La vicepresidenta segunda, Nadia Calviño, ha logrado imponer su criterio en la negociación del salario mínimo interprofesional (SMI). La ministra de Asuntos Económicos intervino en el último tramo de las conversaciones con los sindicatos para frenar las subidas pactadas esta semana con el Ministerio de Trabajo y que ponían cifras concretas para el año 2022 y 2023.

A primera hora del jueves se filtraba que el Ministerio de Trabajo, dirigido por Yolanda Díaz, ultimaba un acuerdo para subir 15 euros el salario mínimo interprofesional en 2021. Esta información indicaba, además, que los sindicatos habían aceptado este montante tras acordar que en 2022 el SMI se subiría hasta los 1.000 euros y en 2023 hasta los 1.060, como ya adelantó Invertia hace unas semanas.

Un pacto que, sin embargo, un par de horas después fue desmentido por la vicepresidenta segunda y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que desde Vigo indicó que "no hay ningún acuerdo" e invitó a "dejar que sigan las conversaciones" antes de tomar la decisión, "que es la responsabilidad del Gobierno". 

Unidas Podemos siempre ha defendido la mayor subida posible del SMI y en Asuntos Económicos creen que la cifra debe ser moderada. Es por ello por lo que Calviño tuvo que intervenir públicamente -y en privado- en medio de las negociaciones para frenar estas supuestas subidas acordadas para 2022 y 2023.

En sus declaraciones bajó las expectativas indicando que esperaba cerrar el pacto "en próximos días", para su aplicación "en la última parte del año". "Vamos a esperar a tomar la decisión y se aplicará a partir de entonces", ha apuntado.

Subidas de 2022 y 2023

Finalmente, a última hora del jueves Trabajo anunció el acuerdo, pero solo para este 2021 (15 euros) y sacando de la ecuación las subidas de 2022 y 2023. De hecho, la nota distribuida deja en el aire estos incrementos. 

"Con esta nueva subida, la segunda desde el inicio de la legislatura, el Gobierno y los sindicatos avanzan en el compromiso para que el SMI, mediante su progresiva revisión en 2022 y 2023, alcance el 60% del salario medio antes del fin de la legislatura". Pero no hubo ninguna otra mención a un supuesto acuerdo en cuando a los montantes a subir para estos años.

¿Qué ha pasado? Las fuentes consultadas por este diario indican que el acuerdo original se ha frenado porque el Ministerio de Asuntos Económicos de Nadia Calviño se opuso frontalmente a las subidas de 2022 y 2023. La vicepresidenta primera considera que es arriesgado comprometerse con una cifra concreta para los siguientes dos cursos y no cree conveniente comenzar a aplicarla a partir de septiembre.

En Asuntos Económicos se da por hecho que al final de la legislatura se llegará al objetivo del Gobierno de que el SMI sea el 60% del salario medio en España, pero consideran que es muy pronto para firmar una cifra a dos años vista, sin saber como evolucionará el empleo ni la economía en este periodo.

Calviño tampoco está demasiado conforme con los montantes acordados. El pasado mes de junio, el Ejecutivo contrató a un comité de expertos para estudiar esta subida. El informe recomendaba que se elevara hasta una horquilla de entre 1.012 y 1.047 euros en 14 pagas de aquí a 2023. Unas cifras que se superaban largamente en el acuerdo filtrado.

Supuesto acuerdo

Es un hecho que Nadia Calviño nunca ha sido una defensora de que se subiera el SMI porque prefiere consolidar la recuperación económica y proteger la creación de empleo, pero abrió la puerta tras conocerse las cifras de contratación del verano, que certificaron que se volvía a niveles de empleo prepandemia.

Incluso el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, confirmó a comienzos del curso que la subida sería una realidad este año, un anuncio que también fue acordado con la vicepresidenta de Asuntos Económicos.

El problema es el detalle de cómo se articulará esta subida y las formas con las que se ha comunicado la noticia del supuesto acuerdo. Calviño no vio con buenos ojos que se filtrara el acuerdo sin tenerlo completamente cerrado con su departamento ni con el presidente de Gobierno.

De hecho, el anuncio de primera hora del jueves fue visto como un órdago de Yolanda Díaz para presionar al resto del Gobierno y que se firmase cuanto antes la subida del SMI, una apuesta personal de la vicepresidenta segunda y un caballo de batalla del bloque de Unidas Podemos del Ejecutivo.

En cualquier caso, las informaciones se conocieron con Nadia Calviño en Vigo y con poco margen de maniobra para reaccionar. Es por ello que la ministra de Asuntos Económicos movió ficha rápidamente para poner paños fríos a la negociación y llevó el acuerdo a su terreno y bajo sus condiciones.

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