En las catedrales góticas, como la mítica Notre Dame que ha sobrevivido a las llamas, la luz proveniente del exterior es tamizada por las vidrieras. De esta forma, la luz podía ser purificada pero, además, también configuraba una visión diferente del mundo que nos rodeaba, dotando a estas edificaciones del aura que inspirara los valores religiosos que pretendía la Iglesia. Al igual que pasaba con los vanos de las catedrales medievales, todo depende de los ojos con que decidamos observar más allá de nosotros.

Vaso vacío o medio lleno, el prisma de lo positivo y lo negativo suele condicionarlo todo, ya sea en el siglo XII o en el XXI. Y la gestión de expectativas y realidades respecto al 5G no es una excepción. Los críticos recordarán cómo la industria había señalado 2020 en el calendario como el año de consolidación de esta tecnología... y ha acabado siendo el de su despliegue inicial. También señalaran informes como el de la propia GSMA que, hace apenas un mes, rebajaba el hype al anticipar alrededor de 1.400 contratos móviles basados en 5G para dentro de un lustro. Para ese curso, en torno al 15% de las conexiones celulares usarán estas redes aún en pañales.

Por su parte, los optimistas también tienen argumentos que poner sobre la mesa. El más manido es el que contextualiza la obvia lentitud de dar vida a una tecnología como ésta. De hecho, esta es la primera vez en la historia de las telecomunicaciones que tanto los teléfonos como las estaciones base de una nueva generación móvil están disponibles en el año después de la aprobación de su estándar. Además, en el curso inmediatamente siguiente a la estandarización del 4G, apenas había 400 estaciones base disponibles en el mercado, frente a los más de 100.000 modelos disponibles en la actualidad. Además, existen estimaciones de fabricantes como Huawei que anticipan una adopción mucho más veloz que cualquiera de las olas anteriores: si al 3G le llevó 10 años alcanzar los 100 millones de usuarios y el 4G llegó a esta meta en cinco años, para el 5G las previsiones señalan un nuevo récord de apenas tres ejercicios. 

Durante el evento anual de la compañía china con analistas, celebrado en Shenzhen, el presidente rotatorio de Huawei ha admitido que "existía algo de incertidumbre sobre los casos de uso reales del 5G, pero desde mediados del pasado año hemos empezado a ver aplicaciones claras en el mercado". Una madurez que, en opinión de Ken Hu, "también ha llegado a los propios proveedores y a los suministradores de red". 

Del hype a la realidad, que se podría decir, y que Hu espera sea el catalizador de una nueva era dorada para las inversiones de las 'telco' en nuevas infraestructuras... tanto como para anticipar un crecimiento de doble dígito para los próximos cursos en estas lides, incluso en el peor contexto de la situación político-comercial-técnica que enfrenta a esta firma con Donald Trump y que implica el veto a las tecnologías de esta marca -aventajada en la carrera técnica en comparación a los nombres norteamericanos o europeos- en varios países del mundo.

Por este conflicto, Huawei ha querido convertir este encuentro con analistas en un golpe sobre la mesa que demuestre la fortaleza de la multinacional. Ken Hu pidió responsabilidad y un debate en base técnica, no política, a EEUU, así como hizo hincapié en la ambiciosa estrategia de la compañía hacia mundos sin fricción alguna, hiperconectados y con nuevas interfaces de uso que nos permitan eventualmente "liberar hasta nuestra mente". 

Pero si hay un gancho de derechas que de verdad puede hacer daño a los enemigos de la casa son los 40 contratos que Huawei ya ha firmado para desplegar redes 5G en todo el mundo. De ellos, 23 son en Europa, por 10 en países de Oriente Medio, 6 en Asia y uno más en África. En total, suponen la venta de más de 70.000 estaciones base.

5G y realidad virtual

Curiosamente, Ken Hu no ha apelado a las utilidades del 5G para el sector salud o industrial. Optó, por el contrario, por destacar el rol del 5G sobre la realidad virtual. "Gracias al 5G, la realidad virtual llegará a 340 millones de usuarios y podrán fabricarse cascos más cómodos y ligeros", ha explicado el directivo.