El 80 % de los profesionales sanitarios españoles mostró su confianza en la vacuna de la COVID-19 ya durante la segunda ola de la pandemia, cuando las vacunas aún estaban en fase de estudio, y dijo estar dispuesto a inocularse el suero cuando estuviera aprobado, según un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).



El trabajo, publicado en la revista de acceso abierto "Vaccines", evalúa por primera vez la predisposición y las reticencia del sector sanitario frente a la vacunación contra el SARS-CoV-2, según la UOC.



El estudio concluye que hay más aceptación a la vacuna entre el personal médico que entre el de enfermería, puesto que eran reticentes a ella 2 de cada 10 médicos y 3 de cada 10 enfermeros.



Los principales motivos alegados para el rechazo fueron los potenciales efectos secundarios de la vacuna y la desconfianza ante las garantías de seguridad por el tiempo récord en el que se estaban desarrollando, ha señalado la universidad.



Para recabar datos, investigadores de la UOC, junto a otros europeos, de la mano del doctorando del programa de Salud y Psicología, Hans Eguia, preguntaron a 1.002 voluntarios de Twitter entre el 10 de septiembre y el 23 de noviembre de 2020 (la mayoría de ellos personal sanitario) si se pondrían la vacuna y el motivo de su respuesta.



De las 731 personas españolas que contestaron, 164 respondieron que no se vacunarían. De ellas, el 17,5 % eran médicos, casi el 35 % personal de enfermería y el 31,5 %, otros profesionales del ámbito sanitario.



El hecho de que el doble de personal de enfermería que el médico fuese reticente a vacunarse es "preocupante", consideran los autores del trabajo, pues "son los que están más cerca de los pacientes y, por lo tanto, son más susceptibles de influenciar con su opinión, como ocurre en las campañas de vacunación contra la gripe".



Los resultados se obtuvieron cuando la segunda ola comenzaba a repuntar en España y aún no se habían terminado los ensayos clínicos de la fase III de las vacunas.



Aunque el estudio se llevó a cabo con una muestra pequeña y anterior al inicio de la campaña de vacunación, los autores consideran que los resultados son un toque de alerta que muestra que son necesarias más intervenciones para conseguir una mejor comunicación con la población en general, y en particular con los profesionales de la salud, ha indicado la UOC.



Estudios previos han mostrado que cuando las personas tienen dudas sobre las vacunas, si se les ofrecen mensajes claros y potentes las reticencias disminuyen y tienden a desaparecer.



En este sentido, la UOC ha avanzado que se está llevando a cabo un segundo estudio para determinar la opinión y la predisposición a vacunarse de la población y los profesionales sanitarios, en pleno proceso de vacunación.



Elaborado junto a investigadores europeos, en el estudio se señalan redes sociales como Instagram, Facebook, TikTok, Telegram y Twitter, entre otras, como las principales vías de potenciación de la información falsa y con falta de rigor científico contra las vacunas.



En este sentido, se sugiere la importancia de las redes sociales para "difundir información veraz, contrastada y actual que llegue a un amplio abanico de la población y empoderarla a favor de la vacunación".