Christine Lagarde, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), ha insistido este lunes en el mismo mensaje que ya lanzó hace cuatro días: la institución tendrá que “subir significativamente” y a un ritmo constante los tipos de interés. Y una vez que lo haga, deberá mantenerlos en niveles “suficientemente restrictivos” el tiempo que sea necesario para reducir la inflación al objetivo del 2%.

En otras palabras, los miembros del Consejo de Gobierno del BCE mantendrán “el rumbo para asegurar el retorno de la inflación a su meta”. Así lo ha señalado Lagarde en un discurso pronunciado en la recepción anual de la Deutsche Börse en Eschborn (Alemania).

En su intervención, Lagarde también ha recordado que el instituto emisor elevó los tipos de interés 250 puntos básicos en solo medio año, la subida más rápida de su historia.

Control de la inflación

Estas declaraciones se suman a las que ya hizo la francesa la semana pasada, en las que subrayó que la inflación en la zona euro sigue siendo demasiado alta, independientemente de la referencia analizada, y reiteró que la misión del banco central pasa por evitar el desanclaje de las expectativas inflacionistas.

En un coloquio en el Foro de Davos, hizo hincapié en que el control de la inflación es la misión principal de la entidad. Por ello, rebajó la importancia de la reciente moderación de la lectura general para la eurozona, que se relajó en diciembre por segundo mes consecutivo, hasta el 9,2%.

0,5 o 0,25 puntos

Pero Christine Lagarde no ha sido la única responsable de política monetaria que ha tomado la palabra este lunes para exponer sus puntos de vista sobre el devenir de los tipos de interés. La mayoría de ellos se han mostrado a favor de una subida de 50 puntos básicos en las dos próximas reuniones, en febrero y en marzo.

Así, los gobernadores de los bancos centrales de Holanda y Eslovaquia, Klaas Knot y Peter Kazimir, respectivamente, se han posicionado a favor de sendas alzas, mientras que sus homólogos de Italia y Grecia, Ignazio Visco y Yannis Stournaras, han abogado por una postura más cautelosa.

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"Una caída de la inflación en dos meses consecutivos es una buena noticia. Pero no es una razón para desacelerar el ritmo de aumento de las tasas de interés", dijo Kazimir en un comunicado recogido por Reuters en el que también se mostró convencido que el BCE necesitará “implementar dos aumentos más de 50 puntos básicos".

Por el contrario, Stoumaras en una entrevista al diario griego Kathimerini, “el ajuste de las tasas de interés debe ser más gradual, teniendo en cuenta la desaceleración del crecimiento de la economía de la zona euro", dijo Stournaras.

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En su reunión de diciembre el BCE ya dejó entrever que serían necesarios aumentos de 50 puntos básicos para combatir la inflación. Sin embargo, el mercado ha dudado de su determinación. A pesar de que los inversores dan por hecha un alza de 50 puntos básicos en febrero, las previsiones oscilan entre los 25 puntos básicos y el medio punto porcentual.

Los comentarios de los miembros más agresivos del BCE, los conocidos como halcones, elevaron el euro hasta máximos de abril de 2022 (1,092 dólares). Con posterioridad, las declaraciones de los responsables menos agresivos -las palomas- redujeron el repunte de la moneda única.