Préstamos o subvenciones? Es el eterno debate sobre los instrumentos de financiación para el desarrollo del tejido empresarial en España. Para arrojar algo de luz, se ha presentado la séptima edición del informe Valoración del impacto económico y social de los préstamos de Enisa, la empresa pública dedicada a la financiación de proyectos empresariales viables e innovadores de pymes españolas, que depende del Ministerio de Industria.

En este sentido, José Bayón, CEO de Enisa, ha subrayado que este tipo de informes permite “saber el efecto de la financiación y así poder vislumbrar el futuro, conocer hacia dónde vamos” para seguir desarrollando “los nuevos sectores que están avanzando y se están convirtiendo en tractores de nuestra economía”.

El autor de este informe, el catedrático de Economía Financiera de la UCM, José Martí Pellón, ha destacado que estos préstamos son “un instrumento atractivo para las empresas” que, además, cuentan “con una excelente relación coste-beneficio para la Administración”.

De hecho, Pellón ha remarcado que hasta mediados de 2019 se había recuperado cerca de 352 millones de euros del total reembolsado (663 millones), es decir, un 53%. Así, el catedrático de la UPM estima que existe un coste de 36.000 euros por empleo creado, un coste que se reduce hasta los 18.000 si se computa lo recuperado, en términos de coste-beneficio.

Así, se han analizado en 4.209 préstamos a 3.790 empresas concedidos entre 2005 y 2015. El 72% de las empresas estaban en una etapa inicial: el 38% del sector servicios y el 26% con un elevado contenido tecnológico. “Es un instrumento válido para empresas de todos los sectores, sobre todo para empresas en fase inicial”, ha puntualizado Pellón.

“Los crecimientos medios observados son elevados, de hecho se ha detectado que sus activos crecen más que sus ‘comparabales’ no apoyadas por Enisa”, ha subrayado. En concreto, en activos totales, el incremento hasta el año 2017 fue de 5.476 millones de euros, un 81 % por encima de la situación anterior a la recepción del préstamo, y más del doble del aumento experimentado al tercer año. En activos inmateriales, el aumento acumulado ascendió a 1.305 millones de euros hasta 2017 (421 mil euros por empresa), frente a los 490 millones registrados hasta el tercer año.

Por otra parte, en ventas, de los 1.750 millones de euros de incremento hasta el tercer año se pasó a 5.723 millones, con una media de 1,85 millones euros por empresa; En margen bruto, de los 713 millones de euros de incremento hasta el tercer año se alcanzaron 2.541 millones, a razón de 821 mil por empresa.

En definitiva, el catedrático de la UPM ha incidido en que se trata de un “instrumento atractivo” y “valido” para empresas de todos los sectores, sobre todo si se encuentran en una fase inicial. Además, hay que tener en cuenta el alto nivel expectativas de recuperación que tienen estos préstamos, “por encima de los ordinarios”. “Frente al capital riesgo público, estos instrumentos tienen menos costes de gestión y cuenta con más beneficios indirectos si hay amortización”.

Casos de éxito

Además de la presentación de este informe, se ha celebrado una mesa redonda con dos empresas financiadas con este tipo de préstamos de Enisa: Woom Fertility y Biohope.

Para Laurence Fontinoy, CEO y cofundadora de Woom Fertility, este tipo de financiación ha sido clave porque “al principio se necesita mucha inversión y no tienes ingresos” y con estos instrumentos “pudimos contratar a desarrolladores”. En las rondas de financiación en España, explica Fontinoy, “no puedes apalancar más allá de 12 meses y esto no permite pensar a futuro”.

En este sentido, Isabel Portero, CEO y fundadora de Biohope, incide en que hay sectores, como el biotech, que requieren de mucha inversión a largo plazo hasta que puedes empezar a facturar: “Este préstamo nos permitió contratar científicos, es decir, la base para el desarrollo de nuestro primer producto. Sin este tipo de instrumento, sería imposible sobrevivir para una biotech” en España.

Esto se ha agudizado por la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia por la Covid-19. Pellón ha destacado que la Administración haya “habilitado créditos durante el estado de alarma” porque “era necesario para evitar la caída de un gran número de empresas, que podría llevar a un desplome estructural como el de 2008”.

Sin embargo, ha matizado que en el futuro próximo se necesitan “medidas más a largo plazo, con un pensamiento en el mañana, más allá del instrumento arcaico de las subvenciones, que no son sostenibles”.

Para el catedrático de la UPM, “tiene que haber más compromiso por parte de las empresas, con inversiones propias y con apoyo público que pueda ser recuperable. Como podrían ser instrumentos como los préstamos participativos”.

La responsable de Biohope ha destacado, en este sentido, que en el sector biotecnológico las empresas españolas no pueden competir en un contexto global. “Competimos con el mismo tipo de empresa, pero en EEUU y en Asia cuentan con una fuerte inversión privada, por eso aquí el sector público tiene un alto impacto. El papel de Enisa, del Estado y de la UE es simplemente vital para poder existir y competir”.

Asimismo, la CEO de Woom Fertility ha apostillado que si una startup “quiere acelerar y lanzar al mercado su producto, necesita recursos e inversión en innovación potente”. Para conseguirlo, en su opinión, “el instrumento de financiación debería ser algo mixto”.

Por último, Pellón ha concluido que Europa no puede compararse con EEUU “ni por su capital riesgo ni por el NASDAQ, que alimenta a las empresas colocando títulos nuevos para financiarlas. Los mercados alternativos que se han ido creado son copias burdas porque no hay ni oferta ni demanda. Esto hace complicado compararnos”.