Durante esta crisis sanitaria hemos observado cómo reaccionamos ante la necesidad de transportar mercancías de modo urgente, desplazarnos y movernos o tener encuentros cara a cara con personas que se encontraban a distancia. Los encuentros entre culturas es lo que hace una sociedad más tolerante.

El carácter esencial y estratégico de la aviación en general y del sector aeronáutico en particular es por tanto incuestionable. Sabemos que somos un sector que mantendrá un crecimiento sostenido, que hemos de hacer también sostenible y competitivo. Para conseguir ese paso, es necesario que las entidades que lo forman y el sector en su conjunto acometan un proceso de transformación que pasa fundamentalmente por el desarrollo tecnológico, la innovación  y la digitalización.

El sector aeroespacial impacta de modo profundo en la sociedad tanto por sus productos y servicios como por su papel en la economía de aquellos países donde tiene presencia productiva. Ese es el caso de Europa, que cuenta con el líder del sector, Airbus, y en concreto en España, donde, desde luego, el sector ha adquirido ese compromiso de transformación.

La digitalización en el sector aeroespacial, al igual que en otros sectores, será el hilo conductor que recorra toda la cadena de valor para alcanzar los objetivos de eficiencia, flexibilidad, sostenibilidad, servicio al cliente, e intermodalidad que se ha marcado a fin de construir la industria del futuro, competitiva, resiliente y que responda a las nuevas necesidades sociales. 

A medida que las sociedades evolucionan y demandan nuevas formas de relacionarse, desplazarse, colaborar, nuestro sector ha de adaptarse para dar respuesta a sus necesidades. El siglo XXI es el siglo de los cambios rápidos y la incertidumbre y es por ello que hemos de prepararnos para reaccionar con mayor celeridad ante las demandas sociales y de mercado, acortando los tiempos de desarrollo de nuevos programas y acelerando la puesta a punto de su producción. Ello solo se puede llevar a cabo en un entorno digital.

Si queremos comprender la transformación del sector debemos entender tanto sus necesidades en el entorno de diseño, fabricación y servicios digitales como su cadena de valor. En primer lugar debemos tener en cuenta la digitalización en diseño.

Ya no entendemos el diseño como una serie de procesos secuenciales, en el cual en cada etapa nos ocupamos de un aspecto, sino que entendemos el diseño como un proceso único donde se tienen en cuenta todos los elementos a un mismo tiempo. Es lo que denominamos co-diseño, solo posible en un entorno digital. El co-diseño nos permite acortar nuestros tiempos de desarrollo de aeronaves a la vez que aumentamos nuestra flexibilidad de adaptación a los requerimientos e incrementamos la madurez del primer artículo.

A ello también nos ayuda enormemente la modelización de materiales, procesos y, por supuesto, el desarrollo de  ensayos virtuales,  que nos pueden permitir acortar el camino de la certificación, además de optimizar nuestros diseños junto con la optimización de nuestros métodos de cálculo mediante la aplicación de tecnologías de inteligencia artificial.

En lo que se refiere a la digitalización de los procesos productivos, la aplicación de técnicas de inspección y tratamiento de datos en línea junto a la captación y explotación de parámetros clave durante la fabricación permite un mayor aseguramiento de la calidad del producto a la vez que la aplicación de técnicas de mantenimiento preventivo de los equipos. Esta mina de datos, lograda a través de la sensorización de todo el proceso productivo, es además la base para que, mediante diferentes tecnologías y el uso de máquinas de manipulación automática programable,  robots colaborativos y aplicación del internet de las cosas, se eliminen tareas repetitivas o con dificultades de ergonomía, permitiendo a los operarios realizar con mayor comodidad aquellas tareas de mayor valor añadido además de agilizar los procesos.

La modelización de toda la secuencia nos permitirá tener un Digital Twin o gemelo digital de procesos y productos que, alimentado por datos en tiempo real, asegure una producción de calidad eficiente y competitiva. Al mismo tiempo, el gemelo digital de cada unidad de producto facilita la toma de acciones y adaptación del proceso subsiguiente de montaje y favorece la eliminación de elementos físicos de ayuda al mismo, aumentando la flexibilidad de la producción mediante la continuidad de la cadena digital. La propia conectividad de los operarios facilita las tareas de fabricación y verificación en línea.

Otro aspecto es la captación y explotación de los datos del modelo productivo en la cadena logística teniendo en cuenta de un lado el entorno de la propia empresa y de otro toda la cadena de valor hasta las líneas de montaje final. Una cadena de valor totalmente conectada en tiempo real permite optimizar operaciones internas, reduciendo costes y tiempos en la fabricación y mantenimiento de productos y servicios, así como incrementar la adaptabilidad  en tiempo real de los procesos productivos. Esto es de especial importancia en un sector como el aeroespacial, que consta de una cadena de suministro densa con suministradores de varios niveles que han de estar todos al mismo nivel de digitalización.

Para poder hacerlo realidad es necesaria la existencia de cinco habilitadores clave:

1. Un “data lake” común en el que compartir de manera estructurada todos esos datos, basado en nubes públicas y privadas.

2. Una infraestructura que asegure esa conectividad y se adapte a las necesidades en cada uno de los casos de uso, localización y número de usuarios.

3. Una inversión fuerte en ciberseguridad que proteja datos e infraestructuras de cualquier ciberataque en toda la cadena de suministro.

