El Banco Central Europeo (BCE) considera que “preservar la transmisión de la política en toda la zona del euro permitirá que los tipos aumenten tanto como sea necesario”. Es decir, la implementación del instrumento para controlar las primas de riesgo de países como España o Italia facilitará a la institución incrementar sus tasas de referencia a un ritmo más elevado.

Así lo ha señalado su presidenta, Christine Lagarde, en su discurso en Sintra, donde la institución celebra su foro anual. “Lanzar la nueva herramienta antifragmentación habilita la adopción de la política necesaria para reducir la inflación hacia el objetivo del 2%”, ha considerado.

A mediados de mes, y tras una reunión de urgencia, el BCE encargó acelerar la creación de un nuevo instrumento para mantener a raya las primas de riesgo de los países de la periferia del bloque del euro. Los diferenciales se habían disparado hasta alcanzar niveles de la primera de 2020, en plena pandemia, ante la perspectiva de una política monetaria más restrictiva.

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En opinión de Lagarde, “este nuevo instrumento deberá ser eficaz, a la vez que proporcionado y contener garantías suficientes para preservar el impulso de los estados miembros hacia una política fiscal sólida”.

La francesa ha manifestado la dificultad que supone para el BCE implementar su política monetaria “en una unión monetaria incompleta, en la que política debe transmitirse a través de 19 mercados financieros y de bonos soberanos diferentes”.

Fragmentación

“Si los diferenciales de algunos países responden de manera más rápida y desordenada más allá de lo que estaría justificado por los fundamentos económicos, nuestra capacidad para implementar una política monetaria única se ve obstaculizada”, ha asegurado. Son tales condiciones las que el instituto emisor describe como ‘fragmentación’ financiera.

En su opinión, la normalización de la política monetaria “conducirá naturalmente a un aumento de las tasas libres de riesgo y los rendimientos soberanos”. Y dado que los bonos de gobiernos de la eurozona parten de diferentes posiciones fiscales, “también puede dar lugar a un aumento de los diferenciales”.

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Además de mencionar el instrumento antifragmentación, Lagarde ha subrayado que el BCE utilizará la flexibilidad para reinvertir los reembolsos que vencen en el marco del programa de compras de emergencia por la pandemia (PEEP, por sus siglas en inglés).

En otras palabras, esos reembolsos pueden, según corresponda, invertirse dentro del Eurosistema en mercados de bonos de jurisdicciones donde la transmisión ordenada esté en riesgo.

Tipos

En su reunión de junio, el BCE ya anunció la finalización de las compras netas de activos bajo su programa de compra de activos (APP por sus siglas en inglés) el 1 de julio. También comunicó la intención de aumentar los tipos de interés en 25 puntos básicos en cita que la institución celebrará el próximo 21 de julio.

Y así lo ha asegurado su presidenta en su discurso de este martes. Lagarde también ha recordado que la institución espera volver a subir las tasas de interés en septiembre y “si la perspectiva de inflación a medio plazo persiste será apropiado un incremento mayor”.

“Si las perspectivas de inflación no mejoran, tendremos suficiente información para avanzar más rápido”, ha asegurado Lagarde. Sin embargo, ha apuntado, “este compromiso depende de los datos”.

Más allá de septiembre, el Consejo de Gobierno del BCE ha acordado que será apropiado “un camino gradual pero sostenido” de incremento de los tipos de interés.

El punto de partida de cada reunión será la evaluación de las cifras económicas publicadas, sus implicaciones para las perspectivas que maneja la institución y “el grado de confianza” que tengan sus miembros en que la inflación converja hacia su objetivo del 2% en el medio plazo.

En cualquier caso, el proceso de normalización de la política monetaria del BCE “continuará de manera decidida y sostenida”. Pero, “dada la incertidumbre a la que aún nos enfrentamos, el ritmo de normalización no se puede definir ex ante”, ha puntualizado.

El BCE está actuando con cierto retraso frente a la Reserva Federal de EEUU (Fed), que en su última reunión incrementó las tasas 75 puntos básicos, o el Banco de Inglaterra, que ya ha elevado el precio del dinero en cinco ocasiones desde diciembre.