Darle la vuelta al proceso de compra o cómo conseguir que los clientes devuelvan la ropa usada a las tiendas y lograr que las prendas tengan más de una vida. Ese es el proceso en el que se ha embarcado Inditex, la dueña de Zara, Pull & Bear, Stradivarius o Massimo Dutti.

Lo denomina “modelo de economía circular” y tiene tres patas esenciales. La primera es producir con materiales sostenibles y/o reciclados, desde algodón orgánico a tejidos construidos con botellas de plástico o redes de pesca. La segunda es convencer a los clientes para que lleven las prendas que ya no usan a las tiendas y darles una nueva oportunidad, bien donándolas a organizaciones sociales, como Caritas o reciclándolas. Y, la tercera, reutilizar esas prendas, descomponiendo sus materiales, para volver a incorporarlos al proceso de producción textil.

¿Qué son los tejidos sostenibles?

Actualmente, “entre el 5% y el 10% de la producción” de Zara es “join life”, explicaba este martes un portavoz de la compañía durante un encuentro con medios de comunicación. Ese concepto esconde el material que está detrás del producto, que sea orgánico (algodón) o reciclado, es decir, fibras sintéticas fabricadas con botellas de plástico, o redes de pesca, con las que se hacen poliamidas, por ejemplo, para camisetas.

Otra opción son los ‘nuevos materiales’ verdes, como el Tencel o la Refibra. Detrás de ambos está la compañía austriaca Lenzing. El primero se hace con madera y ya es habitual en muchas prendas textiles. El segundo, también se fabrica con madera pero además incorpora algodón producido de prendas descartadas por Inditex. Pero la idea de la compañía gallega es que no sólo tenga retales que salgan de sus fábricas. Su objetivo es incorporar algodón de las prendas usadas que recoge en sus tiendas.

“Se recicla algodón y lana. La ropa se rompe hasta desgarrarla para poder mezclarla con otras fibras”, explica una portavoz de Inditex. “De los vaqueros, por ejemplo, se quitan las piezas metálicas y se descomponen por completo. Luego hay que mezclarlo con otras fibras, para poder tener hilos pero, en este proceso no se usa ni agua ni químicos, lo que se hace es mezclar fibras para conseguir colores y poder volver a hacer prendas con esos tejidos”.

Para llegar a ese paso, tiene que convencer a sus clientes para que lleven la ropa que no utilizan a las tiendas o la entreguen a los repartidores que llevan a los domicilios las compras online. En la actualidad, Inditex tiene acuerdos con Caritas, Cruz Roja, Oxfam y CEPF para recoger, separar y dar a las prendas ese segundo uso. Este puede ser benéfico o industrial, es decir, volver al sistema de producción.

Esa reclasificación de prendas usadas, en el caso de Caritas, la lleva a cabo Koopera, que tiene plantas de separación de prendas en Valencia y en Bilbao. En ella, las prendas pueden volver al sistema, a través de su red de tiendas; o a la producción textil. Esta firma gestiona 180 toneladas de ropa con una plantilla de 500 personas en riesgo de exclusión.

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