Poner en alquiler una casa es siempre una aventura, especialmente para un particular. La operación exige confianza en la persona que disfrutará de la vivienda y en muchas ocasiones no existe información que aporte transparencia y tranquilidad al propietario, sobre todo en lo relativo a la capacidad de pago, o sobre todo a su historial de impagos. Y aunque a la hora de formalizar un contrato es habitual pedir garantías como avales o fianzas, la morosidad es un riesgo que siempre planea sobre estas operaciones, especialmente cuando apenas se conoce el perfil de la otra parte.

Tanto para profesionales como para particulares, sentirse arropados en este proceso es muy importante para establecer un contrato claro, con cláusulas que velen por la seguridad de ambas partes y que ofrezcan una completa tranquilidad. BDMI (Base de Morosidad Inmobiliaria), participada por idealista, ha hecho un importante esfuerzo para dotar a sus usuarios de herramientas con las que este proceso de alquiler sea más sencillo y ágil para arrendador e inquilino.

Un filtro de seguridad adicional

BDMI es un fichero de morosos destinado a la parte que pone el inmueble en el mercado para su arrendamiento, sea particular o profesional. Su relevancia está en la posibilidad de añadir un instrumento adicional para valorar la capacidad financiera de un inquilino y, más concretamente, conocer directa e inmediatamente si existe en su historial algún antecedente de morosidad que pudiera comprometer a futuro el pago de las cuotas, un problema a tener en cuenta cuando esta situación se convierte en recurrente.

Esta base de datos creada por BDMI se constituye como una nueva capa de protección. A ella también contribuyen los particulares y los profesionales que usan sus servicios y que hayan tenido que encarar esta situación. Es una manera de construir este entorno de seguridad y confianza para todas las partes.

De hecho, los profesionales inmobiliarios pueden acceder al fichero para consultar si el potencial inquilino aparece registrado en BDMI, contando también con resultados provenientes del Registro público (BOE), el fichero de siniestralidad que usan las aseguradoras, el fichero de impagados (ICIRED), y el Registro de Impagados Judiciales (RIJ).

Cláusula anti-morosidad

Además de la seguridad que este registro aporta en los momentos previos de la firma, BDMI también ofrece una posibilidad adicional, que es la inclusión de una cláusula anti-morosidad en los contratos que redacta para añadir más protección. Consiste en la incorporación del inquilino a este fichero en caso de impago de la renta. Su presencia en el documento, además de multiplicar las garantías, también puede ejercer una suerte de filtro para el propietario ya que, si un hipotético inquilino se niega a suscribir esta cláusula, queda en su mano la decisión final de seguir adelante con la operación o no.

Incumplir esta cláusula implica, como se ha apuntado, la inclusión del inquilino en BDMI lo cual supondrá un hándicap si pretende volver a alquilar en el futuro si se da el caso. Para el incumplidor, solo queda una salida en ese caso: regularizar su deuda y gestionar su eliminación del fichero tras haber presentado todos los justificantes de pago y tras una revisión por parte del equipo legal.