Si ahora levanta la cabeza y mira el cielo es probable que no vea ningún aparato aéreo volando, salvo algún helicóptero de las Fuerzas de Seguridad… pero esto va a cambiar en breve. La imagen futurista de coches voladores, aerotaxis, drones llevando paquetes de un sitio a otro, mientras la vida en la ciudad transcurre bajo ellos se va a convertir en una realidad. De hecho, hay una hoja de ruta en Europa para tener en 2023 el marco regulatorio común y preparado para gestionar la nueva movilidad urbana que va a dar el salto a la tercera dimensión, a la verticalidad del espacio aéreo.

“Si algo caracteriza al sector aeroespacial es la innovación, pero también el talento y el coraje de sus profesionales para poder convertir las utopías en realidad”, ha señalado el director general de Enaire, Ángel Luis Arias, ponente principal del foro The new urban air mobility (UAM) que ha organizado el Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos (COIAE). Este reto de la movilidad aérea urbana puede impulsar la innovación aeroespacial en áreas como la digitalización, la inteligencia artificial, la propulsión ecológica, los vehículos no tripulados…

Así, la UAM se presenta como solución a la gran cogestión de tráfico que existe en las grandes ciudades, pero su despliegue, ha explicado Arias, “será todo un reto en la gestión de operaciones simultáneas en entornos densamente poblados y con la convivencia de aeronaves tripuladas y no tripuladas”. Enaire está trabajando ya en el desarrollo de sistemas de gestión del tráfico aéreo “robustos y fiables para garantizar la seguridad” para lograr el objetivo de “una movilidad eficiente, eficaz y sostenible en zonas urbanas”.

Arias ha incidido en que en la Unión Europea la congestión del tráfico terrestre cuesta actualmente 100.000 millones de euros cada año y tiene “impacto muy negativo en medio ambiente por las emisiones de CO2”, por lo que “hay que llevar la movilidad urbana a la tercera dimensión, la dimensión de los aeronáuticos, con vehículos voladores no contaminantes, con propulsión eléctrica o con pilas de combustible de hidrógeno”. Si solo se tienen en cuenta los llamados aerotaxis las expectativas reales de mercado son muy altas: “En 2035 se espera un volumen de negocio de 30.000 millones de euros según un estudio de Porsche Consulting".

“El reto de la aeronáutica ya no es cruzar un continente, sino que es mejorar la movilidad interurbana y urbana”

Para asegurar este despliegue hay que tener en cuenta tres factores esenciales. El primero de ellos es elaborar una regulación “adecuada en tiempo y forma sin ahogar al sector, pero manteniendo la seguridad”. Así, Juan José Sola, responsable de drones de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), ha incidido en la necesidad de ese marco normativo que permite una “implantación eficiente, pero segura del UAM”. Las empresas esperan estas reglas de juego en 2023 para contar con los cimientos para construir este nuevo sector, ha señado Sola.

Andrés López, responsable temas drones en la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), ha puntualizado que hace falta crear unos estándares tanto para “orientar los esfuerzos en las plataformas” como para “adecuar nuestras infraestructuras para atender a estas aeronaves y que las operaciones se desarrollen con plena seguridad”.

La tecnología es el segundo factor: la industria tiene que ir abriendo camino para generar negocio y ampliar las operaciones con elevadas cuotas de seguridad. “La UAM tiene una cadena de valor compleja, sobre todo, si se habla del transporte comercial con pasajeros”, ha apuntado Isabel del Pozo, Ho UTM de Airbus. Es un gran reto tecnológico en el que se lleva más de una década trabajando, ha asegurado, para demostrar que el aerotaxi puede “aterrizar y despegar de forma vertical con una propulsión distribuida”, pero no solo es cuestión de la aeronave, sino también del diseño de las infraestructuras necesarias, como el diseño de los futuros ‘vertipuertos’. “El reto de la aeronáutica ya no es cruzar un continente, sino que es mejorar la movilidad interurbana y urbana”, por lo que hay que desarrollar un diseño de un mallado intermodal de ‘vertipuertos’.

El general Armando Díaz, subdirector de Ingeniería de Aviones de Caza y RPAS del Ejército del Aire, ha señalado que más allá de resolver cómo gestionar el nuevo espacio aéreo y la densidad de aeronaves que habrá en el futuro, hay que desarrollar nuevos sistemas de propulsión más sostenibles para el medio ambiente. Para lograr una propulsión eléctrica distribuida “tenemos que ir a baterías de alta eficiencia y ser capaz de recargarlas rápidamente en los ‘vertipuertos’ para hacer ágil el sistema. Seremos capaces de hacerlo antes de un medio plazo”.

