El economista Miguel Sebastián, ex director de la Oficina Económica del presidente Rodríguez-Zapatero y luego ministro de Industria, ha descolocado este miércoles a los fiscales anticorrupción y al resto de los que asistían a su comparecencia como testigo en la pieza 9 del macroproceso Tándem, que la Audiencia Nacional instruye por presuntos delitos de corrupción contra el excomisario José Manuel Villarejo.

"No recuerdo esa llamada y, además, esa conversación es imposible", ha afirmado con rotundidad Sebastián respecto a una de las más escandalosas (supuestas) escuchas incluidas en los informes que Villarejo elaboró en el marco del proyecto Trampa. El excomisario le puso ese nombre a un encargo que le habría hecho en diciembre de 2004 el BBVA para que averiguara los movimientos del entonces presidente de Sacyr, Luis del Rivero, en su intento de desbancar a Francisco González por medio de la compra de un significativo paquete de acciones del banco.

De ser real, la charla, fechada por Villarejo el 18 de enero de 2005, reflejaría que se interceptó ilegalmente la comunicación entre un teléfono fijo del Palacio de La Moncloa -el correspondiente al despacho de Sebastián como director de la Oficina Económica- y el móvil de Ignacio Rupérez, que hacía las funciones de jefe del gabinete de estudios del Banco Santander.

A lo largo de la conversación, Miky (supuestamente Miguel Sebastián) insistía a su interlocutor en la conveniencia de que Emilio Botín apoyase el asalto de Sacyr al BBVA. En un momento dado, Miky manifiesta al directivo del Santander: "María Teresa quiere comentarte algo". Y entonces una persona a la que el informe de Villarejo identifica como la vicepresidenta Fernández de la Vega toma el auricular y da instrucciones a Rupérez sobre el respaldo a la operación.

Sin embargo, Sebastián ha manifesto en su declaración judicial que nunca habló con Rupérez del asunto de Sacyr, que ignora si el Santander estaba al tanto de la operación y que en Moncloa se mantenían intensas medidas de control y rastreos para impedir interceptaciones. 

Sobre todo, el testigo ha asegurado que la escena que describe el informe de Villarejo nunca se produjo. "La vicepresidenta sólo fue una vez a mi despacho en persona, cuando fue a darme el pésame por la muerte de mi hermano. Fue muy excepcional y se montó un gran revuelo porque venía la vicepresidenta", explicó.

Víctima

El hecho de no reconocer esa supuesta interceptación ilegal de altura no significa que Sebastián no se considere perjudicado por el presunto espionaje encargado por el BBVA. La entidad que presidía FG firmó a través del responsable de seguridad, Julio Corrochano, su primer contrato con Villarejo el 2 de diciembre de 2004, en plena operación Sacyr. Hubo contratos posteriores con distintos objetos y, en total, el banco pagó a las empresas del excomisario 10,2 millones de euros.

Miguel Sebastián manifestó el juez García-Castellón que ha sido víctima de un "vapuleo mediático" que atribuye a la actuación del BBVA y de Villarejo con sus medios de comunicación y periodistas afines.

Esos ataques "constantes", que según él empezaron a los pocos meses de llegar a La Moncloa, le han perjudicado en su vida profesional, que se ha visto "completamente truncada", y han vulnerado su intimidad al exponer su condición homosexual, que él había optado por no desvelar más allá de sus allegados.

Los informes del proyecto Trampa aluden con profusión a las amistades masculinas de Sebastián y llegan al punto de asignarle parejas inventadas. "Nunca pude imaginar que la Policía de nuestro Estado pudiera estar involucrado en esto, me parece

tremendo", afirmó Sebastián, según informan fuentes conocedoras de la declaración.

"Queremos que informes al presidente"

El exministro dijo que se limitó a informar a José Luis Rodríguez-Zapatero y al vicepresidente Pedro Solbes de las dos únicas visitas que le hicieron Del Rivero y Vicente Benedito, entonces alto cargo de Sacyr y anteriormente presidente del BBVA en Brasil.

Sebastián relató que en el verano de 2004 Benedito, al que conocía por haber coincidido con él trabajando en el BBVA, le llamó y le dijo "Del Rivero y yo queremos verte para que informes al presidente de una operación importante'".

"Fue algo muy confidencial, pero en ese momento la operación ni siquiera estaba en marcha. La siguiente vez que vinieron a verme fue después del verano. El asunto  ya estaba más en marcha y les dije que había que informar al vicepresidente Solbes", añadió el testigo, que indicó que fueron dos únicos contactos que hubo y se trató de simples comunicaciones porque el Gobierno "no tenía nada que decir ni autorizar".

Se le preguntó entonces por qué, si su intervención en la operación Sacyr había sido tan liviana, fue objeto de ese "vapuleo mediático". "Porque yo era el punto de unión de todo el mundo: conocía a Benedito, casualmente a Del Rivero, a Carlos Arenillas...", dijo.

Discrepancia con Arenillas

Arenillas, exvicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), también ha declarado ante el juez del caso Tándem este miércoles, asegurando que se siente víctima de los ilegales métodos de espionaje de Villarejo.

Sin quererlo, Carlos Arenillas ha dejado en evidencia a Sebastián. A preguntas de Jesús Santos, abogado de Francisco González, el exministro se había desvinculado de uno de los episodios de la guerra Sacyr-BBVA ocurrido el 18 de enero de 2005, cuando la Cadena Ser difundió supuestas "irregularidades" en la venta a Merrill Lynch de la sociedad FG Valores, realizada mucho tiempo antes, en 1996.

"¿Usted dio la documentación para que la CNMV abriera una investigación a Francisco González, que por cierto se archivó en cinco días?", preguntó Santos a Sebastián.

La respuesta fue que "un periodista amigo mío me dijo que iban a sacar una noticia sobre la venta de FG Valores. Yo no tenía relación directa con el presidente de la CNMV y llamé a Arenillas, con el que sí tenía relación, porque creí que era una información que debían conocer. Pero la documentación ya la tenía el periodista, yo no tenía ninguna documentación".

Minutos después, Arenillas ha narrado el episodio diciendo que la CNMV abrió una investigación porque "Miguel Sebastián me entrega unos papeles sobre la supuesta venta irregular de FG Valores y yo se los entregué al presidente de la CNMV", Manuel Conthe.

Quedó claro de la declaración de Miguel Sebastián que acabó muy mal su relación contractual en el BBVA, donde fue jefe del gabinete de estudios. "Mi relación con Francisco González no era mala. O eso creía yo. Mi padre era agente de Bolsa y le echó una mano cuando Francisco González empezaba, así que mi padre me dijo 'nunca tendrás problemas en el banco'. Pero se equivocó".

"En 2003 Francisco González me echó", añadió. "Le pregunté por qué y me dijo que no me tenía que dar ninguna explicación. Le dije que me interesaba saber si era algo relacionado con mi trabajo o por una motivación política. Me repitió que no tenía que darme explicaciones y me dijo 'y ojo con lo que dices de nosotros porque nosotros podemos decir mucha cosas de ti'. Me sorprendió su virulencia. Me despedí diciéndole: 'puedes decir de mí lo que quieras'".

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