Los expertos Julio Gómez-Perretta y Jorge Paciarotti subrayan la necesidad de realizar obras hidráulicas "globales" tras la dana pero "siendo coherente".

Así lo han expresado durante la conversación a dos sobre el impacto de las obras realizadas y las postergadas, en el foro Análisis de la reconstrucción tras la dana, organizado por EL ESPAÑOL e Invertia este lunes en Torrent.

Además, han valorado las obras anunciadas por el Gobierno de España que habrían evitado la tragedia del barranco del Poyo tras permanecer paralizadas durante los últimos cuatro años.

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Jorge Paciarotti, ingeniero de Typsa que redactó los proyectos para encauzar el barranco del Poyo, ha destacado tres factores clave que "han llevado al territorio a la situación del 29 de octubre".

Una de ellas nace en Chiva, un terreno elevado y "altamente erosivo", algo que, como explica Paciarotti, "provoca el arrastre de mucho material". Se refiere a cañas y sedimentos que salen al descubierto al retirar el agua de los cauces.

Otra clave es la "magnitud" de la dana: "A nivel de precipitaciones, las lluvias batieron todos los récords históricos conocidos, por ejemplo, en Turís". Allí se llegaron a formar caudales de 2.000 metros cúbicos.

También es de gran importancia el desarrollo de los cauces. Según Paciarotti, los cauces "aparecen y desaparecen", algo que influye en la dirección del agua.

Por su parte, Julio Gómez-Perretta, arquitecto y director de Perretta Arquitectura, ha querido destacar "la enseñanza más importante" que deja la dana a nivel técnico: "El Plan Sur fue una obra hidráulica de impacto tremendo a nivel urbanístico".

Así, sobre las obras de encauzamiento que él considera "fundamentales", lamenta que la no realización de muchas de ellas desde 2016 "no corresponde a un ahorro económico, sino a una visión ideológica del territorio que en la cuenca mediterránea es suicida".

Saber qué hubiera ocurrido si la situación hubiera sido diferente es complicado. A pesar de ello, Paciarotti cree que "de haberse ejecutado la totalidad de las obras proyectadas se hubiera logrado una reducción de los factores clave que incrementaron el daño en la inundación".

"Es difícil saber si el impacto hubiera sido suficiente para solo habernos mojado los pies", añade Perretta. A partir de ahora, con las nuevas obras, "no tenemos más remedio que aprovechar el nuevo cauce", destaca.

De las ocho actuaciones anunciadas por el Gobierno de España, Paciarotti destaca un factor: las obras hidrotécnicas para crear laminaciones en territorios del interior, como Chiva y Cheste.

Además de estas cuestiones, existen situaciones concretas de algunas poblaciones. Por ejemplo, en Aldaia desaparece un cauce, algo que puede afectar al núcleo urbano. En Paiporta existe un "cuello de botella" que limita el caudal que puede seguir su caudal.

En cualquier caso, ambos expertos coinciden en que lo más importante es "analizar la globalidad de las actuaciones para ser coherente, y saber qué ocurre arriba para actuar abajo".

"Si se hacen todas las obras y hay una simultaneidad, repartiendo los caudales, se puede dar un toque de esperanza a las poblaciones afectadas", asegura Perretta.

Para ello, cree que también son importantes algunos factores complementarios: "La Comunitat Valenciana es la peor financiada, estamos en el puesto 13 en renta per cápita, no tenemos un buen aeropuerto, la ampliación del puerto es vital".

En definitiva, el experto subraya que los valencianos tienen "problemas de falta de inversión del Estado y de falta de comunicación de las administraciones, algo que se asemeja a cierta pelea barriobajera".