Repsol es una de las principales enseñas del mercado energético y uno de los pilares del tejido industrial español. Fundada en 1987, hablamos de una compañía que factura 52.170 millones de euros al año, con 25.000 empleados y alrededor de 2.500 millones de euros en beneficios. Bien conocida por su negocio de petróleo y gas, Repsol lleva años tratando de reorientarse hacia nuevos nichos de actividad, como las energías limpias y, también, la acción digital.

Para alcanzar esta última meta, la multinacional puso en marcha un ambicioso plan de digitalización allá por 2018. Una iniciativa ligada a la mejora de procesos con la incorporación de la tecnología, el cambio cultural hacia una mentalidad más innovadora y la adopción de tendencias como la nube en su seno. Una iniciativa que toca a su fin en este 2022 y de la que Valero Marín, su CIO e impulsor, presume con orgullo ante D+I.

Se escuda para ello en las grandes cifras que han resultado de ese plan: 370 casos de uso (70 más solo en el último curso) que han producido unos ahorros acumulados de 598 millones de euros. El objetivo, antes de que acabe el presente año, es llegar a los 800 millones. Cifras que no son fruto de cálculos improvisados como bien remarca Marín, sino que "están validadas por el director financiero y calculado por cada una de las áreas de negocio".

Valero Marín es el CIO (Chief Information Officer) y CDO (Chief Digital Officer) de Repsol.

¿En qué se materializan esos números? Valero Marín repasa, casi de memoria, algunos de los logros más sustanciales que ha cosechado con su plan de digitalización. Ahora Repsol trabaja en ciclos cortos, para entregar nuevas aplicaciones digitales en menos de tres meses. Gracias al mantenimiento preventivo con inteligencia artificial de sus plantas, el tiempo necesario para estas tareas se ha reducido un 40%. Y 2.500 de sus servidores ya corren en la nube, con 150 procesos automatizados con herramientas de RPA.

Gran parte de estos resultados se deben a ArIA, la plataforma de datos que Marín ideó para Repsol en colaboración con su Chief Data Officer, Juanjo Casado. Un gran 'datalake' de toda la información que maneja este coloso de la energía sobre el que se han desarrollado alrededor del 60% de los casos de éxito. Un entorno definitorio en el que explotar la analítica de datos, con un gobierno de la información preciso. En sólo año y medio, 80 soluciones diferentes han cobrado vida sobre este pilar, tal y como confirma el directivo.

La interconexión de la información corporativa y de sus aplicaciones de negocio con fuentes externas (como la información geológica o meteorológica) y nuevas herramientas de internet de las cosas ha permitido nuevos proyectos digitales en áreas tan diversas como el confinamiento y sellado industrial. También, y esto agrada especialmente a Valero Marín, a la hora de poder "crear un centro de operaciones centralizado desde Madrid".

Así, el abastecimiento, procesamiento y salida de crudo de 25 refinerías de Repsol en todo el mundo están conectados entre sí y gestionados desde la capital española, evitando "los problemas que teníamos cuando había alguna parada para cambiar los ajustes de la operación".

El salto a la nube pública

Sin embargo, y como mencionábamos al principio del artículo, una de las tareas que más ocupado ha mantenido a Valero Marín -premiado en los D+I Innovation Awards 2021 como mejor CIO del año- es el salto a la nube pública. La firma ya ha migrado esos dos millares de servidores a los nuevos entornos, aunque el proceso no ha hecho nada más que comenzar. 

Ello supone que alrededor del 65%-70% de sus cargas de trabajo TIC ya se ejecutan en la nube pública, principalmente en Azure y Amazon Web Services. La multinacional ya ha cerrado su centro de datos secundario en Alcobendas como buena prueba de este cambio de tiempos en la forma de desplegar servicios digitales.

El objetivo que se marca Marín es acabar el año con un 5% más en esta particular tarta, a la que podría sumarse en breve el tercer contendiente de los hiperescalares: Google. "Estamos evaluando sus capacidades", reconoce. 

¿Qué hará Repsol con sus actuales instalaciones de centros de datos? "No todo se irá a la nube", introduce el CIO, sin eludir la mayor: "Estamos valorando qué hacer con el CPD de Tres Cantos. Todavía son conversaciones incipientes sobre cuál será la estrategia, que atañe también a aspectos inmobiliarios del espacio".

Apuesta por la ciberseguridad

En estos momentos, no podría pasarse por alto la ciberseguridad en cualquier plan de digitalización que se precie. Y una empresa en un sector tan crítico como el que nos ocupa no puede ser una excepción. Por ello, Repsol desarrolló su Programa de Ciberseguridad en 2020, con un plan que cubre hasta el año 2023 con una inversión anual de diez millones de euros, "que ha aumentado un 60%" a raíz de las acuciantes preocupaciones al respecto.

Marín reconoce que trabaja para lograr la "ciberinmunidad" mediante el fomento de una cultura de ciberseguridad en sus empleados. "Sufrimos 'phishing' orientado a nuestros empleados, subiendo niveles", admite el ejecutivo, quien también pone su empeño en proteger la propia operativa industrial y a su cadena de suministro y terceras partes.

Un nuevo plan digital hasta 2025

Hasta aquí el repaso a todo lo logrado por Repsol con su actual plan de digitalización. Pero este programa finaliza este mismo curso con lo que la pregunta es pertinente: ¿Qué viene ahora?

"A finales del año pasado comenzamos las conversaciones con el comité directivo para dar vida al nuevo plan de digitalización 2022-2025. Hemos avanzado mucho y creemos que la tecnología puede darnos mucho más", introduce Valero Marín. "Seguiremos trabajando por objetivos, que nos ha funcionado muy bien. Hemos estado ideando con las áreas de negocio durante el primer semestre del año para crear ese 'roadmap' de la segunda ola".

Un nuevo plan que verá la luz el próximo mes de julio, con la "inteligencia artificial, blockchain y la analítica" como grandes propuestas estratégicas.