El sector industrial de la Defensa Nacional "factura del orden de los 6.000 millones de euros anuales, lo que supone un incremento de más del 100% respecto a 2011. El 80% de esta facturación es debida a las exportaciones. Las empresas cuentan en plantilla con 295.000 puestos de trabajo dedicados a actividades de defensa y civiles, generando 22.500 empleos directos en actividades exclusivas de defensa y 300.00 indirectos o inducidos. Cifras que, sin duda, indican que merece la pena invertir en esta base tecnológica de la defensa". La teoría es que cada euro invertido en defensa retorna 2,5 euros.

Esta recopilación de datos fue seguramente lo más concreto (asumiendo los redondeos) de cuanto expuso la secretaria de Estado de la Defensa, Esperanza Casteleiro, en su presentación en el Club Diálogos para la Democracia este martes. El resto de su intervención fue más bien tirando a dubitativa e imprecisa, como si temiera que cada una de sus palabras pudiera revelar decisivos secretos de Estado.

La esencia de la presentación era el avance tecnológico de esa industria, tal como señalaba el título del acto, 'Una estrategia de tecnología e innovación de Defensa para unas Fuerzas Armadas del siglo XXI', con patrocinio y ponencias de empresas implicadas como Indra, Tecnobit, Hisdesat y Navantia.

Casteleiro estuvo arropada en la sala por una gran cantidad de uniformes, a los que aludió como expertos en varias ocasiones para ahorrarse explicaciones que no quería, o no podía ofrecer.

"Tengo que decir que la Secretaría de Estado de Defensa es el órgano del Ministerio de defensa encargado de la dirección, impulso y gestión de las políticas de armamento y material, la investigación, el desarrollo y la innovación la industria", explicó de entrada, para detallar que en el "planeamiento de la defensa, este proceso busca definir qué capacidades se necesitan para alcanzar los objetivos de la política de defensa".

Por tanto, afirmó, es de su responsabilidad establecer "los marcos financiero, tecnológico e industrial, a la vez que dirige la obtención y el sostenimiento de los medios que como resultado se determina que necesitamos".

Yendo a lo concreto

Dicho lo cual, le tocó hablar de algunos proyectos concretos. Como el desarrollo de la fragata F-110, sucesora de la muy bien considerada y exportada F-100, la cual se deriva a su vez de la clase Baleares, comprada en su día a Estados Unidos.

Sobre la F-100 había señalado anteriormente la presidenta de Navantia, Belén Gualda, que ha generado "un retorno a nuestra sociedad que va más allá de los objetivos de la Defensa Nacional", por vía de exportación, generando más de 4.000 empleos directos en su compañía "y cerca de 70.000 en la cadena de valor".

En cuanto a la fragata F-110, "que será la primera de la flota 4.0", Gualda aportó que está en fase de "maqueta digital" que en su momento será "un gemelo digital", sobre el que se podrá trabajar en paralelo con las naves construidas. La fase de diseño se debería concluir en mayo.

¿Cuándo será el buque una realidad física, le preguntaron a la secretaria de Estado? "Lo único que puedo contestar es que se están cumpliendo todos los hitos que se plantearon desde el punto de vista del diseño y desde el punto de vista contractual", replicó.

"Y, efectivamente, la fragata entrará en servicio en el momento que estaba previsto. La cuestión es que es tontería que diga yo el año en concreto. Lo importante es que para el año próximo ya se empieza la construcción", añadió Casteleiro.

Un submarino 'marca España'

También habló sobre el S-80, que arrastra polémica retrospectiva, del que Gualda, aparte de reconocer cierta preocupación por el dinero, afirmó que "es un programa con el que España se va a convertir en uno de los pocos países que es capaz en el mundo de diseñar y fabricar un submarino".

Casteleiro destacó sobre el sumergible "el desarrollo del sistema de propulsión independiente del aire, sin duda un referente para las futuras pilas de combustible limpias que se encontrarán en muchos de nuestros futuros vehículos y medios de transporte".

Para el desarrollo tecnológico de unas fuerzas armadas del siglo 21 "es un reto conocer qué grado de protección individual y de sus medios y vehículos requerirán nuestras Fuerzas Armadas en misiones futuras, donde exista amenaza, para orientar nuestra I+D+i", asegura.

