Estructura del Campus Data Center de Meta en Talavera de la Reina.

Estructura del Campus Data Center de Meta en Talavera de la Reina.

Castilla La Mancha

La clave del aval ambiental para los centros de datos de Meta en Talavera: refrigerar aire en lugar de agua

La Junta publica la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto, al que considera "viable" y "coherente" tras reducir un 84% el consumo hídrico previsto inicialmente. Las obras durarán 10 años.

23 marzo, 2024 01:50

El Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM) ha publicado este viernes la resolución por la cual se aprueba la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) definitiva del Proyecto de Singular Interés Meta Data Center Campus en Talavera de la Reina.

Era la noticia que todo el ecosistema tecnológico local, regional y estatal estaba esperando desde hace casi cuatro meses, momento en el que la empresa de Mark Zuckerberg presentó el proyecto final con todas las modificaciones medioambientales sugeridas por la administración.

A partir de ahora, vía libre, pues, para la aprobación definitiva de un proyecto de referencia a nivel nacional y que consolidará a Castilla-La Mancha como referente tecnológico y a España como país puntero del sur de Europa de centros de datos.

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Eso sí, lo primero que conviene decir, tal y como establece la documentación que consta en el expediente, es que el plazo de ejecución total de las obras es de 10 años. Dicho de otro modo, si las obras comenzaran en los próximos meses, el proyecto no estaría acabado hasta el año 2034, lo cual habla de lo ambicioso del mismo.

La cautela, pues, debe imponerse desde el principio. Y ya no sólo por el extenso plazo de ejecución del proyecto sino por lo complicada que ha sido la tramitación de esta iniciativa, desde que se anunciara casi hace dos años.

El año 2023, por poner un ejemplo, empezó de forma muy positiva con la aprobación provisional del proyecto, pero una serie de advertencias medioambientales señaladas por diversos organismos obligó a Meta a replantear las características del plan.

El consumo hídrico ha estado desde el primer momento en el centro de la polémica. Inicialmente, el proyecto preveía unas necesidades hídricas de 665 millones de litros anuales de agua en todo el proyecto (incluyendo las necesidades concretas para la refrigeración necesaria de los centros de datos: 200 millones de litros). La Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) alzó la voz.

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En un informe, este organismo recordó, a modo de aviso a navegantes, que la disponibilidad de agua para Talavera de la Reina es de 7.110 millones de litros al año y que, de ellos, 6.300 se reservan para abastecer al casco urbano y al suelo industrial.

En resumen, Meta se iba a encontrar con una disponibilidad suficiente para sus necesidades, pero sin dejar apenas margen para otros proyectos que quisieran implantarse en la ciudad talaverana en el futuro.

Lo que ha hecho la empresa norteamericana es recurrir a la tecnología para reducir las previsiones de consumo, sobre todo, en lo referente a las necesidades hídricas para la refrigeración de los centros de datos.

Así, en la DIA publicada este viernes se especifica que la compañía va a incrementar de forma significativa la eficiencia gracias al uso de una tecnología de refrigeración de aire seco, que ha logrado reducir las necesidades de consumo de los 200 millones de litros de agua al año a los 600.000 litros anuales).

Se trata de una reducción drástica de agua para refrigeración que contribuye a una reducción de las necesidades totales de todo el ámbito de actuación. Además, Meta dice en el proyecto haber implementado la monitorización mediante el sistema de control centralizado de edificios para un ahorro de recursos hídricos.

Ha sido, sin duda, el gran escollo que ha tenido que salvar el proyecto de Zuckerberg en Talavera de la Reina, que constará finalmente de 191 hectáreas, que incluirán tres zonas industriales y hasta 500.000 metros cuadrados de zonas verdes.

En cuanto al tan esperado Data Center Campus, constará de dos edificios de centros de datos (de 27.700 y 32.700 metros cuadrados, respectivamente), con dos centros auxiliares para equipamiento exterior de los mismos, un edificio administrativo y una subestación eléctrica.

La energía fotovoltaica estará presente en el desarrollo urbanístico de Meta, con una planta en la zona de los centros de datos (de 8.500 metros cuadrados) y otra a gran escala en la mitad norte de la zona industrial (de 526.000 metros cuadrados).

Cuatro fases de obra

Cabe recordar que el objetivo principal de las instalaciones es "dar soporte eficiente a aplicaciones informáticas robustas y escalables, proporcionando un elevado volumen de servicios de datos, computación y almacenamiento de los mismos", recuerda la DIA.

Las obras se desarrollarán, según el mismo documento, en cuatro fases. La primera será la de la construcción de la subestación eléctrica interior del campus, la conexión exterior y la reposición del colector de aguas residuales; la segunda comprenderá la construcción del edificio de administración, el edificio de apoyo a las operaciones empresariales de infraestructura, la caseta de vigilancia, y el primer centro de datos; la tercera fase será la de la construcción del segundo centro de datos; y la cuarta, la construcción de la planta solar fotovoltaica.

Por lo demás, la DIA deja claro como conclusión a un análisis de más de 39 páginas que el proyecto "abarca de forma satisfactoria y coherente el conjunto de ámbitos que deben ser analizados al evaluar su impacto ambiental" y que es "viable" desde ese punto de vista.

El documento califica los efectos de la actuación sobre la salud humana como "no significativos"; recalca que "no se espera un efecto sonoro relevante"; afirma que "la nueva línea eléctrica proyectada se mantendrá dentro de los límites aceptables para la salud humana en términos de campos eléctricos y magnéticos"; y no considera "que la implementación del proyecto suponga afecciones directas o indirectas a los objetivos de conservación establecidos en el Plan de Gestión de los espacios Red Natura 2000 próximos", aunque con alguna que otro aviso como las "mayores probabilidades de pérdida de sustrato de alimentación para especies como el cernícalo primilla" o el "potencial riesgo significativo negativo por colisión (contra las líneas de alta tensión) para especies esteparias de interés como el sisón común".

Por último, la DIA refrenda la obligatoriedad de que el promotor remita a los órganos ambientales informes trimestrales de seguimiento durante la fase de construcción sobre el cumplimiento de los compromisos adquiridos en el estudio de impacto ambiental.

Y quizá lo más importante: "Esta declaración de impacto ambiental no será objeto de recurso". Vía libre, pues, a uno de los proyectos más esperados del ecosistema tecnológico español.