4. La creación de un Centro de Excelencia en Inteligencia Artificial en el sector de la Aviación (CEIAA) que sitúe a la industria española como referente en el sector, y la convierta en motor de innovación y desarrollo de tecnologías relacionadas con el uso masivo de datos, en línea con la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial.

5. Un plan común para desarrollar las nuevas capacidades para ejecutar la digitalización del sector será más que bienvenida.

En el entorno propio del producto estaría el desarrollo de servicios digitales en torno a las plataformas aéreas durante su vida operacional. Los productos aeroespaciales son cada vez más inteligentes y están más conectados. Esto contribuye a conocer mejor el comportamiento y la forma de operar los productos, permitiendo la autodiagnosis y sistemas de mantenimiento predictivo a la vez que la optimización y control de las operaciones, y la puesta en marcha de métodos de ayuda a la toma de decisiones y nuevos paradigmas de seguridad operacional. 

Podemos también generar nuevas capacidades gracias a la conectividad, convirtiendo las plataformas aéreas y espaciales en nodos de una gran red que interactúa en tiempo real, permitiendo a la vez un ahorro de costes de operación para el cliente y la  generación de nuevos servicios. Ello es debido a que permite la gestión de la flota e, incluso, el diseño, monitorización y gestión de misiones, pudiendo generar nuevos servicios que provean de soluciones de forma automatizada. 

Asimismo, para la optimización de las operaciones, reducción de emisiones, aligeramiento de regulaciones  y generar nuevos negocios basados en vehículos aéreos es necesario digitalizar el Espacio Aéreo sostenible, desarrollando además nuevas herramientas orientadas a mejorar la colaboración entre aeropuertos, proveedores de servicios de navegación aérea y aerolíneas.

La digitalización de los servicios también permitirá perfeccionar la formación de la tripulación a través de soluciones digitales avanzadas basadas en entrenamiento adaptativo, monitorización de las condiciones de la tripulación, uso de realidad aumentada y entrenamiento colaborativo. 

Por último quedaría la digitalización del desmantelamiento al final de la vida de las plataformas aéreas para impulsar la implantación de una economía circular real.

Es, en pocas palabras, una manera de diseñar, producir, mantener y operar en la que tanto procesos como personas, máquinas y cadena de suministro estén conectados. Esto va a permitir tener una visión en tiempo real del estado de los procesos y productos, detectar de forma automática potenciales desviaciones, prevenir errores, la programación preventiva de mantenimientos o la optimización de toda la cadena logística en el más amplio sentido de la palabra. Asimismo, esta digitalización transformará el sector y nos permitirá ser capaces de realizar ajustes automáticos para adaptarnos a la demanda requerida en tiempo real. 

El proceso de digitalización tendrá importantes efectos en la productividad, el crecimiento y la creación de empleo, además de las mejoras de bienestar y de acceso a productos y servicios. No debemos olvidar que para sacar el máximo potencial de la digitalización es fundamental situar en el centro a las personas, abrir nuevas oportunidades para las empresas, reducir las brechas de género y edad, eliminar las brechas  territoriales, e impulsar tecnologías fiables que fomenten una sociedad abierta y una economía dinámica y sostenible. 

La computación cuántica, ciberseguridad, la captura, procesado y analítica del dato, la inteligencia artificial, el internet de las cosas, blockchain, el despliegue del 5G, nubes públicas y privadas y otras tecnologías digitales e infraestructuras habilitadoras son vectores estratégicos para impulsar la modernización del tejido empresarial, su internacionalización, la renovación del capital tecnológico, su adaptación a la transición ecológica y su digitalización end-to-end.

Sin embargo el impacto que pueda tener la digitalización en la aviación del futuro no dependerá solo de la incorporación de equipos de software y hardware innovadores o del avance de las tecnologías habilitadoras y su integración sino también de la formación y de la adaptación de los sistemas de trabajo actuales de las diferentes organizaciones y de la cohesión de todas ellas.

En concreto, lo que buscamos desde el sector aeroespacial es una transformación hacia una experiencia de cliente segura, un espacio aéreo sostenible, una transición hacia las operaciones digitales y la seguridad de las infraestructuras y los servicios fomentando la colaboración. 

No quiero dejar de mencionar tampoco la importancia del desarrollo de demostradores pre-industriales ‘end-to-end’ para la validación del sistema digital y los conceptos industriales de la factoría digital del futuro. Es esencial comenzar a invertir hoy en ellos para asegurar la capacitación de las empresas del sector a fin de conseguir la máxima participación del sector en España en los nuevos programas de aeronaves del mañana. 

El objetivo es ambicioso pero tengo la confianza de que, si todo el sector de la aviación rema en la misma dirección y colaboramos estrechamente con la Administración y con todos los actores que participan en la cadena de valor, lograremos construir una industria competitiva, flexible, sostenibile e intermodal basada en la digitalización y en la innovación.

Tenemos una enorme oportunidad ahora a través de los fondos de Recuperación y Resiliencia y el papel nuclear que se concede a la digitalización en ellos. Es la oportunidad para apostar en España por la industria y crear juntos ese dibujo de país que queremos, basado, entre otros aspectos, en nuestras propias fortalezas como la industria aeroespacial española.

Debemos seguir construyendo el panorama tecnológico y digital del mañana: la industria aeroespacial del futuro comienza aquí

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