Por un uso civil de la innovación

Poniendo énfasis en la idea de tecnologías desarrolladas en el ámbito militar que luego se trasladan a usos civiles, expresa que "la segunda novedad es que no queremos, y creemos que no debemos, transitar solos este camino. Nuestro sistema [de innovación] demanda la cooperación con otros actores tanto a nivel nacional, cómo sería con otros ministerios, como internacional, a través de los diversos marcos en los que participa España, de forma que sea posible aprovechar los avances de la I+D+i dual, logrando efectos multiplicadores".

Eso permitirá "abordar retos tecnológicos de alta complejidad industrial. Los ejemplos de dualidad son muchísimos: mirando al pasado, el Eurofighter ha consolidado centros de excelencia en diseño de materiales compuestos y sistemas de guiado y navegación. Y, con perspectiva de futuro, un vehículo de combate como el 8x8 requerirá un proceso continuo de actualización de sus capacidades tecnológicas a lo largo de su ciclo de vida con una evidente aplicación dual".

El nuevo blindado Dragón, programa VCR 8x8 (vehículo de combate y reconocimiento), del Ejército de Tierra que Defensa califica de "sistema de sistemas" es un desarrollo en el que participan cuatro empresas españolas: Santa Bárbara, Indra, Sapa y Escribano. Después de que la primera licitación quedase desierta en 2019, se espera que las primeras unidades se entreguen el año próximo.

"Piensen en sistemas de control remoto, sistemas de posicionamiento y navegación sistemas de gestión y control de parámetros a bordo, robótica e inteligencia artificial aplicada a la diversidad de funcionalidades del vehículo. O la necesidad de ciberseguridad del sistema", prosigue Casteleiro.

"En esta línea, nuestra estrategia de tecnología e innovación está encuadrada en la estrategia española de ciencia tecnología e innovación 2021-2027, como instrumento de referencia para alcanzar objetivos generales comprometidos por todas las administraciones públicas. Y tenemos ideas para el futuro de incrementar la cooperación con las comunidades autónomas".

La secretaria de Estado, que anunció para noviembre la segunda edición de la Feria de la Defensa de España (la primera fue en mayo de 2019), también habló del futuro avión de combate europeo, FCS, con bastante vaguedad: "Es un proyecto de Estado, estamos ahí. Vamos a seguir identificando el entorno presupuestario. El programa va bien. Con mayor o menor avance es una situación absolutamente normal…".

Alabó a la UME, por sus recientes intervenciones, sugiriendo que se podrá reforzar "en personal", pero abogando por la participación de todos los ejércitos de manera combinada en toda clase de misiones y sin referencia explícita a sus medios técnicos.

Sobre la venta de armas a países que generan polémica, en el caso de Venezuela dijo que "no se plantea. Ni siquiera es porque excluyamos esa posibilidad en principio…". Y sobre Arabia Saudí, que "se ha tardado en llegar a una solución para el control. Una vez que ya se aprueba la posibilidad, que ese modelo es el que queremos y responde a la exigencia de que haya realmente un control… todavía estamos en esa fase y no se ha producido una transacción concreta. Pero sí que se está estudiando y, además, así debe ser".

Respuestas poco 'vistosas'

En el turno de preguntas, D+I alcanzó a formular dos en remoto a Esperanza Casteleiro, con resultados poco 'vistosos'. La primera, sobre la situación en que se encuentra el proyecto de la denominada "Fuerza 35", una idea de aplicación de alta tecnología a la milicia, que tuvo mucha presencia propagandística, precisamente, en la primera Feria de la Defensa, aunque sin demasiada concreción sobre cómo va a ser en el Ejército español.

"Es un concepto y un cambio también de paradigma en su concepción de la fuerza, de la organización y la logística. Se definió tiempo atrás y está materializándose… la Legión es la unidad elegida para comenzar a ponerlo en práctica. Y está también cumpliendo sus hitos…", fue su respuesta.

La segunda cuestión resultó más caótica todavía, con la colaboración del exministro Miguel Sebastián, que ejerció de conductor de las preguntas. Él y la secretaria de Estado encontraron confusa y materia desconocida la compra de helicópteros Apache de última generación por Marruecos, hasta 36 unidades, de la que se ha informado en El Español y otros medios.

Por tanto, preguntar si España debe plantearse alguna estrategia tecnológica, como posible respuesta para mantener el equilibrio de la defensa, sólo podía acabar en una respuesta incomprensible: "Da igual que sean los Apaches, que sea lo que sea. Nosotros, en todas las posibilidades, tanto en ese tipo de material como si fuera lo que sea, pues si tenemos oportunidad vamos a procurar vender, exportar, todo lo que se ha dicho antes…".

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