Bruselas

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha avisado este jueves de la debilidad de la economía de la eurozona, que podría agravarse en los próximos meses por el impacto de la nueva guerra en Oriente Próximo. Pese a ello, la presidenta descarta absolutamente volver a bajar los tipos de interés a corto plazo.

Lagarde ha vuelto a pedir a los Gobiernos de la eurozona que retiren todas las ayudas energéticas y comiencen a reducir la deuda pública para no socavar el trabajo de lucha contra la inflación del BCE. Al mismo tiempo, la UE debe concluir la reforma de sus reglas de disciplina fiscal antes de que acabe el año.

Tras 10 alzas consecutivas en un periodo de 15 meses, el Banco Central Europeo (BCE) ha decretado por primera vez este jueves una pausa en el ciclo de subidas de tipos de interés más agresivo de su historia, dejando el precio del dinero sin cambios en un nivel récord del 4,5%.

[El BCE decreta una pausa en las subidas de tipos y deja el precio del dinero en el 4,5%]

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Lagarde ha explicado que la decisión de parar se ha adoptado por unanimidad, pero ha negado categóricamente que se trate del primer paso para volver a bajar los tipos.

"Incluso discutir la posibilidad de recortes es absolutamente prematuro. De momento, lo que estamos diciendo es que debemos mantenernos firmes. Esa es la decisión de hoy: mantenernos", sostiene la presidenta. 

Es más, Lagarde ni siquiera ha descartado volver a endurecer la política monetaria si los datos de inflación así lo exigen. "El hecho de que pausemos no significa que ya nunca vayamos a subir los tipos de nuevo", ha explicado.

"Tras 10 subidas en los últimos 15 meses, la decisión que hemos tomado es por primera vez una pausa. A veces, la inacción es acción. Y la decisión de mantenernos (firmes) es realmente significativa", argumenta la presidenta del BCE.

Según los últimos datos disponibles, la producción manufacturera ha seguido cayendo en la eurozona, mientras que el sector servicios también está sufriendo una ralentización. El endurecimiento de las condiciones de financiación y la bajada de la demanda externa pesan cada vez más sobre la inversión y el gasto de los consumidores, ha relatado Lagarde.

"Es probable que la economía siga débil durante el resto de este año. Pero a medida que la inflación siga cayendo, los ingresos reales de los hogares se recuperen y la demanda de exportaciones de la zona del euro se recupere, la economía debería fortalecerse en los próximos años", sostiene la presidenta.

No obstante, el BCE avisa de un aumento de los riesgos por la guerra de Israel y Hamás, que podría hundir de nuevo la confianza económica y hacer subir de nuevo los precios de la energía.