El Banco Central Europeo (BCE) se reunirá este jueves. En la cita, los miembros de su Consejo de Gobierno apoyarán una propuesta para crear un nuevo programa de compras de bonos que se implantaría en caso de que la escalada de las primas de riesgo de los países periféricos continúe.

Según publica ‘Financial Times’, la mayor parte de sus miembros apoyarán dicha propuesta para ‘sujetar’ el incremento de los intereses exigidos a la deuda de países como Itallia, España o Grecia.

Es decir, que la institución contendrá los costes de endeudamiento de los países de la periferia en caso de una subida descontrolada de las rentabilidades de los bonos y, por tanto, -por su relación inversa- un desplome de los precios.

La institución ya ha mostrado en diversas ocasiones su preocupación por que las condiciones financieras de la zona del euro difieran significativamente. En lo que va de año, las primas de riesgo de los países periféricos -el sobrecoste que un país debe pagar respecto a Alemania, considerado el emisor más seguro- se han elevado.

La española se encuentra cerca de los 115 puntos básicos, aunque en algunos momentos ha llegado a situarse en los 120, un nivel que no alcanzaba desde mayo de 2020 justo en la peor parte de la pandemia.

En enero, la prima de riesgo de España se situaba en el entorno de los 67 puntos básicos. Y lo mismo sucede con los diferenciales de otros países como Italia, que coquetea con los 210 puntos básicos; Grecia, que supera los 260, o Portugal, que se acerca a los 120.

La información se sitúa en línea con la publicada por ‘Bloomberg’, que señala que los miembros de la institución pedirán a la presidenta, Christine Lagarde, que use un lenguaje más duro para señalar que la institución no permitirá que la deuda europea se fragmente.

Las actas de la reunión del 14 de abril revelaron la importancia que algunos de los miembros del BCE dan a la cuestión de un posible "resurgir" de la fragmentación en las condiciones financieras de la eurozona para garantizar la continuidad de la política monetaria.

Así, hicieron referencia al "principio de separación", que implica que se pueda establecer una postura monetaria adecuada con independencia de que se desplieguen o no los instrumentos correspondientes para evitar un repentino trastorno de los mercados.

En la reunión también se hizo oír el argumento de que esta flexibilidad debería ser una opción permanente dentro de la caja de herramientas del Consejo de Gobierno y que todos los instrumentos del BCE podían ajustarse para incorporarla.

Según 'Bloomberg', los miembros de los países periféricos presionaron para que el BCE prometiera compras ilimitadas de bonos, mientras que sus homólogos de los países del centro y el norte de la región habrían pedido algunas condiciones.

De esta forma, la institución se está adelantando a los acontecimientos y evitaría trabajar con la presión que supuso lanzar el programa de compras de emergencia (el conocido como PEPP) en plena pandemia o implementar el programa OMT – las siglas de Outright Monetary Transactions– en 2012, una vez que estalló la crisis financiera.

El mercado especula con la posibilidad de que la nueva herramienta del BCE sea similar al mencionado programa.

En opinión de Axel Botte, estratega global de Ostrum AM (Natixis IM), la institución podría llevar a cabo una estrategia similar al SMP -las siglas de Securities Market Programme- que la institución puso en marcha en el verano de 2011 para garantizar el acceso de los bonos periféricos a los mercados.

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