Te acuerdas de las Google Glass? ¿Y de algún gadget de Microsoft, sí has leído bien, gadget, como los ‘spot watches’? El sector tecnológico no está exento del fracaso y una prueba de ello la podemos ver en algunos de los 132 ejemplos que ha seleccionado CB Insights buceando entre la innovación corporativas de las últimas décadas.
Amazon, Apple, Google, Facebook, Netflix o Microsoft son algunos de los nombres de esta lista. La cultura del fracaso nos rodea, sobre todo, a las grandes compañías tecnológicas, que no les da miedo apostar por determinados productos y servicios ‘arriesgados’. Como decía Henry Ford, “nuestros fracasos son a veces más fructíferos que los éxitos”. Y estos son los 10 que hemos seleccionado del estudio de CB Insights.
Facebook Phone
Se trata del HTC First, que salió al mercado de la mano del operador AT&T. En realidad era un dispositivo Android que nació con todas las expectativas que podía tener un teléfono bajo el paraguas de la red de social, de hecho su funcionalidad principal era la aplicación Facebook Home. Sin embargo, en solo un mes de vida su precio bajó de 99 dólares a 99 centavos.
Newton de Apple
A principios de la década de los 90, Apple se lanzó al mercado de los asistentes personales digitales (PDAs) con el sistema operativo Newton. En su momento, revolucionó las expectativas del sector por su tecnología de reconocimiento de la escritura a mano del usuario. Los analistas coinciden en que el principal motivo de su fracaso fue precisamente ser un adelantado a su tiempo.
Fire Phone de Amazon
Las tabletas Kindle Fire y sus hermanos los ebooks Kindle fueron un éxito de Amazon que precedieron a un fracaso: el Fire Phone. Para muchos expertos uno de los problemas fue ligar el dispositivo al negocio principal de la compañía, su Marketplace. Los analistas de CB Insights lo tildan de “torpe” e incluso limitado y si a esto le sumamos un precio poco razonable para sus prestaciones, era cuestión de tiempo el fracaso de esta aventura de Amazon.
TwitterPeek de Peek
Era un dispositivo, tipo smartphone, que salió en 2009 a la sombra de Twiiter. De hecho su función era ser usado solo para tuitear, ni correo electrónico, ni internet… Fracasó por esta ‘exclusividad’ que ni siquiera saciaba: el usuario solo podía previsualizar 20 de los 140 caracteres que tenía entonces la red social.
Google+
El intento de red social que lanzó Google ha llegado a su fin. Primero apostó por las invitaciones restringidas, para después abrir la red en un intento de reflotarla, pero era muy complicado competir con Facebook, su principal objetivo. La idea de los ‘círculos’ de amistad no cuajó entre los usuarios… las actualizaciones eran muy pocas y entró en desuso.
Spot watches de Microsoft
Los smart personal object technology o SPOT watches fueron los primeros relojes ‘inteligentes’ que Microsoft sacó al mercado. Contaba con una pantalla táctil, pero la distribución de datos era vía FM. Este reloj estaba ligado a la red MSN y permitía a sus usuarios recibir mensajes instantáneos de Messenger, titulares de noticias, actualizaciones y pronósticos meteorológicos personalizados. Uno de los problemas que le llevo al fracaso fue el sistema de suscripción y el poco soporte que tuvo en su momento.
Google Glass
En 2012 Google lanzó su juguete, su gadget por excelencia: las gafas que todo el mundo quería y que incluso se incluyeron en listas tipo los mejores inventos del año de la revista Time. La duración de su batería (3-5 horas), los problemas de usabilidad de su interfaz, su precio (unos 1.500 dólares), las reticencias a la invasión de la privacidad… son algunos de los problemas que le llevaron al fracaso. Como señalan los analistas de CB Insights, este producto de Google quizá llegó demasiado pronto y no pudo conectar con los usuarios.
DeLorean DMC-12 de DMC
Seguro que lo primero que ha venido a tu mente ha sido el coche de Regreso al futuro, y en parte gracias a su protagonismo en esta saga de Zemeckis el único modelo que sacó la compañía DMC se dio a conocer, llegando a convertirse en un objeto de culto. De este particular deportivo, con sus puertas de ala de gaviota, apenas se alcanzaron los 9.000 automóviles y se caracterizó por sus problemas de rendimiento y seguridad.
Virtual Boy de Nintendo
En 1995 la realidad virtual no era ni la sombra de lo que es hoy. Pero Nintendo lanzó en EEUU y Japón (a Europa nunca llegó) su nueva consola para el mundo “virtual”: Virtual Boy, con un procesador de 32 bits. Se trataba de un visor, que se tenía que poner sobre la mesa (una de las pegas era que no se podía regular su altura) y el jugador tenía que aproximarse a él para ver el juego. Una de las causas de este fracaso, fueron los pocos juegos que la acompañaron y su precio de salida: 180 dólares.
Qwikster de Netflix
Antes de que llegara la revolución del streaming, el modelo de negocio de Netflix se sustentaba en convertirse en el videoclub virtual por excelencia, el que te mandaba a casa, por correo postal, las películas de alquiler. En 2011, la compañía decidió dividirse en dos: por una parte el streaming y por otro el alquiler por correo de películas. Para esta segunda pata de su negocio, decidió cambiar la marca y crear Qwikster. Los usuarios tenían que estar registrados en las dos marcas y pagar por cada una de ellas. Fue el principio y el fin de Qwikster como idea y como negocio.