Tres escalones por encima del bono basura (BBB+) y con perspectiva estable. Standard & Poor’s ha revisado la calificación crediticia de España y la ha mantendo sin cambios, lo que supone un alivio en el país después de que Moody’s revisara a la baja su perspectiva, de positiva a estable, y de que el Ministerio de Hacienda publicara ayer que el déficit público se desvió casi un punto de PIB sobre el objetivo marcado por Bruselas, hasta el 5,2%.

El ritmo de crecimiento de la economía y el empleo son los puntos positivos que ve S&P para mantener la calificación crediticia de España sin cambios, pero advierte de los riesgos a los que se enfrenta el país, principalmente políticos. La agencia alerta que España necesita reducir el déficit lo antes posible, pero reconoce que la parálisis política es un lastre para la consolidación.

Una incertidumbre política prolongada puede crear riesgos a la baja en nuestras estimaciones y entonces será necesario un ajuste mayor en el Presupuesto

“Una incertidumbre política prolongada puede crear riesgos a la baja en nuestras estimaciones y entonces será necesario un ajuste mayor en el Presupuesto si España quiere recuperar su camino de consolidación después de la gran desviación de 2015”, apunta en su informe sobre España. La agencia cree que las administraciones públicas reducirán este año su déficit en torno a un punto del PIB, lo que dejaría este año un déficit de en torno al 4,2%, muy lejos del objetivo del 2,8% marcado por Bruselas. Pero la consolidación de las cuentas públicas tampoco vendrá en 2018, año para el que la agencia espera un déficit del 3,2% del PIB. Esto significa que en 2018 España todavía no habrá cumplido el objetivo de déficit que estaba marcado para 2016.

No está claro que las futuras políticas puedan resolver el mayor problema económico de España: el alto desempleo

El problema del bloqueo político se extiende a la ausencia de “reformas estructurales competitivas”. La agencia explica que “no está claro que las futuras políticas puedan resolver el mayor problema económico de España: el alto desempleo”. S&P demanda medidas para rebajar el coste laboral, ya que “sigue por encima de la media de los países de la OCDE”, lo que supone “una restricción a la flexibilidad económica”.

Cataluña, la gran amenaza

S&P reconoce que uno de sus supuestos principales para mantener el rating de España es la confianza en que Cataluña no se independizará. “Si saliese de España, creemos que las métricas del país, incluidas la renta per cápita, la balanza exterior y la posición financiera del Estado, se debilitarán, lo que podría poner en riesgo su solvencia”, alerta.

La agencia enumera las causas que podrían provocar un deterioro del rating de España. La principal es una desviación del crecimiento económico de sus perspectivas: prevé un crecimiento del PIB para este año del 2,5% frente al 3,2% que avanzó en 2015. También podría rebajar su calificación si la eurozona fracasa a la hora de recuperar las tasas de inflación que alejen el riesgo de deflación. Con una deuda tan elevada, en el 99,2% del PIB al cierre del año, según el Banco de España, la inflación es un aliado para combatir el endeudamiento, por lo que su ausencia, pone en riesgo la sostenibilidad de las cuentas públicas.

Si Cataluña saliese de España, creemos que las métricas del país, incluidas la renta per cápita, la balanza exterior y la posición financiera del Estado, se debilitarán, lo que podría poner en riesgo su solvencia

De hecho, si la deuda pública vuelve a superar el 100% del PIB, como hizo en el primer trimestre de 2015, podría suponer una rebaja en la calificación crediticia del país. Y también podría hacerlo si la balanza por cuenta corriente vuelve a deteriorarse.

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