Hace apenas unos años, nadie pensaría que una feria dedicada a la electrónica de consumo (con los gadgets como protagonistas) tendría como principal ponente a una directiva de la tecnología profesional. Pero los tiempos han cambiado de forma notoria en los últimos tiempos, las barreras entre mundos han caído en favor de una interrelación con el dato como epicentro y en el que tanto el segmento empresarial como el de consumo están condenados a entenderse.

Y la prueba de ello es la presencia destacada de Ginni Rometty, presidente y CEO de IBM, en el CES 2019 que se celebra estos días en Las Vegas. En la arena de los PCs y entretenimiento digital por excelencia, la máxima responsable del Gigante Azul -cuyo glamour procede de los mainframe y no de los 'fanboys' de YouTube- ha comenzado subrayando el hecho de que est compañía sea la que más patentes ha registrado en Estados Unidos por 26 curso consecutivo. 

Era el simple aperitivo para que Rometty, capitán de este barco con más de 100 años de vida pero que solo ha subido al escenario del CES dos veces, pudiera dar rienda suelta a sus dos grandes armas en la guerra por la economía digital: la inteligencia artificial (englobada ahora en lo que ha llamado 'deep data') y la computación cuántica.

"Apenas un uno por ciento de los datos que generamos está siendo analizado, y no hablamos de datos confidenciales o secretos, sino de datos que se desperdician con los sistemas tradicionales", ha explicado en torno al primero de los aspectos. "Pero cuando comienzas a explotarlos, ocurren cosas mágicas".

Disruptores 100

Para muestra, un botón: IBM ha presentado su solución Sugar.IQ, capaz de monitorizar en tiempo en tiempo real los niveles de azúcar a través de un pequeño sensor en el dedo y predecir los patrones de insulina del paciente, adaptando las dosis que debe suministrarse. ¿Más ejemplos? A raíz de la adquisición, sonada en su momento, de The Weather Company, el Gigante Azul ya es capaz de predecir las condiciones meteorológicas incluso con una hora apenas de margen, permitiendo una flexibilidad nunca antes vista en el diseño de rutas aéreas o la agricultura de precisión.

Eso es lo que ya se ha logrado hasta ahora, con lo que conocemos como 'narrow-AI' (una tarea por vez, una inteligencia muy específica y dirigida a procesos concretos). Pero el futuro, como introdujeron Rometty y Dario Gil, COO de IBM Research y vicepresidente de Inteligencia Artificial y Computación Cuántica, pasa por la 'broad-AI', capaz de gestionar distintas tareas en una amplia variedad de campos. ."Hemos de reconocer que entrenar modelos ya no es suficiente, que la inteligencia artificial debe ser escalable y hacerse más económica, y que la cosa no va de hacerla la más precisa, sino la más confiable", ha detallado Gil.

Computación cuántica

En el segundo de los campos de interés para IBM, el de la computación cuántica, Gil y Rometty han presentado lo que promete ser uno de los grandes golpes sobre la mesa en una industria en pañales: el lanzamiento del IBM Q System One, el primer sistema de computación cuántico integrado para uso no solo académico sino también comercial, el cual incorpora la última generación de procesadores cuánticos de la multinacional norteamericana, ingeniería criogénica para alcanzar sus temperaturas extraordinariamente frías, un entorno completamente aislado, electrónica de alta precisión y firmware cuántico para actualizar el sistema sin interrupciones.

Todo ello, con el fin, para "constituir una pieza extraordinaria de diseño industrial", como la han definido sus orgullosos padres.

El español Dario Gil ha destacado que este sistema es "muy estable y se autocalibra, con lo que podemos ofrecer cúbits de alta calidad". IBM no ha facilitado por el momento datos sobre la fecha de lanzamiento aproximada o la dispoibilidad geográfica de este producto que puede ser el primero de una nueva era de computación avanzada.

Los otros contendientes la computación cuántica 

Cuatro son los grandes nombres a tener en cuenta en la revolución de la era cuántica: IBM, Google, Intel y Rigetti. Todas ellas trabajan tener equipos de entre 150 y 300 cúbits aunque lo cierto es que los más destacados en estas lides siguen siendo IBM (50 cúbits) y Google (72 cúbits). "Pero un ordenador tiene que ser capaz de hacer operaciones arbitrarias, ser universal. Eso por ahora solo puede hacerlo el IBM Q", asegura Koehei Itoh, investigador de la Keio University.