Es su último Sintra. La última vez que acude como presidente del Banco Central Europeo (BCE) al foro que, por estas fechas, organiza cada año la institución que rige las palancas monetarias de la Eurozona. Por eso, Mario Draghi, que en noviembre dejará el cargo y cuyo sustituto se conocerá esta semana si el proceso sigue el curso esperado, no ha querido dejar pasar la ocasión en la intervención que ha protagonizado esta mañana en la ciudad lusa para empezar a despedirse, con un discurso con sabor a legado, en el que ha repasado los principales hitos de su gestión, pero sin perder de vista el presente, con el enfriamiento económico y la baja inflación acechando, ni el futuro, al subrayar las tareas que permanecen pendientes para completar la Unión Económica y Monetaria (UEM). 

"En ausencia de mejoras, de manera que el retorno sostenido de la inflación hacia nuestro objetivo se vea amenazado, hará falta un estímulo adicional", ha afirmado en Sintra. Prolonga así lo decidido por el Consejo de Gobierno del BCE en la reunión de política monetaria del pasado 6 de junio, cuando retrasó la subida de los tipos de interés al menos hasta mediados de 2020 y abrió la puerta a la posibilidad de adoptar nuevas medidas expansivas. 

Entonces, deslizó las opciones que el BCE tiene a su alcance. Este martes las ha confirmado. En especial dos: rebajar más los tipos de interés, aplicando al mismo tiempo medidas que reduzcan los efectos negativos que esas reducciones puedan provocar en el negocio bancario, y retomar las compras netas de activos en el mercadocanceladas en diciembre. "Las compras de activos todavía tienen un margen de maniobra considerable", ha llegado a decir. 

La primera es la que concentra más expectación por el nivel en el que ya están los tipos, con los oficiales en el 0% y los de la facilidad de depósito en el -0,40%. O lo que es lo mismo, cualquier paso adicional situaría los primeros directamente en terreno negativo, algo que nunca antes ha ocurrido, y pondría todavía más en negativo los segundos, lo que abriría la puerta de par en par a que el euríbor a 12 meses marcara nuevos mínimos históricos

DEL PASADO... AL FUTURO

En su intervención, que se encuadra dentro de un foro que se dedica a analizar los 20 años del euro, Draghi ha rememorado los principales hitos de su mandato. Ha mencionado su gran 'truco', la famosa OMT, por sus siglas en inglés, u Operaciones Monetarias de Compraventa con la que la dio forma en 2012 a su compromiso de "hacer todo lo que sea necesario para salvar al euro". Nunca entró en vigor, no ha sido estrenada, pero la OMT, con la que el BCE se comprometía a comprar deuda en el mercado del país que se sometiera a determinadas condiciones a cambio, levantó un muro que selló las costuras del euro y sirvió para contener las primas de riesgo de países como España. Tampoco se ha olvidado del Programa de Compras de Activos (APP), la versión europea de la 'expansión cuantitativa' mediante la compra de activos en el mercado, que puso en marcha en 2015. Ni de los programas especiales y 'extralargos' de financiación bancaria que ha aplicado desde su llegada a la presidencia en 2011. Todo ello, como siempre ha hecho, enfatizando que todo está dentro del mandato de la institución y que la justicia europea siempre lo ha refrendado.  

Pero Draghi, en su último Sintra, también ha expuesto las dificultades con las que tanto él mismo como la Eurozona se han encontrado para luchar contra la crisis. Ha destacado las ausencias, por un lado, de un mecanismo fiscal europeo contracíclico que actúe como mecanismo de defensa y, por otro, de una Unión Bancaria real, que debe ir ligada a un mercado de capitales también único. 

"Las debilidades institucionales que aún existen en nuestra Unión Monetaria no pueden ser ignoradas a costa de dañar seriamente lo que se ha logrado. La lógica sugeriría que cuanto más integradas estén nuestras economías, más rápida debería ser la culminación de la Unión Bancaria y la unión de los mercados de capitales, y más rápida es la transición de un sistema basado en normas para la adopción de políticas fiscales a otro con una institución con capacidad fiscal", ha reclamado.

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