Bruselas

El Banco Central Europeo (BCE) seguirá haciendo "todo lo que sea necesario" para evitar la fragmentación en la eurozona -incluyendo la compra masiva de deuda pública de los países más golpeados por la crisis del coronavirus, como España e Italia- a pesar del fallo del Tribunal Constitucional de Alemania que cuestiona la legalidad de este instrumento, según ha dicho este jueves su vicepresidente, Luis de Guindos.

"Seguimos estando plenamente comprometidos para hacer todo lo que sea necesario y para poner en marcha todos los instrumentos y recalibrar todos los instrumentos existentes con el objetivo de evitar la fragmentación en los mercados, y la primera línea de defensa es el mercado de deuda soberana", ha dicho Guindos durante una comparecencia virtual ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara.

Pese al fallo alemán, el BCE continuará desplegando con total "flexibilidad" toda la artillería de su programa extraordinario de 750.000 millones de euros contra la pandemia. "Eso significa que podemos concentrar las compras en el tiempo y en determinados activos teniendo en cuenta la situación de los mercados para evitar la fragmentación en los mercados de deuda pública", ha proseguido.

El ex ministro español de Economía no ha querido aclarar explícitamente si el BCE responderá al ultimátum de tres meses que le ha impuesto el Constitucional alemán para que justifique la proporcionalidad de la compra de deuda. Pero ha dado a entender que no lo hará porque considera que sólo tiene que responder ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), que sí ha avalado el plan y cuyas sentencias en teoría son vinculantes para todos los Estados miembros.

"Tomamos nota de la sentencia, pero me gustaría subrayar que el BCE es una institución europea y estamos sujetos al marco legal de la UE, a la jurisdicción del TJUE. Rendimos cuentas ante el Parlamento Europeo, ustedes son los representantes de los ciudadanos europeos", ha resaltado Guindos. 

La torre de marfil

Además, el vicepresidente del BCE ha querido dejar claro que, en contra de lo que le reprocha el Constitucional alemán, el Consejo de Gobierno sí examina continuamente la proporcionalidad de sus decisiones. "No hacemos política monetaria en una torre de marfil", ha insistido.

A la hora de tomar sus decisiones, el BCE examina sus interacciones con otros instrumentos como la política presupuestaria o las reformas estructurales, así como a los "efectos secundarios" de sus políticas. "Hemos analizado los efectos secundarios continuamente. Esto es un tipo de evaluación de proporcionalidad", sostiene Guindos.

El vicepresidente del BCE ha insistido en que la pandemia está provocando "una contracción económica de una magnitud y velocidad extraordinarias". Según los cálculos de Fráncfort, la eurozona sufrirá este año un desplome de entre el 5% y el 12% en 2020 seguido de una recuperación parcial en 2021.

El alcance de la crisis dependerá de la duración de las medidas de confinamiento, el daño permanente que hayan causado a la economía y también del éxito de las políticas para amortiguar el impacto en empresas y trabajadores. En este sentido, Guindos ha reiterado que el BCE no puede salvar a la eurozona en solitario y ha pedido a los Gobiernos que actúen de forma coordinada.

"Nuestra respuesta será más potente si todas las políticas se refuerzan mutuamente. Por eso es vital que la respuesta fiscal sea suficientemente fuerte, en todas las partes de la eurozona. Ahora debe haber un acuerdo político para construir los instrumentos apropiados para esta respuesta común", ha reclamado el vicepresidente del BCE.

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