Kundt planteaba que el cambio de paradigma científico se producía porque los supuestos teóricos generales, las leyes y técnicas aplicadas que adoptan los miembros de una comunidad científica se ven incapaces para resolver o explicar algunos fenómenos y dudas que van surgiendo en relación con una materia. Cuando estas dificultades se consolidan o son constantes, se genera una crisis que sólo puede ser resuelta con la aparición de un nuevo paradigma.
¿Está la Medicina o la práctica de la Medicina viviendo una situación como la descrita? Mi respuesta es que sí. Preguntas como: “¿Por qué me ha venido esto, doctor?” “¿Me sentará bien el medicamentado que me ha pautado?” “Si hago lo que me dice, ¿me curaré?”; son habituales en la consulta de cualquier especialidad diariamente. Y, ¿cuáles son las respuestas que ofrecemos los profesionales? “Esto suyo no tiene causa o la Medicina de hoy en día la desconoce”; “Lo normal es que le siente bien, pero no podemos asegurárselo”; “Con su problema, la curación no es posible, pero si sigue mis recomendaciones estará mejor”.
Esta caricaturización del acto médico por excelencia, la consulta, nos desvela que es necesario un cambio del paradigma en el que la Ciencia Médica está enmarcada. Son muchas las preguntas clínicas para las que no tenemos respuesta y la mayoría, tienen que ver con el núcleo central de nuestra práctica asistencial: el diagnóstico y el tratamiento. Por lo tanto, y volviendo a Kundt, estamos abocados a realizar un cambio en nuestros supuestos teóricos, en nuestras reglas y en las técnicas derivadas de las mismas para dar solución a tanto interrogante sin respuesta.
En este escenario irrumpe la transformación digital como herramienta que nos ayuda a modificar nuestro sistema sanitario y hacerlo más eficaz, eficiente y seguro. Pero, ¿puede suponer también el cambio de paradigma científico? Y la respuesta …es afirmativa. La transformación digital nos permitirá pasar del muestreo poblacional realizado en los ensayos clínicos actuales, al análisis de todos los datos de una determinada población.
Nos permitirá predecir ocurrencia de eventos clínicos con la consecuente preparación y adaptación de recursos humanos y materiales adecuados al evento previsto y facilitará, mediante el registro de variables biométricas, empoderar a nuestros ciudadanos y anticiparnos a situaciones clínicas donde la rapidez de actuación es el factor fundamental del que depende la supervivencia o grado de discapacidad posterior del paciente. Por tanto, la transformación digital del sector sanitario no sólo va a contribuir a la tan necesaria sostenibilidad del sistema, sino que va a protagonizar también el cambio del paradigma científico.
En su discurso de toma de posesión como académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina de España, el catedrático emérito de Medicina Interna de la Universidad Complutense de Madrid, Dr. Fernández Cruz afirmaba “la inteligencia artificial transformará decisivamente la medicina del futuro” y exponía cómo las diferentes tecnologías de esta inteligencia artificial: el machine learning, deep learning o big data, supondrán avances considerables en el diagnóstico precoz, en la medicina personalizada, en la epidemiología.
En la Reunión Anual del Foro Económico Mundial celebrada en Davos en enero del 2018 una de las mesas redondas que más interés suscitó fue la que se tituló The new Health Paradigm: value-based healthcare. En dicha mesa participaron integrantes de los distintos grupos de interés del sector: profesionales sanitarios, industria farmacéutica, financiadores, empresas tecnológicas. Se alcanzaron conclusiones muy interesantes, como por ejemplo la adopción de medidas que nos ayuden a identificar las mejores prácticas, las que aportan más valor al paciente para compartirlas con toda la comunidad científica; la integración de toda la información que se genera a lo largo de toda la experiencia del paciente, en un proceso determinado que implicará coordinación de los diferentes niveles asistenciales y que todos ellos dispongan de la misma información; la utilización de la tecnología como herramienta de apoyo en la toma de decisiones relacionadas con el diagnóstico y el tratamiento personalizado o el análisis de datos exhaustivo para mejorar nuestros resultados.
Si analizamos individual y colectivamente las conclusiones alcanzadas, en realidad, lo que reflejan es que necesitamos una aplicación sistemática de las tecnologías de la Inteligencia Artificial para llevar a cabo una transformación del modelo asistencial y de la forma de financiarlo.
Por tanto, desde un plano teórico, parece claro que la transformación digital del sector será necesaria para llevar a cabo un cambio de paradigma científico y para adaptarnos a las necesidades de un futuro que ya ha llegado. Pero, y ¿desde el punto de vista práctico? ¿Tenemos ya ejemplos que hacen reales estos supuestos?
Análisis de conversación en situaciones de Emergencia
En los servicios de emergencia de Copenhague, Dinamarca, se está utilizando el asistente de voz Corti, que escucha todas las llamadas que se hacen a dicho servicio de emergencias, analiza la conversación y transmite la información al humano, que es quien decide poner en marcha el recurso sanitario.
Prever cuándo un paciente volverá al hospital
Una startup de Chicago ha desarrollado un algoritmo combinando datos procedentes de distintos ámbitos (clínicos, demográficos, analíticos, conductuales) que nos permite saber cuándo un paciente acudirá al hospital. Esta tecnología puede ayudarnos a mejorar el flujo de pacientes en los servicios de Urgencias, evitando los tan temidos colapsos asistenciales estacionales.
Traducción de la Historia Clínica
Savana es una tecnología, liderada por el español Ignacio Hernández Medrano, convierte el lenguaje humano en datos. Permite evaluar los resultados de tratamientos, investigar, apoyar en decisiones clínicas, aumentando nuestra certeza diagnóstica y nos permitirá elegir la mejor opción terapéutica para nuestros pacientes.
Teleasistencia neurológica urgente
Desde el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles el Servicio de Neurología lleva teleasistiendo las urgencias de los hospitales Infanta Elena de Valdemoro y General de Villalba desde hace seis y cuatro años respectivamente. El proyecto que inicialmente fue ideado para asistir al código ictus, se ha extendido a todos los pacientes con patología neurológica urgente. Con un sistema de videocámaras instaladas en boxes de las urgencias de los hospitales de menor nivel asistencial y un sistema de audio bidireccional, es posible que los pacientes que acuden a los centros “pequeños” con un problema neurológico, sean atendidos en tiempo real por un experto.
Indicadores que miden la calidad asistencial, evitar transportes interhospitalarios y diagnósticos más precoces refrendan esta práctica. Estas son solo una pequeña muestra de los proyectos de transformación digital del sector salud. Las tecnologías de la inteligencia artificial han llegado para quedarse.
La inteligencia artificial aplicada no es más que la suma de tecnología inteligente e ingenio humano y supone un reto para los profesionales de distintas disciplinas. Los médicos tendremos que acostumbrarnos a trabajar con ingenieros informáticos, de telecomunicaciones y matemáticos, porque, sin duda alguna, el cambio de paradigma científico de la medicina lo está llevando a cabo la transformación digital del sector.
Javier Pardo Moreno, director Médico de Common MS, jefe de Servicio de Neurología del Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles y jefe del Servicio del Hospital Infanta Elena y del Hospital General de Villalba.