“El ser humano no va a ser capaz de gestionar todo lo que le viene”, por lo que el general Armando Díaz ha indicado hay que ir a la automatización tanto de la gestión del tráfico aéreo como del vehículo. Y aquí “el reto será la ciberseguridad”. Así, Sola de AESA ha incidido en “securizar las infraestructuras automatizadas desde el punto de vista de la seguridad de la comunicación” y en trabajar para mitigar el ruido que genere este transporte sobre las ciudades y para mejorar los algoritmos de las futuras rutas aéreas logísticas.

El tercer factor clave en el despliegue de la UAM es la percepción de la sociedad. “Tenemos que invertir para conseguir la confianza de los futuros usuarios” en los nuevos sistemas y la tecnología “sin tenerles miedo”, ha apuntado Arias. En este sentido, Daniel García-Monteavaro, jefe del Departamento de Drones de Enaire, ha apostillado que “cuando haya pasajeros tendrá que haber los más altos estándares de seguridad”, sobre todo, porque la percepción de riesgo deberá ser imperceptible al competir con otros medios de transporte en corta distancia.

En definitiva, hay que “convencer” a la sociedad de la “bonanza del avance que supondrá este nuevo sistema de movilidad”, ha puntualizado el general Armando Díaz. Del Pozo ha incidido en que es el momento de “demostrar que realmente es sostenible y puede descarbonizarse”.  

El reto del sector en España

Generar el efecto tractor y facilitador en el sector para potenciar el despliegue de la movilidad aérea urbana (UAM por sus siglas inglés). Este es el reto que tiene ante sí las grandes compañías del sector aeronáutico, como Enaire, ha señalado su director general. Por ello, la colaboración público-privada es fundamental para que “España se sitúe entre los líderes y no a la cola ni arrastrado por los desarrollos de terceros”. El despliegue de la UAM, en definitiva, traerá “enormes beneficios” al sector aeronáutico y al país: “Empleo de calidad, desarrollo tecnológico, mejora medioambiental y bienestar”.

Esta visión del futuro coincidía con la afirmación inicial de la decana del COIAE, Estefanía Matesanz: “España es una potencia mundial en aeronáutica y ahora no podemos olvidarnos ni quedarnos atrás. Tenemos capacidad más que de sobra para estar en las principales ligas del mundo”. El general Armando Díaz se ha sumado al vaticinio: “El futuro está ahí y esperemos que podamos empujar para que sea a corto plazo”. Más allá de la regulación, es necesario dar pasos para demostrar el impacto que tendrá en el medio ambiente, porque se habla de descongestionar el medio terrestre, pero esto supone ‘congestionar’ el aéreo, por lo que hay que buscar sistemas más sostenibles.

“En España tenemos empresas muy potentes y de tamaño medio con grandes capacidades para desarrollar los proyectos y competir en el ámbito internacional”, ha puntualizado Andrés López, responsable temas drones en la Dirección General de Aviación Civil.

Isabel del Pozo, de Airbus, ha concluido que ahora España se encuentra en “un punto de inflexión”, por lo que ha instado a la industria y a las instituciones a “trabajar codo con codo” para definir dónde queremos estar en 15 años. Así, Matesanz ha aprovechado este foro para volver a reclamar al Gobierno la elaboración de un Plan Estratégico Nacional que englobe todos los campos del sector. En concreto, ha incidido en la necesidad de crear “una Agencia Española del Espacio, como ya tienen otros países, y una comisión interministerial para el sector aeronáutico”, así como ha exigido más inversión “en excelencia y en ciencia”.

Para ir abriendo camino, el COIAE ha creado un comité de innovación, a modo de Think Tank: “Ahora más que nunca necesitamos apoyar la innovación para que el sector progrese incluso en estos tiempos tan complicados”, en referencia a la pandemia por la Covid-19.

Sector militar

El general Armando Díaz ha destacado que más allá de la implementación de la UAM en las grandes ciudades para descongestionarlas, este también podría aplicarse en pequeñas ciudades. De hecho, el Ejército está desarrollando el proyecto Base Aérea Conectada Sostenible Inteligente, que prevé el uso de drones y vehículos no tripulados para tareas de vigilancia perimetral, para el transporte de material, para la inspección de pistas en la detección de fuegos…