acuerdo alcanzado en julio para crear un fondo de reconstrucción de 750.000 millones se resquebraja. Los países 'frugales' nórdicos (Holanda, Austria, Suecia, Dinamarca y Finlandia) y los del Este (Hungría y Polonia), aunque por motivos opuestos, han formado una "pinza" que amenaza con hacer descarrilar la ratificación de este instrumento.

Los frugales nunca quisieron estas ayudas pensadas para salir al rescate de España e Italia. Por su parte, Varsovia y Budapest temen que se les congelen las subvenciones europeas por su deriva autoritaria. A esta disputa entre Gobiernos hay que sumar el choque entre las capitales y el Parlamento Europeo, que también debe dar su visto bueno y pide más dinero para programas de la UE.

España, el Estado miembro más golpeado por la Covid-19 tanto desde el punto de vista sanitario como económico, sería el principal perjudicado por cualquier retraso de las ayudas de la UE. Nuestro país aspira a recibir 140.000 millones de euros en subvenciones y préstamos a partir de 2021. Una inyección de dinero clave en la estrategia presupuestaria del Gobierno de Pedro Sánchez.

El bloqueo del fondo de reconstrucción no figura sin embargo en la agenda oficial de la cumbre de líderes europeos que empieza este jueves en Bruselas. La reunión debía haberse celebrado la semana pasada pero se aplazó porque el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, estuvo en contacto con un escolta contagiado de Covid-19. Al final, Michel no ha dado positivo y ya ha pasado la cuarentena.

Los líderes europeos tienen previsto discutir sobre las relaciones con China y Turquía, la situación en Bielorrusia, el envenenamiento del opositor ruso Alexei Navalny o el conflicto en Nagorno-Karabaj. El debate económico estará consagrado al refuerzo de la "autonomía estratégica" y la "resiliencia" de la UE. 

La recuperación, en riesgo

Pero todas las fuentes consultadas admiten que los problemas con las ayudas anti-Covid "sobrevolarán" el Consejo Europeo. "Hay bastantes países que están preocupados porque estamos perdiendo tiempo en la ratificación del acuerdo, lo que puede poner en riesgo la recuperación si no tenemos cuidado. El problema estará sin duda en las mentes de los líderes, aunque no esperamos una gran discusión", explica un alto diplomático de la EU.

Al igual que ya hizo la semana pasada durante su visita a Bruselas, Pedro Sánchez volverá a pedir durante el Consejo Europeo que se cumplan los plazos y que el fondo de reconstrucción se ratifique lo antes posible. "España apoya los esfuerzos de la presidencia alemana para intentar que esto se solucione y no se retrase más la aprobación. Queremos que todo vaya rápido, lo más rápido posible", explican fuentes gubernamentales. 

El presidente del Gobierno tiene previsto abordar la cuestión en una reunión bilateral este jueves con Charles Michel. También se verá con el negociador de la UE para el brexit, Michel Barnier. El pasado miércoles mantuvo encuentros con el presidente de la Eurocámara, David Sassoli; el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni; y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, a la que ha invitado a una reunión de la conferencia de presidentes. 

La "pinza" entre el club de los frugales y Polonia y Hungría que amenaza la puesta en marcha del fondo de reconstrucción se ha vuelto a ver este miércoles en la aprobación del nuevo reglamento que vincula las ayudas de la UE al respeto del Estado de derecho. Varsovia y Budapest han votado en contra porque lo consideran un "chantaje": los dos países estan expedientados por la UE por su deriva autoritaria. 

En el extremo contrario, Holanda, Dinamarca, Suecia y Finlandia han votado en contra por considerar que las condiciones en materia de Estado de derecho no son suficientemente estrictas. Al bloque del 'no' se ha sumado además Bélgica, mientras que Luxemburgo y Austria se han abstenido.

Vetos cruzados

Pese a todas estas deserciones, la propuesta de compromiso de la presidencia alemana ha salido adelante por mayoría cualificada y ahora tiene que negociarse con la Eurocámara. Sin embargo, hay otra pieza legislativa que sí requiere la unanimidad de los 27 Estados miembros y la ratificación en los parlamentos nacionales: la norma que autoriza a la Comisión a endeudarse para captar los 750.000 millones de euros. Y ahí Holanda y Hungría mantienen los vetos cruzados.

El otro problema está en el Parlamento Europeo, que se niega a ratificar el acuerdo presupuestario a menos que los Gobiernos atiendan sus reivindicaciones. Unas demandas que repetirá a los líderes europeos el presidente David Sassoli al principio de la cumbre. La Eurocámara tiene tres demandas fundamentales. En la primera, coincide con los frugales: endurecer las condiciones en materia de respeto del Estado de derecho a la hora de acceder a las ayudas de la UE.

En segundo lugar, el Parlamento quiere aumentar el gasto en una serie de programas de la UE para la lucha contra el cambio climático, la transición digital, el I+D o la protección de fronteras, algo que nunca aceptarán los nórdicos. Su última reivindicación es un compromiso vinculante para crear nuevos impuestos europeos que permitan pagar la deuda y financiar los futuros presupuestos comunitarios a partir de 2027, visto con suspicacia por la mayoría de Estados miembros.

Las negociaciones sobre estas cuestiones también están atascadas y en las últimas semanas ha habido varios cruces de reproches entre la Eurocámara y la presidencia alemana. El objetivo de alcanzar un acuerdo antes de que acabe octubre parece cada vez más lejano. Y aumenta el riesgo de una ruptura total que se lleve por delante el fondo de reconstrucción.