Las series de abogados norteamericanas son tan míticas como la ficción televisiva en sí misma. Más complejas o más sencillas, con toques de humor o más tendentes al drama e incluso otros géneros como el terror o el thriller político: lo cierto es que podemos decir que hay una serie sobre el mundo legal perfecta para cada telespectador.

En la inmensa mayoría de estas obras de ficción, más allá de las intenciones de sus protagonistas, los letrados suelen hacer uso de diversas estratagemas o enfrentarse a problemas ante los que alguna "triquiñuela" parece la mejor solución. Una de las más repetidas, en series altamente recomendables como Suits, Cómo defender a un Asesino, Ally McBeal e incluso la hilarante Better Call Saul, es la técnica popularmente conocida como "enterrar entre documentación".

Imagine, querido lector, que la parte contraria en un litigio le exige entregar los papeles que le incriminan en un posible delito. No entregarlos puede suponer otra infracción adicional, por los que no hay escapatoria imaginable. O quizás sí: si en lugar de ese documento se hace entrega de cientos de cajas llenas de informes, es muy probable que esa prueba clave se pierda entre la multitud o, cuanto menos, retrase el proceso lo suficiente para idear otro plan alternativo.

Puede sonar a ficción, y así es, pero no olvide que la realidad siempre supera a cualquier guion. Estas semanas, sin ir más lejos, conocíamos el informe final del Congreso estadounidense sobre las supuestas prácticas monopolísticas de los gigantes de internet y que llevaron a sus máximos responsables a respectivas sesiones públicas para justificar sus actividades. Y más allá de las recomendaciones para frenar su incesante y concentrado poder, la extensa publicación recoge un curioso detalle.

Mientras que Apple entregó 2.246 documentos para explicar los puntos en los que su operación estaba en entredicho, Amazon hizo lo propio con 24.299. Facebook, a su vez, hizo acopio de 41.442 archivos nuevos y recopiló 83.804 de otros procesos que le mantienen en el filo de la navaja en EEUU. Pero la sorpresa llega con Google, que ni corta ni perezosa le sirvió al Congreso nada menos que 1.135.398 documentos. O lo que es lo mismo: el 505.47% más que la información proporcionada por Apple. Por si fuera poco, el tirón de orejas público recoge esa intención del buscador de enterrar a los investigadores en una maraña de papeles sin sentido. "Aunque Google produjo una cantidad significativa de material, el personal del Subcomité no vio este volumen como un indicador de calidad".

A veces Sundar Pichai se viste de Harvey Specter.