Acaba de nacer Kyndryl. Esta nueva compañía tecnológica es una escisión de IBM que ayer, a las 14:30 hora española, empezó a cotizar en la Bolsa de Nueva York con el símbolo KD. Apenas dos horas antes tenía lugar su puesta de largo en Madrid, con el presidente para España y Portugal, Luis Roca, como maestro de ceremonias.

Esta disgregación del conocido como Gigante Azul, anunciada en octubre de 2020, inicia su andadura como “la startup más grande del mercado TI”. Una auto denominación cuanto menos llamativa si hacemos caso a sus números: plantilla de 90.000 trabajadores, más de 4.000 clientes internacionales de más de 60 países y 19.000 millones de dólares de ingresos al año.

“La facturación de Kyndryl dobla a la de nuestros más directos competidores”, señala Roca. Entre esos competidores figuran compañías como DXC Technology, Atos o Fujitsu. 

Sus expectativas de crecimiento también son propias de una corporación ya consolidada: “Hasta ahora participábamos en un mercado de 240.000 millones de dólares, a partir de hoy nuestro mercado potencial es de 415.000 millones y esperamos superar los 500.000 millones en 2024”, relata el ejecutivo.

“Somos integradores multicloud de cualquier compañía. Trabajaremos con IBM, pero también con otros proveedores como Google Cloud, Microsoft Azure o Amazon Web Services (AWS)”, ha recalcado. 

Más de 250 clientes en España

Kyndryl se estrena así como “el mayor proveedor de infraestructura tecnológica del mundo”. Con una propuesta que integra desarrollo, seguridad y operaciones, y soluciones dirigidas a seis áreas: cloud, modernización del mainframe, flexibilidad del puesto de trabajo, gestión de datos y operaciones, ciberseguridad, y modernización de redes y gestión 5G.

“Estamos en un momento histórico y con nuestros sistemas de misión crítica queremos impulsar la transformación digital”, subraya Roca. Quien también hace hincapié en lo que considera dos de sus principales ventajas competitivas: “invertir en nuestros profesionales y en nuestros clientes”.

En España, uno de los 13 países en los que la compañía está presente, ya cuentan con más de 250 clientes de todos los sectores económicos, el 45% del Ibex 35. Entre ellos, ocho de los diez mayores bancos del país, tres operadores de telecomunicaciones, tres de la cuatro aseguradoras líderes y dos de las tres empresas energéticas. 

CaixaBank, BBVA, Banc Sabadell, MAPFRE, Natury y Pascual son sólo algunos ejemplos. También el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), la Generalitat de Catalunya y la Seguridad Social.

“Somos la sexta región [España y Portugal] en importancia de Kyndryl y llevaremos a cabo tanto acuerdos globales como locales”. Poco detalles más ha dado Roca acerca de su actividad en nuestro país, aclarando que desde la compañía sólo ofrecen datos globales, y ha adelantado algo más: de aquí a final de año tienen previsto incorporar a más de 100 profesionales a la plantilla en España que se unirán a “los varios miles” que ya forman parte de ella.

Salida a bolsa 

Las acciones de Kyndryl se distribuyeron en la tarde el 3 de noviembre a los accionistas de IBM, que recibieron cada uno una acción de Kyndryl por cada cinco de IBM. Tras esta distribución, el Gigante Azul retiene temporalmente el 19,9% de las acciones.

“Estamos encantados de que Kyndryl sea hoy una empresa independiente que cuenta con 90.000 de los mejores y más brillantes profesionales, unos robustos resultados y un amplio margen para crecer”, afirma Martin Schroeter, presidente y director ejecutivo de la nueva tecnológica.

“Existe una creciente necesidad de servicios de transformación digital y nuestra experiencia a la hora de crear, gestionar y modernizar sistemas informáticos cruciales nos coloca en una excelente posición en el mercado. Estamos deseando adentrarnos en el camino que tenemos por delante, con una empresa que ahora es más rápida y plana”, añade.

En su ánimo está la creación de fuertes lazos con sus empleados y clientes, de ahí su nombre, Kyndryl, resultado de la unión entre el concepto kyn (parentesco) y dryl, derivación de tendril (zarzillo o tallo de las plantas trepadoras que les ayuda a sujetarse a determinadas superficies). Un nombre de difícil pronunciación que acabará resultándonos familiar.

 

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