Bruselas

Cuanto más dura sea la caída económica provocada por la crisis del coronavirus, más difícil resultará volver a ponerse en pie y recuperarse, según ha avisado el Banco Central Europeo (BCE). La institución dirigida por Christine Lagarde prevé que el producto interior bruto (PIB) de la eurozona se desplome hasta un 12% este año en el peor de los escenarios.

Si se confirma este hundimiento sin precedentes, la recuperación será de apenas un 4% en 2021 y el nivel de riqueza de la eurozona "seguirá muy por debajo del nivel observado a finales de 2019 hasta finales de 2022".

La hipótesis de partida del BCE en este escenario más pesimista es que el confinamiento se prolongue al menos hasta el mes de junio y sólo tenga un éxito limitado a la hora de frenar la expansión del virus, lo que obligaría a mantener medidas restrictivas estrictas durante un largo periodo de tiempo.

En estas circunstancias, el PIB de la eurozona se desplomaría un 15% durante el segundo trimestre de 2020, tras la caída del 3,8% registrada entre enero y marzo. A continuación seguiría una recuperación lenta e incompleta, con tasas de crecimiento de alrededor del 6% y el 3% durante el tercer y el cuarto trimestre de 2020.

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El resultado sería una contracción sin precedentes del 12% en 2020 y un mínimo rebote del 4% en 2021. La incierta epidemiología del virus, la diferente eficacia de las medidas de contención y el daño económico causado por la crisis seguirán lastrando la recuperación económica tanto en el escenario más pesimista como en el intermedio.

En el escenario intermedio del BCE, el confinamiento más estricto termina durante el mes de mayo pero se mantienen medidas restrictivas para controlar el virus, lo que implica un retraso del retorno a la vida normal y pérdidas económicas persistentes. Eso significaría una caída del PIB del 8% este año y una recuperación algo más potente del 5% en 2021.

Finalmente, en el escenario más suave el confinamiento termina durante el mes de mayo y se produce un retorno gradual a la actividad normal, por lo que las pérdidas económicas sólo serían temporales. Es decir, una caída del PIB de alrededor del 5% este año y una recuperación del 6% el año que viene que permitiría volver rápidamente a los niveles previos al Covid-19.

Por su parte, los economistas a los que consulta el BCE esperan que la crisis del coronavirus y las medidas de confinamiento tengan un fuerte impacto en la inflación, el crecimiento y el paro. El grupo de expertos considera que la eurozona se contraerá un  5,5% este año y volverá a crecer un 4,3% el que viene y un 1,7% en 2022.

Estas cifras representan una fuerte revisión respecto a la última ronda de consultas de -6,6 puntos para 2020 y +3,1 puntos para 2021.

La previsión de tasa de paro en la eurozona se ha fijado en el 9,4%, el 8,9% y el 8,4% para 2020, 2021 y 2022, respectivamente. Esto representa una revisión al alza de 1,9, 1,5 y 1,1 puntos porcentuales, respectivamente. Finalmente, las expectativas de inflación son del 0,4% este año, el 1,2% en 2021 y el 1,4% en 2022, es decir, muy lejos del objetivo del 2% del BCE.

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