Nanomedicina ‘made in Spain’, a escala industrial

Investigación

Termitas para extraer energía limpia del carbón

Investigadores de Delaware desarrollan un modelo computacional con biotecnología para aprovechar este proceso bioquímico con el que se genera gas metano y productos orgánicos útiles para la agricultura, la limpieza del agua o el reciclaje de desechos

11 febrero, 2019 11:56

El carbón representa cerca del 30% del suministro de energía del mundo y alrededor del 40% de su generación de electricidad, pero tiene una reputación de ‘sucio’, ‘peligroso para los mineros’ y ‘perjudicial para la salud humana y el medio ambiente’. Pero todo puede cambiar: investigadores de la Universidad de Delaware han descubierto cómo una comunidad de microbios de termitas transforma el carbón en metano, el principal ingrediente del gas natural y han desarrollado un modelo computacional que permite “diseñar, operar y controlar con éxito” el proceso en una escala comercial.

El equipo de investigación, liderado por el profesor Prasad Dhurjati, ha desarrollado este modelo computacional del paso a paso del proceso bioquímico, junto con la empresa Artech, que lleva trabajando con esto microbios desde hace 30 años y que ha proporcionado los datos experimentales para validar este modelo. “Esta innovadora biotecnología tiene el potencial de convertir ‘carbón sucio’ en ‘carbón limpio’, lo que es un gran beneficio para el medio ambiente y para la economía”, subraya Dhurjati.

En lugar de quemar carbón, Dhurjati propone usar microbios de termitas para digerirlo y liberar gas natural. “Esto haría que la energía basada en carbón sea mucho más limpia hasta que tengamos tiempo de cambiar por completo a las energías renovables, como la eólica y la solar”.

De hecho, varias compañías han intentado comercializar estos microbios, pero han fracasado por la complejidad del proceso, señalan fuentes de la universidad. Sin embargo, Artech sí que ha logrado que los microbios conviertan el carbón en gas metano, así como productos húmicos orgánicos útiles para la agricultura, la limpieza del agua o el reciclaje de desechos.

“Químicamente hablando, los microbios, una mezcla de bacterias, protistas y hongos, primero convierten el carbón en grandes hidrocarburos poliaromáticos, que luego se degradan en ácidos grasos, luego en ácidos orgánicos, y finalmente producen metano”, indican.

Este modelo, explica Dhurjati, sirve como una herramienta cuantitativa, que proporciona información crítica para abordar las necesidades nutricionales de estos microbios. Los modelos también se pueden usar para simular las condiciones de las minas de carbón, un ambiente muy diferente al de las termitas.

Según la National Pest Management Association, las termitas causan más de 5.000 millones de dólares en daños a la propiedad cada año: se comen la madera y extraen energía de ella, gracias a los microbios que viven en sus entrañas. En un artículo de la revista Energy and Fuels de la American Chemical Society, Dhurjati incide en el hecho de que el carbón es “básicamente madera que se ha ‘cocinado’ durante 300 millones de años”, por lo que es habitual que las termitas se sientan atraídas por él.