Lo más inteligente sería apostar por ver la oportunidad desde otro ángulo, desde un prisma más amplio, europeo, global, ¿por qué no?; pero mucho me temo que el debate sobre la famosa AESIA (Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial) se nos está quedando en lo nimio.  Delimitemos nimio.

Desde Granada llegan voces de guerra que claman al cielo porque no se han publicado las puntuaciones de cada uno de los criterios (ambiguos) que han determinado que la agencia se ubique en A Coruña. Todo parece indicar que los ministerios involucrados no tienen esas puntuaciones y mucho menos la lista comparativa de puntuaciones por criterio de las que al parecer han sido las grandes competidoras, a saber: A Coruña, Alicante y Granada.

Creo que el alcalde de Granada, el Sr. Francisco Cuenca, está en todo su derecho cuando reclama estos datos (si esto era una competición, repito, si lo era, el proceso deber ser absolutamente transparente), e incluso cuando advierte sobre su intención de impugnar la selección de la AESIA, pero con todos mis respetos, a estas alturas, quizás el Sr. Cuenca pueda ver esto desde un prisma más amplio como una gran oportunidad.

Me explico. Entiendo que desde Granada, cuya investigación universitaria ad hoc y su posicionamiento en IA es excelente, se revelen contra esta decisión. Comprendo también que desde Alicante se contenga la respiración y no se alce igualmente la voz para reivindicar sus enormes fortalezas: Fundación Ellis, tejido empresarial híperdinámico en IA, etc.. Ahora bien, si reparamos en las bases de la AESIA caeremos pronto en la cuenta de que estamos hablando de un ente para supervisar regulación y vigilar la política europea, fundamentalmente. Pues bien, para mí la oportunidad va mucho más allá. Ahora que las cartas se han puesto encima de la mesa, por qué no crear un hub transregional, un ecosistema que, uniendo las candidaturas de Alicante y Granada, apueste por el desarrollo de un proyecto con mayores aspiraciones.

¿Quién va a ser capaz de atraer inversiones, innovadores y disruptores en torno a la IA? ¿Quién va a conectar a las spin-off de todo ese excelente entramado universitario con los inversores, con las corporaciones que buscan oportunidades de cocrecación? ¿Quién va a poner en marcha un sandbox que permita probar y probar y probar a costes bajos y con enormes expectativas de aceleración? ¿Quién va a transferir ese conocimiento a los nuevos emprendedores, a quienes desde la universidad o desde otras atalayas de la innovación, estén dispuestos a seguir apostando por nuevos desarrollos?

¿Quién va a conectar todo este potencial con el desarrollo vertical de la agricultura, la salud o la eficiencia energética, por poner sólo algunos ejemplos? Quiero decir, más allá de la AESIA, en colaboración con la AESIA, al lado de la AESIA, ¿pueden Granada y Alicante generar conjuntamente una oferta de hub suprarregional? ¿Es posible aunar esas dos candidaturas (universidades, empresas, sector público, inversores, startups… ) en algo aún mayor, más global, capaz de competir con nuestros vecinos europeos?

Hace unos días cayó en mis manos el programa trabajo de Horizon para el 2023. Entre un enjambre de temas y convocatorias previstas pude ver, como si estuvieran escritas en negrita, las palabras: ecosistemas de inteligencia artificial, cooperación entre hubs, fomento del crecimiento de startups… ¿No podrían Alicante y Granada, Granada y Alicante, leer conjuntamente esa candidatura y sobrevolar lo que seguro que desde tan arriba les parece nimio: el lugar donde se ubique tal o cual agencia? ¿Nadie va a atreverse a sumar las ofertas de todas las candidaturas para construir algo más grande e interconectado?

Si algo bueno ha tenido este proceso es que los territorios se han puesto a interconectar sus fortalezas y generar una potente oferta de valor para captar inversión, ¿de verdad vamos a desaprovechar toda esa energía? No me lo quiero creer.