El español Fernando Vilariño, presidente de la Red Europea de Living Labs, en La Marina de Valencia.

El español Fernando Vilariño, presidente de la Red Europea de Living Labs, en La Marina de Valencia.

Comunidad Valenciana

La paradoja europea de innovar o cómo lograr una ciencia útil

Para el presidente de la Red Europea de Living Labs, aunque en la UE hay buenos científicos falta un sistema que ‘implemente’ su innovaciónrn

21 diciembre, 2018 07:00

Ecosistemas de innovación abiertos centrados en el usuario. Entornos de experimentación, de pruebas, de cocreación, en los que se integran procesos de investigación e innovación en escenarios de la vida real. Son los living labs, unos actores que está cobrando fuerza para estimular la creatividad en los diferentes sectores socioeconómicos. Fernando Vilariño, nuevo presidente de la Red Europea de Living Labs (ENoLL por sus siglas inglés), reivindica el papel de estos espacios para trazar la actual y futura política de ciencia e innovación en la Unión Europea, llamada Open Science and Innovation. De este nombre, subraya, "la palabra más importante es AND", porque es la que simboliza el enlace entre la ciencia de alta calidad y los procesos de innovación. Y estos 'enlaces' "necesitan de instrumentos eficaces y de correas de transmisión potentes".

En la Unión Europea existe una "paradoja" en torno a la innovación: "Tenemos muy buenos científicos en el ámbito individual, pero es ineficiente, desde el punto de vista sistemético, a la hora de integrar nuestra ciencia en soluciones e implementaciones innovadoras", señala Vilariño a INNOVADORES tras participar en Valencia en la jornada Placemaking for Innovation

Sin embargo, el presidente de ENoLL incide en que Europa  tiene "una ventaja competitiva: los living lab", que funcionan como "herramientas de orquestación" dentro del ecosistema. Y son estos espacios, junto con otros actores, los que deben jugar un papel clave para llevar a cabo una buena política de ciencia e innovación. "Deben ser los tractores, los directores de orquesta, los puntos de encuentro... en los procesos de innovación". 

Es un rol fundamental en medio de la transformación digital que se está llevando a cabo en los diferentes sectores industrial y que se está traduciendo en cambio de las dinámicas de etapas anteriores: "Van a desaparecer algunos perfiles laborales, pero también van a crearse nuevos, y, además, van a diluirse algunas de las fronteras entre administraciones y empresas". Y todos estos cambios van a sucederse a "una velocidad muy rápida", advierte Vilariño, que apunta que para afrontarlos se va a necesitar "una respuesta ágil por parte de las administraciones".

Un ejemplo recurrente de estos cambios es el coche autónomo: "Cómo se puede aplicar una política para estos vehículos sin aplicar un cambio en las calles, en la movilidad y en la industria asociada a la movilidad", se pregunta el presidente de ENoLL. Es decir, no solo se puede pensar en la tecnología en sí, sino en todo lo que rodea a la misma, porque el resultado, hoy en día, de las aplicaciones de estas tecnologías es que llevan implícitas transformaciones sociales, transformaciones de las estructuras sociales. "Esto antes no era así. Es un efecto colateral de la transformación digital", puntualiza el presidente de ENoLL. 

Por ello, ante estas previsibles transformaciones, es preciso "definir los espacios en los que los ciudadanos pueden participar en estos cambios". "Por primera vez tenemos la oportunidad de entrar en estos procesos de innovación porque se está democratizando el acceso gracias a las estrategias de colaboración, de cocreación y de codiseño", señala Vilariño, que incide en que una institución sola "no puede hacer frente a la complejidad de los retos a los que nos enfrentamos" en la llamada era digital. La unión hace la fuerza.