Además de las negociaciones para determinar las condiciones de salida de la UE, el Gobierno británico deberá dibujar sus nuevas relaciones con 168 países.

Entre los tratados internacionales sobre la mesa, el Reino Unido deberá lidiar con 295 acuerdos bilaterales y multilaterales de comercio, así como 202 textos de regulación compartida que abarcan desde normativa antimonopolio hasta políticas de intercambio de datos.

También requieren atención 69 acuerdos pesqueros, que establecerán el acceso a determinadas aguas y cuotas de capturas, 65 pactos de transporte, en su mayoría en relación a la aviación, 49 acuerdos aduaneros, 45 en el sector de la energía nuclear y 34 relacionados con la agricultura.

El periódico del Reino Unido subraya que algunos de los acuerdos "son tan esenciales que sería impensable operar sin ellos".

Entre otras cuestiones, el Gobierno deberá abordar los acuerdos que permiten a los aviones británicos aterrizar en Estados Unidos, Canadá e Israel, así como revisar los pactos internacionales que permiten importar componentes y combustible para las centrales energéticas en el Reino Unido.

"La logística es aterradora", señaló Hosuk Lee-Makiyama, antiguo funcionario de comercio en Suecia y la Unión Europea, que alerta de que algunos países pueden aprovechar la oportunidad de renegociar los tratados para elevar demandas al Reino Unido.

El ministro británico de Comercio Internacional, Liam Fox, ha dicho que el Gobierno prevé negociar acuerdos de transición para que las negociaciones de nuevos tratados internacionales no provoquen "ninguna disrupción" en el Reino Unido.

"Es una tarea infernal. El comercio les va a mantener muy ocupados", señaló al FT Vladimir Chizhov, embajador ruso en la Unión Europea. EFECOM

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