El convenio de Endesa se encuentra más atascado que nunca. A las más de 70 reuniones celebradas durante los últimos casi dos años -que han ido distanciando a empresa y representantes de los trabajadores- se suma ahora la escisión de los sindicatos, que ha hecho estallar los últimos planes: por un lado, UGT; por otro, CCOO y Sindicato Independiente de la Energía (SIE). 

Así, fue la semana pasada cuando UGT tomó la decisión de abandonar los encierros en las sedes, con una huelga ya convocada, y de optar por el arbitraje con la dirección de la eléctrica. Con más del 50% de representación, UGT movía así sus fichas y se distanciaba de los otros dos sindicatos con presencia en la empresa, con quienes hasta ahora había tratado de avanzar en las negociaciones por el V Convenio Colectivo de la eléctrica. La unidad sindical quedó rota.

Pero el conflicto no acaba ahí: este mismo martes, según ha podido confirmar este periódico, el secretario general de CCOO, José Manuel Falagán, dejó su cargo por diferencias en la postura con sus compañeros en el sindicato: él sí quería optar, como UGT, por tratar de mediar con la compañía. El pasado 15 de octubre, Falagán comenzó el encierro "indefinido" en la sede de Endesa en Madrid junto con Manuel Jaramillo (UGT) y Carlos Vila (SIE). Atrás queda esa unidad.

Las condiciones para seguir hablando con la empresa, por tanto, ya no se dan. Tras la decisión del sindicato mayoritario, CCOO y SIE se han negado a aceptar el arbitraje propuesto por UGT, y asegura que mantendrá el recurso al Tribunal Supremo por el fin de la tarifa de empleado para los jubilados, uno de los escollos en la negociación el convenio, y que se eliminó el pasado octubre con el aval de la Audiencia Nacional.

Esto último, la eliminación del recurso al TS, es una de las demandas que la eléctrica pondrá sobre la mesa si finalmente el arbitraje sale adelante. En este sentido, la compañía que dirige José Bogas pondrá como condición que se retiren los recursos del TS, así como que se desbloqueen todas las movilizaciones. La tercera condición, que haya paz social. "Lo que decida el arbitraje va a ser vinculante", cuentan fuentes de la empresa a este periódico, por lo que se trata de que los tres sindicatos acepten el acuerdo.

"Es el último recurso"

"El arbitraje es para nosotros el último recurso", cuentan fuentes de SIE a este periódico, que insisten en que la decisión del sindicato mayoritario ha sido "absurda" y ha "partido por la mitad" las negociaciones.

Desde UGT, por su parte, se defienden: "Tomamos la decisión porque lo que no se puede hacer es estar esperando sine die", dicen, alegando, además, que los otros dos sindicatos siempre habían estado de acuerdo con esta opción, acusándoles de cambiar de postura en los últimos días. De hecho, el pasado mes de octubre los tres sindicatos enviaron una carta conjunta al Ministerio de Trabajo en la que solicitaban su intervención para recomendar el arbitraje a la empresa.

Ahora, rechazan el arbitraje, pero abren la puerta a retomar las negociaciones, atascadas desde hace semanas, y a la figura de un "mediador" que pudiera lograr un acuerdo entre las partes. 

En estos días, las reuniones se siguen sucediendo primero entre los representantes sindicales, que tratan de dar con la fórmula para recuperar de nuevo la unidad y comunicar su postura a la compañía, que ahora mismo ha adoptado un papel pasivo hasta que los sindicatos recuperen sus posiciones.

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